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Avalancha 4 - Hansel, Gretel y el Ogro...

Avalancha 4
Capítulo 4: Hansel, Gretel y el Ogro...

Tras poner esa bola de nieve en mi cara, sale corriendo... no llega lejos.
Esteban - ¡Te tengo!... ¿Ahora que vas a hacer?... no tienes escape.
Sensa (entre risas) - ¡¡¡¡AUXILIOOOOO POLICIIIIIIIIIIIA!!!

Le tapo la boca - ¡Cállate desgraciada!
Ya no pienso en nada, solo veo su hermosa carita con mi mano sobre su boca.
Sus ojitos ríen pícaros.
Sus senos suben y bajan con la respiración agitada por la corrida.
Nuestras miradas se atrapan. Retiro lentamente mi mano de su boca, aproximo mi rostro al suyo, cierra sus ojos, nos besamos una y otra vez.
Interrumpimos nuestros besos para mirarnos y besarnos otra vez.

Alguien - ¡Señorita!, ¿Necesita ayuda?

Levanto la cabeza, un Carabinero de Chile... nosotros sobre la nieve del piso de la terraza donde todo el mundo se dio cita a nuestro alrededor.

Ella responde rápido - ¡¡¡NO!!!
Me agarra de la nuca y nos seguimos besando...
El Carabinero - ¡Por favor señorita!... ¡Señor!

Cinco minutos más tarde estamos en la oficina del Jefe del Destacamento.
El Comandante – Señorita, con usted tendré una conversación muy seria en su momento....Mi nombre es... bla... bla... bla... y la moral... bla... bla... bla...
ésta es una advertencia pero la próxima vez... bla... bla... bla...
Al final de la alocución, Esteban le extiende la mano al Comandante - No se preocupe señor, tendremos en cuenta sus palabras.

Creo que no vio mi mano...
Nos paramos de nuestras respectivas sillas y nos dirigimos a la puerta, salimos, cerramos la puerta, ella me agarra ahí mismo y nos besamos otra vez.
La puerta se abre - ¡Señor, olvidó sus guantes!... ¡¡¡¡QUÉ ESTAN HACIENDO!!!
Esteban - ¡Nada!... me está sacando una basurita... Esteeee, ¡Gracias mi amor!
Damos media vuelta y nos vamos...
El comandante - ¡¡¡ALTO!!!
Me volteo...
El comandante - ¡Los guantes...!
Llego en un trote corto hasta él, agarro mis guantes - ¡Gracias señor!

Sensa - ¿Será que hay algún lugar donde podamos besarnos?
Camino hasta esa roca y me siento. Mi codo en la rodilla y los nudillos en el mentón.
Sensa - ¿Qué estas haciendo?
Esteban - ¡Shhhhhhhhhhh!... estoy pensando.
Sensa - ¿Qué estas pensando?
Esteban – Donde besarnos...
Sensa sonriendo pícara - ¿...y?
Esteban – Esteee... no sé, no me sale nada.
¡plaf!
Otro bolazo de nieve.
Esteban - ¡Condenada mujer... esta me las pagas!
Me agacho y amaso la bola más grande que puedan imaginar.
Ella al otro lado de la roca me hace morisquetas...
Esteban - ¿Ah... sí?, ahí te va...
¡Plaf!... se la puse al comandante.
¡Hay mi madre... le volé la gorra, le partí el puro y sus lentes cuelgan de su oreja derecha!

Esteban – Fue un accidente señor... no vi que venía...
Agarro a Sensa de la mano (que está muerta de risa) y salimos corriendo.

El comandante - ¡¡¡ALTO!!!... ¡¡¡ALTOOOOOOOOO!!!
Levanto mi mano con el dedo mayor hacia arriba y seguimos corriendo.

Ella me guía a través de un bosque... lo perdemos.
No sé por cuanto tiempo corrimos cuando divisamos una cabaña de dos plantas, tan bonita que parece salida de un cuento.
Es de troncos con un macetero debajo de cada ventana lleno de flores azules, amarillas, rojas... una belleza. Hay humo en la chimenea.

Comienza a nevar...

Llegamos caminando delante de la cabaña... bufando como dragones.
Hay un hall antes de la puerta de entrada el cual tiene tres escalones de madera.
Tenemos que refugiarnos de la nevada.
Ella sube los tres escalones y me llama. Se apoya en la puerta de entrada, echa sus brazos a mi cuello y comienza la besuquiadera.
Se abre la puerta y una señora - ¿Qué están haciendo?
Esteban – Esteee... Yo soy Hansel y ella Gretel y nos persigue un Ogro.
La señora sonriendo – Bueno, en ese caso pasen... pasen... siéntense en el sillón frente a la chimenea. Enseguida les traigo un chocolate bien caliente.

Intrigado miro a Sensa mientras la señora va a la cocina, ella se encoge de hombros.
Nos sentamos frente a la chimenea... ella me mira sonriente, se me acerca y se acurruca en mi hombro, yo la abrazo y nos quedamos así, viendo chisporrotear los leños... estoy viviendo un sueño.

Al rato aparece la señora con dos tazones con chocolate y una porción de tarta de manzanas para cada uno.

Esteban – Muy amable señora, no queremos causarle molestias, nos iremos al terminar el chocolate.

