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Categoría: Románticos

Bambalinas Rotas

Contaba sesenta y tres años recién cumplidos,
su tez dorada luchaba contra los primeros vestigios del paso de tiempo. En el baño multitud de cremas se apiñaban, recordandole que los primeros surcos yacían en su piel.
En otra época había vivido entre bambalinas, su imagen había rondado por todo el país, haciendo soñar a hombres y mujeres con un mundo mejor.
Las letras de sus canciones evocaban lugares bellos, donde la gente todavía tenia la capacidad de sonreír y amar. En los teatros el público se amontonaba para escuchar su voz resurgir de entre las cenizas de la posguerra. Marcó una época, una transición. Vivió esta etapa de su vida como sí fuese un cuento, donde ella resplandecía con luz propia.
Poco a poco el rumbo de su vida fue cambiando, con el paso de los años su imagen fue perdiendo frescura y sus atareadas funciones se fueron convirtiendo en solitarias noches en vela. Los focos se sustituyeron por luces tenues que suavizaban los estragos de la edad. Sin más remedio que asimilar que su momento había pasado, fue subsistiendo rodeada de viejos recuerdos.
La dignidad de una madurez bien aceptada,le fue robada por unos años de fama,que se resistían a caer en el olvido. Prefería seguir viviendo en el pasado a enfrentarse a su realidad.
Seguía usando sus antiguas ropas llenas de colorido y transparencias, harapos raídos por el tiempo que al igual que el armazón que las sostenía bien demostraban que la verdad por su propio peso cae.
Su cuerpo era menudo, lucía una delgadez extrema, vano intento de atrapar su sueño, la juventud.
Como único reflejo un pequeño espejo con el marco y el mango tallados, regalo de un ferviente admirador que quedó en el pasado, como tantas cosas en su camino.
Desterrada por pudor, una gran luna de plata vivía trás un gran ropero, donde sus trajes de gala dormían en silencio, acunados por bolas de alcanfor.
En otro tiempo había admirado tanto su belleza que hizo de su espejo su fiel compañero, ese que al transcurrir de los años, bandido traicionero, convirtió su sonrisa en lágrimas rotas.
Sentada en su gran butacón, Gina con la mirada fija en los crecientes rayos de sol, dejó caer de su huesuda mano las amarillentas partituras, cerró los ojos, y se abandonó al sueño, el único momento en el que la felicidad dejaba de ser un recuerdo.
Datos del Cuento
  • Autor: pilar
  • Código: 7571
  • Fecha: 08-03-2004
  • Categoría: Románticos
  • Media: 4.67
  • Votos: 75
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2006
  • Valoración:
  •  
Comentarios


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3 comentarios. Página 1 de 1
Joaquín Ledo
invitado-Joaquín Ledo 08-03-2004 00:00:00

Pilar: Tu escrito (de trama triste) me dice que puedes escribir tan bonito como siempre. Joaquín

Nathalie Ledo
invitado-Nathalie Ledo 08-03-2004 00:00:00

Pilar: Bueno ya antes que lo enviaras para acá me lo habías dado, pero el público debe saber que en verdad me gustó y como dice mi padre es diferente a lo que normalmente escribes, pero vamos que lo haz hecho muy bien. Me encantó sobre todo como describiste todo y no solo eso la elegancia un tanto rebuscada con que adornaste tales descripciones me fascinó. Por esto y por lo hermoso del relato, te felicito. Sin más nada que decir por el momento. Atte, Nathalie Ledo.

Crystal I
invitado-Crystal I 08-03-2004 00:00:00

a este tipo de relatos, la verdad es que este, en particular, te ha quedado muy bien. Ya veo que te vas soltando un poco más y me gusta como escribes aunque sea diferente. Saludos "Bambalinas rotas" de Pilar

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