El apareciò en su vida de repente, sin explicaciones, sin razones.
El apareciò como si nada, y ella que estaba buscando, creyò encontrarlo...pero tuvo miedo.
Miedo de creerle, y de arriesgar tanto.
El era tan maravilloso, tan increìble que por momentos le generaba inmensas dudas.
Ella sentìa el cuerpo y el corazòn enamorados, y la razòn se oponìa a su sentir, porque a pesar de que ella le rogaba, èl decidiò no darle pruebas de nada.
Ella estaba con otro, èl estaba con otra, pero ella no pudo oponerse a vivir una historia de amor con èl, a pesar de los miedos, a pesar de la culpa, a pesar de su marido, ella no podìa negarse...era como una fuerza indescriptible que la llevaba hacia èl.
Se sentìa tan dèbil entre sus brazos...se sentìa tan fuerte al mismo tiempo, tan segura, tan amada.
El le decìa que ella era ùnica, que si el alma pasa siglos buscando su alma gemela, èl por fìn estaba en paz, porque su alma era ella.
El decìa que nunca quiso asì a nadie.
Ella sentìa que nunca quiso de èsa manera.
Pero al mismo tiempo habìa algo en èl que la hacìa dudar, porque cuando ella necesitaba certezas de su parte, èl se negaba a darlas.
Què clase de amor tan profundo, como el decìa sentir por ella, acepta estar separados?
Còmo podìa amarla tanto sin dejar todo por ella, para estar a su lado?
Còmo podìa uno encontrar al amor de su vida, y dejarlo en un segundo plano, sin hacer algo para estar con el alma de su alma?
Ella no encontraba las respuestas, y el no querìa darselas.
Lindo relato, me hizo recordar mi ultimo gran amor. la verdad?, me resulto muy agradable leerlo. sigue escribiendo. Lola