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Categoría: Ciencia Ficción

Apocalipsis

Cuando escuchamos las primeras explosiones, pensamos que se trataba de una celebración
Pero cuando llegamos a la puerta grande del centro comercial pudimos ver que no eran simples juegos artificiales, estos eventos que se producían a una gran distancia de donde mirábamos atónitos, eran tan fuertes que eran iguales a esas imágenes que tenemos todos de la bomba atómica, grandes hongos se divisaban a kilómetros de distancia, uno tras otro. Pero lo que más aterrorizaba era que cada vez se veían mas cerca.
Ahí fue cuando escuche la voz de una mujer la cual estaba cerca pero no podía ver, que dijo
Sera este el tan anunciado fin del mundo.
Un frio recorrió todos nuestros cuerpos, todos nuestros miedos se volvieron realidad. Eso de lo que tanto se había hablado pero nunca se le prestó atención en verdad estaba sucediendo...?
Inmediatamente llegaron a mi mente las imágenes de nostradamus de los mayas etc. etc. y lo más impactante eran las imágenes y eventos que se anunciaban en al apocalipsis, pero esto era una suposición de lo que estaba ocurriendo, pero el miedo era tan fuerte y no nos abandonaba.
Curiosamente antes de llegar al centro comercial pudimos observar a centenares de estudiantes de una de las mejores universidades del país, la cual tenía su sede ahí cerca. Como hacían fila en varios stands para recibir un libro que llevaba por título el universitario, no aguantamos la curiosidad e hicimos la fila, ahí nos entregaron el ejemplar de un libro de pocas páginas, cuya portada era de color verde y su titulo en letras grandes… el universitario.
Al abrirlo nos causo mucha gracias de ver que se trataba de un diccionario con la ilustración de cada palabra digno de un niño de jardín aprendiendo sus primeras letras. Sin comprender nos alejamos hacia nuestro destino que era el gran centro comercial, una estructura impresionante de color blanco con muchos niveles en los cuales se podía conseguir desde una aguja hasta un trasatlántico.
Se escucho entonces un gran barullo y a la distancia pudimos observar que una gran revuelta se había formado en la universidad, lo que sucedía era que los furiosos alumnos destrozaban todos los stands y enfurecidos linchaban a sus profesores con sus libros el universitario. Uno de mis acompañantes dijo inocentemente . Esto parece el día de llegada refiriéndose al fin del mundo.
Unos minutos antes de escuchar las primeras explosiones, departíamos en la cafetería del lugar con el comandante de la policía, el cual estaba disfrutando de su día libre. El con guitarra en mano y vestido de jean y buso nos deleitaba con partes de algunas canciones, a la vez que intercambiamos conocimientos sobre este instrumento musical, recuerdo su cara de asombro y de miedo cuando comenzó todo este Armagedón. El como cabeza de la autoridad debía hacerse cargo de la situación la cual para ser francos se le salía totalmente de las manos, mas sin embargo salió raudo por las escaleras pidiéndole a sus subalternos su uniforme de capitán.
Para tranquilidad de todos las explosiones cesaron y a pesar de que el miedo no nos abandonaba se dibujo en todos una sonrisa nerviosa, ya había pasado, el mundo no se había acabado. Pensamos entonces que tanta gente había muerto en los sitios exactos donde ocurrieron y quedo la pregunta en el aire de que realmente había pasado.
Comenzamos a subir de nuevo las escaleras para ingresar de nuevo al centro comercial y llegar hasta la terraza de donde observaríamos mejor las zonas devastadas, fue ahí cuando escuchamos unos sonidos que no distinguíamos pero al acercarse determinamos que se trataba del chillido de un animal, pero lo aterrador era que parecían que pertenecía a miles de animales que venían en desbandada, justo hacia donde nosotros avanzábamos.
La duda fue despejada cuando por encima de nuestras cabezas comenzaron a saltar ratas que amenazaban con morder, eran miles de ellas de diferentes tamaños. Cuando llegamos al último escalón, vimos un tapete por el gran salón de entrada, era un tapete de estos animales los cuales estaban huyendo de algo, de algo muy malo. Como eran tantas pasaban muy cerca a nuestros cuerpos, ahí fue cuando le encontramos utilidad al libro del universitario ya que nos servía de arma y de escudo para que estas alimañas no nos mordieran. Los utilizamos como bates de beisbol y acertábamos cada golpe.
Fue entonces cuando toda la algarabía que se había causado se silencio, a nuestro alrededor no habían roedores solo gente tirada en el piso blanco del salón, unos maltrechos por la mordeduras y otros por los cuales ya no había nada que hacer. De frente a nosotros había un resplandor que se acercaba a gran velocidad , la primera reacción que tuvimos fue correr en sentido contrario. Pero todo se ilumino, no hubo dolor no hubo miedo.
Ahora solo trato de recordar que mas paso esa tarde en el centro comercial pero por mucho que me esfuerzo solo llegan a mi mente estos episodios, quisiera saber realmente si esa tarde fue en verdad el tan anunciado fin del mundo.

Ruben Moreno

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