Era un mediodia como cualquier otro. O eso parecia. Hacia frío y tenia hambre, por lo que me dispuse a ir casa rápido a la salida de la escuela. Tenia 12 años y, desde el dia en que habia nacido, vivia en Normandia. Desde mi cumpleaños que venia demandando q me trataran como una persona grande asi q imaginen mi sorpresa cuando al fin me autorizaron a volver sola, caminando. Eso me hacia sentir mas importante, aunque solo se tratara de cuatro cuadras. Tras dos cuadras de caminata me senti algo mareada asi que me sente unos instantes en el escalon de la puerta de entrada del almacen de Don Juan. Pero para mi sorpresa, ese señor que desde pequeña me habia convidado caramelos cada vez que entraba con mi madre a comprar, salio del negocio y a los gritos me echo del lugar. "Esto se llena de vagos y de niños malcriados", refunfuñaba.
Estaba extrañada, y por mas que intente hacerme conocer, Don Juan aseguraba que no sabia quien era y que si no me retiraba iba a tener que llamar a mis padres o a la policia. Decidi seguir caminando... No entendia nada... Pero ahi no termino la cosa.
Cada persona, cada vecino o amigo que me cruzaba en la calle, luego de mi saludo mi miraba con una expresion rara como si yo estuviera loca o como si fuera el juego de un niño que saluda a todo aquel que ve, sin conocerlo.
Mi corazon comenzo a latir cada vez mas rapido... Mi respiracion se agitaba, pense que tal vez era una broma que habia preparado todo el barrio o algo asi... Cosas que piensan los chicos cuando quieren encontrar una explicacion. Comence a correr y me detuve en la casa al lado de la mia. Al ver a Roco, el perro de mi vecino, pense en que el no me iba a desconocer... Desde cachorro, este ovejero aleman habia jugado conmigo, le daba la mamadera, como si fuera mi perro, mi bebe. Extendi la mano para acariciarlo a traves de la reja. No podran creer mi sorpresa cuando el animal me tiro un tarascon y, mostrando todos sus dientes, ladraba como queriendo traspasar la reja, esa barrera que resguardaba mi vida...
No podia ya contener mi llanto... De mis ojos rojos caian lagrimas de impotencia, de miedo, de incomprencion... No entendia nada!!!
Abri el porton de mi casa y toque el timbre, necesitaba que mi mama me abrazara fuerte, que me dijera que estaba pasando... Pero la pesadilla no habia acabado. La puerta de mi casa se abrio y detras de ella, una anciana que nunca habia visto en toda mi vida. La empuje y entre corriendo. Todo se veia distinto, el hall, la sala de estar, el comedor... Empece a gritar y a llorar... No entendia nada... Que habia pasado??? Quien era esa mujer??? Donde estaban mis padres???

Todo se puso negro...

Sin abrir todavia los ojos, escuchaba voces que me eran familiares. "Se desmayo, pobrecita", decian... Sentia que me movia, estaba en una camilla. Abri los ojos. Era un sanatorio o algo asi. Tiempo despues me entere que era un hospital para personas con trastornos mentales. A mi derecha, dos enfermeras y a mi izquierda un medico... Tenia la vision borrosa pero imaginen mi asombro cuando logre ver esos rostros con nitidez: las enfermeras eran mi mama y mi hermana y el medico no era otro q mi papa!!! Me sente en la camilla. "Mama, papa, Lucia!!! Que bueno que bueno verlos!!! No saben las cosas que me pasaron en este dia!!!", mi mama me sonrio con ternura y dijo "corazon, te diste un fuerte golpe en la cabeza, estamos tratando de encontrar a tus padres, tranquilizate".

Nunca alcanzaron mis palabras ni la cantidad de veces que conte la misma historia para convencer a la gente del hospicio de que lo que decia era verdad. Estuve diez años ahi adentro. Supongo q terminaron por convencerme o eso les hice creer. Pero una cosa es por seguro, amigo mio, si quieres un consejo: Nunca visites Normandia. Yo estoy segura que nunca mas lo voy a hacer.