Nadíe parecía entenderme, me sentía infeliz, todo era negro a mi alrededor, rodeada de oscuras nubes, en mis días nunca nacía el sol. Mis amigas no me eran de gran ayuda más bien parecía que se burlaban de mí y mi novio me había dejado por otra, el amor me había abandonado y mi unica compañera la pena obligaba que las lagrimas me venieran a visitar, la soledad permanecía a mi vera negandose a marchar.Aun rodeada de gente de gente mi fiel compañera, no me dejaba respirar, me daba pequeños pellizcos en el corazón que cada vez lo lastima mas, la fuerza perdió la batalla y se dejo vencer por la soledad...
Una venda cubría mis ojos impidiendome ver mas allá y una voz en mi cabeza me repetía sin cesar, que mi vida carecía de sentido, que la felicidad estaba demasiado ocupada para poderme ayudar, que jamás se uniría conmigo, mas me tendria que conformar con ver muy de lejos la de los demas. La sonrisa la guardé en el fondo de un cajón y planté en mi jardín la destrución, los peces de mi fuente los hicé desaparecer y en ella nadaban pequeñas larvas destruyendo la poca flora que quedaba en su interior, las aguas eran ya turbías, la voz cada vez mas fuerte y mas insistente me tentaba a desaparecer.
Así que agache la cabeza, y le empujé al poco valor que me quedaba. La pena, la Soledad, las Lagrimas y la infelicidad prometieron acompañarme a un buen lugar, donde mi presencia sería útil y dejaría de molestar. Preparé mi maleta, mis recuerdos eran el único equipajé que me dejaban llevar, entonces a los sueños los tubé que regalar.
Caminé por el sendero que mis compañeros me marcaban y al llegar al rio, las lágrimas no pararon de brotar , la soledad me tomaba la mano incitandome a saltar, la pena mordía mi alma y la infelicidad me empujó por detrás...
Caí en las frias aguas esperando aquel lugar que con tantas ganas quería visitar, aquel lugar que prometía ser para mí donde todos me esperaban donde creía que debería estar.
Pronto iba a llegar, cuando alguien cojió mi mano y me obligo a nadar, y con sumo cuidado me condujo hasta la orilla. Tendida en el suelo la hierba me empezó hacer cosquillas y la tierra a darme calor, la brisa acaricío mi cara y la luna me sonrió. A mi lado llacía alguien que desprendia paz, serenidad y su voz melosa decía nunca mas mi niña ,te dejes ganar por la soledad, la pena se escapo ahora ya le tengo y no la soltaré jamás, y las lagrimas son escurridizas, pero te prometo lucero que pocas veces te visitarán pero tú estaras preparada y las sabras echar. Mientras que la infelicidad estaba desprevenida se ahogo en el rio. Y ahora escuchame mi niña, en esta bolsa va la sonrisa, usala todos los días y regalasela a quien la necesite, toca mi pecho y llevate parte de mi valor, la lucha te espera en casa, el Amor nunca te abandonó tan solo se esconde algunas veces para sanar sus heridas, pero pronto se curan y vuelve siempre a tu vera , eso si sin avisar. La amistad recorre el camino siempre junto a tí aunque a veces muere de cansacio otras permanece siempre hay. La destrución murió en tu jardin y nació la felicidad, tú solo regala y pronto sus raices verás brotar. Ama la vida, regala sonrisas, ofrece tu mano, invita a la alegria ama a los demás y camina.. que solo se hace sendero al andar.
Caminé con mis nuevos amigos que me tomaban de la mano y me ayudaban a correr, a saltar a respirar a reir y a gritar...
La presencía de mi angel que así se hacía llamar en mis peores momentos siempre me ayuda a nadar...