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Yo no me lo esperaba

Todo comenzó sin que yo me diera cuenta, ni ella tampoco, la verdad es que siempre me había gustado, como a casi todos los hombres que la rodean, pero verdaderamente la consideraba como algo fuera de mi alcance, creo que eso me pasaba por su carácter, porque ella no permite que nadie ni siquiera ponga un mano sobre su hombro, como hacemos nosotros con las otras niñas, y eso siempre me atrajo muchísimo, de ahí que el solo hecho de tocar su mano signifique mucho + para mi que apretar las nalgas de la gran mayoría de las mujeres que conozco, o quizás fuera por mi carácter. Hasta que por una cierta circunstancia comencé a relacionarme mucho con ella, y yo siempre he dicho que la afinidad entre un hombre y una mujer surge con el roce y con la convivencia, y yo tenía mucho roce con ella, puede que al principio no, pero cuando pasó un pequeño tiempo me di cuenta de que me sentía muy bien cuando estaba a su lado, no quería que se acabara el tiempo que en el día teníamos para estar un poco cerca uno del otro, incluso llegó el momento en el que mi motivo para ir al docente era ella, porque todos los que me conocen saben que yo no copio casi ninguna clase, y siempre tenía ganas de ir al aula, solo porque sabía que la vería allí. Disfrutaba cada instante que permanecía su lado, así fuera camino a almorzar o en una pesada conferencia de lo que fuera, yo me sentía bien solo con que se sentara a mi lado. Incluso me pasaba los días enteros sin hablar, sin hablar nada con mis amigos, y eso es muy extraño, no podía dejar de pensar en la próxima vez que la vería, y que fingiría estar atendiendo a lo que ella decía, cuando la verdad era que lo único que podía hacer era mirar su boca, y sentir cuan fuerte me atraía ese pequeño espacio de su cuerpo. Recuerdo cierta vez que tomamos helado juntos, que al lugar llegaron unas chiquitas ahí y luego ella me preguntó por una de ellas, y al yo responderle que no me había fijado ella me dijo:”claro, si lo que tú hacías era mirar como yo tomaba helado”, esa vez ella me puso en un verdadero aprieto, en ese momento no supe que decir, y tuve que decirle que era verdad. Ese fue el día en que la besé por primera vez, y también uno de los días en que me he sentido + hombre, ese día recuerdo que yo la tocaba con la punta de mis dedos, y me parecía que eso no estaba sucediendo en la realidad, tenía que reunir voluntad para tocarla, no por miedo ni nada por el estilo, sino por lo grande me sentía cundo lo hacía,. Recuerdo que antes de que sucediera eso ella me dijo que para ella sería una victoria que yo me enamorara de ella, porque yo siempre le había dicho que no me quería enamorar, que eso no podía ser nada bueno, hasta ahora la realidad no me demostrado lo contrario, y al escuchar esas palabras de sus labios supe que tenía un posibilidad, luego me dijo que tenía sus pies sobre la tierra, y que sabía que eso no podía ser, luego me dijo que era mejor que no conversáramos +, y al yo preguntarle el motivo no me quiso decir, esa fue otra de las cosas que me hizo pensar que tenía un pequeña posibilidad. Pero antes de eso sucedieron otras cosas que me hicieron pensar, por ejemplo una vez en que por un malentendido ella pensó que me gustaba, ambos sabíamos que eso era verdad, y yo le dije que yo estaba consciente de toda la situación, y que el día en el que ella comenzara a gustarme yo no hablaría + con ella, por todo el lío ese del novio y toda la bobería que se le asocia, y lo curioso es que ese día ella se molestó conmigo, porque yo le dije que ella no me gustaba y que cuando eso sucediera no hablaríamos otra vez, eso me dijo mucho al igual que la vez en la que yo le dije que no éramos amigos, que también se molestó ,pero eso fue al principio de todo. Pero el día en que la besé, o + bien ella fue quien me besó a mi, al inicio de todo me decía que no, que yo sabía que eso no podía ser, pero cuando yo comencé a decirle como yo la veo, como ella es en realidad, algo cambió en su interior. Las cosas que dije no fueron para impresionarla, ni para lograr nada, sinceramente como ella me había dicho que nada de lo que supuestamente yo quería podía ser, yo decidí que esa noche ella tenía que saber todo lo que yo tenía para decirle, y eso fue lo mejor que pude haber hecho. Sinceramente mis ideas se fueron no sé a donde en el momento en que sentí sus labios sobre los míos, parecía un puto muchacho de la secundaria cuando da su primer beso, y a partir de ese día si yo tenía la autoestima en 100 ahora la tengo en 3000 000. Recuerdo muy bien que le dije: “mi mayor deseo es besarte”, y cuando ella me respondió: “Entonces es mejor que me beses y te vayas”, mi corazón golpeaba muy muy muy fuerte contra mi pecho, pasaron algunos minutos y yo no me moví, luego ella me pregunta: “por qué te preparas tanto psicológicamente para besarme?” ella no sabía cuanto significaba eso para mi y en ese momento yo cogí su mano y la puse sobre mi pecho, y por Dios sentí que algo tan fuerte como la patada de un puto caballo que golpeaba su mano a través de mi piel, luego la besé nuevamente, me gusta mucho como besa ella. Al día siguiente me dice que eso no puede ser, que está mal, yo ya sabía que eso sucedería no hay que ser adivino para saberlo, pero aún así me molestó mucho. Luego sucedieron otras cosas entre nosotros, cosas de las cuales no es bueno hablar, pues solo me basta con saber que fueron tan especiales que nadie que no sea yo puede tener una idea de lo especiales que son, sería un especie de delito intentar describirlas con palabras, pues las palabras no son suficientes para eso. Yo le digo a un amigo mío que a veces me siento como si en todo el maldito mundo no hubiera nadie + que yo, a veces me siento mal, como que falta algo, a veces me siento un poco solo, aunque esté en una cola de la UCI, pero con ella no me siento así,, paso trabajo para cerrar la puerta de su apartamento cuando sé que me iré, cuando cojo la cerradura en mi mano siempre lo pienso, siempre paso trabajo para cerrar la maldita puerta, y todo porque me gusta su voz, y no soporto la idea de irme cuando ella todavía está allí, y es difícil estar a su lado sin oler su piel, como me gusta hacer, pegando mi boca y mi nariz a ella, o sin mirar sus pies que me gustan tanto, o simplemente sin sentir que mi cuerpo está cerca del suyo. ME pasa que cuando estoy solo con ella, y no estamos precisamente conversando y ella me mira como solo ella sabe hacerlo me siento tan extraño, tan diferente de cómo estoy acostumbrado a sentirme. Siempre se lo he dicho, aunque nunca pase + nada entre nosotros dos ya estoy tan contento solo por lo que ya pasó, que nada puede hacer pequeña esa alegría, es una realidad.


Ahora sé que entre ella y yo nunca pasará + alguna cosa, lo sé por ella misma, su manera de hablar y de mirar, pero aunque esa idea no me gusta no puedo evitar que al recordar un momento en que la besé me siento muy bien, y si es una realidad que eso fue para ella solo una simple curiosidad más realidad que eso es que incluso hoy mi mayor deseo es besarla, como le dije una vez
Datos del Cuento
  • Categoría: Estudiantes
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