I
No somos sino, nuestra propia creación, pues elegimos los caminos del alma, y nos consagramos a la “belleza”, en una absoluta deslealtad hacia el mundo moderno.
II
Antes de formarnos en las cloacas, éramos mediocres, militantes políticos, reaccionarios, escritores de corbata, camareras, y hasta… revolucionarios de fachada. Y aunque ya no adherimos a viejas revoluciones, (falsas para nosotros) nos reivindicamos como revolucionarios en tiempo eterno, y “Villanos”, con la ferocidad de las letras como primer motor de la creación.
III
Proponemos un cambio, ¡eso está claro! Pero no un cambio cualquiera, sino uno, en el que el estado del alma va más allá de sus propias limitaciones y se confronta contra el mundo Real, para deshacerlo y comenzar uno nuevo. Donde el alma transmigra en su propio ser y se rehace como un viento furioso y tierno. Por eso, nuestro punto de partida es inconsciente, sin razón de ser, y enloquecido por el apaleamiento de las instituciones que no respetamos, por las doctrinas que nos fallaron, y por la “fe” que nunca estuvo.
IV
Pero sabemos que vamos a morir, y ésa, es una cualidad que nos hace hombres y no dioses, es la cualidad que nos iguala ante todos, ¡y lo admitimos!; no por ser “Poetas de cloaca” escribimos y disponemos ofensas desde otra galaxia como unos seres extraños y desencarnados, pues muy por el contrario, somos “Poetas de la vida”, y rescatamos ante todo, la existencia como una eterna marea que fluctúa entre la desgracia y la beatitud.
V
¡Los polos nos atraen! Y somos, carne y lodo de la tierra y de la espuma que sirve esta desgracia derrotista. Y como espantapájaros en la sima de un carnaval de emulación, no cambiamos este dulce amargo mundo por ningún paraíso metafísico.
VI
No queremos un mundo de codicia, de oro sucio, ni de sumisión, y por sobre todo, falto de libertad. No queremos que nadie nos aderece el camino: turbio o llano. Queremos ser nuestros propios guías y artífices, para andar sobre nuestros propios pasos y retomarlos, para no olvidar quienes somos, para poder decidir nuestras próximas venturas o desventuras, ¡para decidir lo que queramos!: contemplar estrellas a la deriva o socorrernos de las fugaces, soñar lo posible o lo imposible, discutir con un muerto el abatimiento del mundo… o lo que sea.
¡Queremos la rapidez de un cambio absoluto! De una conciencia inconsciente para retomar el curso de todas las mendigas almas perdidas en la niebla de la historia
VII
La liberación del alma dentro del alma es lo que proponemos para alzar el vuelo en una igualdad de condiciones frente al mundo. Y promulgamos, el Arte, como única arma para el cambio, como “herramienta del pueblo” para edificar su propia presencia en el mundo, y así, poner los puntos sobre las “ies” en una subyacente protesta contra lo cotidiano, y lo carente de ser tomado como “REAL”
Nicolás. K. Malhtt
Javier. Fernández