La señora – Le tengo noticias señor Hansel, comenzó una nevada, no podrán irse... tengan paciencia.
La señora se sienta en otro sillón a conversar.
Yo le cuento como nos conocimos, lo que nos pasó con el Ogro y lo que siento por “Gretel”.
La señora mira a Sensa sonriendo y alzando sus cejas - ¡Qué romántica aventura... el Ogro querrá comerse a Hansel!
Esteban - ¡Fuera de broma... parece un oso ruso!
La señora – ¿Quiere decir que es muy grande...?
Esteban – Es un gigante señora... un Ogro.

Se ríe y bebe chocolate.

Al rato, un vehículo que llega y un motor que se apaga... se abre la puerta.
La señora se para – Mi esposo... – Me dice –
- Ven aquí, quiero presentarte al señor Hansel y su novia Gretel.

Me pongo de pié para saludar... ¡¡¡EL OGRO!!!

El señor Ogro - ¡¡¡USTED AQUÍ!!!
Avanza hacia mí con el ceño fruncido como un toro bravo...
Sensa aparece entre los sillones y abraza al Ogro - ¡Papito... papito... tranquilo, déjame que te explique...

Esteban totalmente sorprendido - ¡¡¡¿Papito?!!!... ¡Hay mi madre... la cueva del oso!
Es una maldita pesadilla y me quiero despertar.
¡Dale que me pellizco y nada que me despierto!

Ella domestica al oso... se para en puntas de pié y besa su cara mientras le habla y le habla... hasta que lo trae de la mano frente a mí.

Sensa - ¡Papá... él es Esteban, mi novio!
El Ogro extiende su peluda mano con el ceño fruncido...
Cruzamos miradas al apretar nuestras manos - ¡Disculpe lo malo señor!
Sensa da la vuelta, me empuja al sillón y se sienta a mi lado. Saluda a su papá con la mano como diciéndole... “vete de una vez”.
Se escucha un gruñido y se va.

A las siete de la noche nos llaman a cenar.

En mitad de la cena la conversación se vuelve “formal”.

Don Gregorio (el Ogro) – Dígame mocito, hablando de formalidades... ¿Qué es lo que pretende de mi hija, qué piensa?

Cuando él hizo la pregunta ella y yo cruzábamos miradas y casi no presté atención a lo que me decía y contesté lo que mi subconsciente pensaba...

Sin dejar de ver a Sensa – ¡Qué senos... qué senos...!

La madre se atraganta la comida - ¡Aaaaaaggggg... cof... cof...!
Sensa clava la vista en su plato sin atreverse a mirar a su padre que está cambiando de colores.
¡Maldición!... piensa rápido Esteban... vamos tú puedes... piensa... piensa...

Don Gregorio, con la cara roja, mira a su esposa y le dice - ¡Dime que no escuché decir a este cretino lo que dijo!

Me pongo de pié y me acerco a la mamá de Sensa, le palmeo la espalda para ayudarla con el ahogo y como si nada digo – Dije, que “se nos” vino la noche, que “se nos” hizo tarde y que es hora de irme...

El Ogro luce confundido, aprovecho para ir hasta la puerta, la abro y en un segundo el viento y la nieve me cubren de blanco.

Me doy vuelta y digo - ¡Está nevando!

- ¡JA... JA... JA... parece un fantasma... Jua... Jua... Jua...! – El padre ríe –

También sonrío, él se para, cierra la puerta y me lleva del hombro otra vez a la mesa.
Todos se relajan y vuelven a comer.
El padre me mira y dice – Esteban, eres un buen muchacho, me caes bien... pero no me tragué el cuento... ¿De acuerdo?
Esteban - ¡Si señor!
Sensa sonríe, hurga con el tenedor en su plato y mete un bocado en su boca, mira a su papá, me mira a mí, toma su copa y bebe... no dice nada.
La madre tratando de romper el “hielo” - ¿Querido, cómo te fue hoy?
Don Gregorio - ¡Prefiero no acordarme!
Después de un largo silencio Don Gregorio - ¿Hansel y Gretel no eran hermanos?
Datos del Cuento
  • Categoría: Románticos
  • Media: 6.04
  • Votos: 97
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Comentarios


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7 comentarios. Página 1 de 2
sigri
invitado-sigri 28-03-2005 00:00:00

El comandante,el ogro,el papa! genial muy divertido este capitulo, y como siempre besos no le faltan ;).

Angel F. Félix
invitado-Angel F. Félix 28-03-2005 00:00:00

Gracias Joaquín, lo necesitaba… Pero ¿porqué te doy las gracias? Si ahora me duelen las mandíbulas de tanto reír. En fin, vaya lo uno por lo otro: Disipar mi morriña y coger un dolor de quijadas ¡de no te menees! (“Avalanche 4 – Hausel, Gretel y el Ogro”, de Joaquín Ledo)

Joaquín Ledo
invitado-Joaquín Ledo 28-03-2005 00:00:00

Sigrid: Yo sé que basas tus conjeturas en tu “agente secreto” que empieza con “N”, quien te pasa datos de Inteligencia. Ella es una “doble agente”... ¿Sabes? Solo un detalle, cuando esos sucesos se desarrollaban ella no existía. De todos modos no todo es así y hay algo de “cuento” que yo llamo “adaptaciones”. Joaquín

Joaquín Ledo
invitado-Joaquín Ledo 28-03-2005 00:00:00

Pau2: Él no hará méritos solo que no quiere contrariar al gigantón. En realidad... si el gigantón supiera... Gracias por seguir mis historias. Joaquín

Joaquín Ledo
invitado-Joaquín Ledo 28-03-2005 00:00:00

Félix: Me alegra que sigas mis cuentos y que éste haya servido para alegrarte un poco. Aprecio tu comentario amigo. Joaquín

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