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Categoría: Románticos

La más gran y desconocida historia de amor

Desde el fondo del bar, el hombrecito pudo ver durante unos instantes como una apresurada mujer se acercaba a una desdichada joven y le regalaba un abrazo (suave, tierno, inesperado). Él se empezó a sentir profundamente apenado, recluso de su pequeña cárcel de madera, convertido su ser en el valle de los sueños caídos. Su vida había transcurrido apacible, guardando la compostura durante todo el día y toda la noche, responsable en su trabajo, fiel a su rectitud y a la causa que él honoraba y por la que estaba dispuesto –si hacía falta- a morir. Sus ideales se mantuvieron tan consistentes como el metal del que estaba hecho hasta que la vio: aquella mujercita vestida de negro que residía en la puerta de al lado.
No sabía aún si agradecer a los canapés pasados de fecha aquel encuentro o renegar de aquel fatídico hongo: tanta gente estaba abarrotando el lavabo, presos de unos retortijones intestinales de final predecible pero de rapidez inesperada, que dejaron las dos puertas abiertas y sus miradas se chocaron. Desde entonces, él esperaba con ansias el momento en que ese hecho sucediera de nuevo para susurrarle lo mucho que había pensado en ella, lo mucho que la encontraba a faltar, lo mucho que deseaba que compartieran la misma superficie de madera, la misma puerta del lavabo. Ellos se miraban por breves momentos, se sonreían y hablaban bajo, muy bajo, para que nadie los escuchara en su intimidad. Fue la historia de amor más grande y desconocida de todos los tiempos.
Lamentablemente, él empezó a fallar en su trabajo. Se habían apoderado de su fidelidad a la causa del lavabo los nervios; entre encuentro y encuentro se pasaba el día temblando y empezaba a dudar de que la suya fuera una causa por la que –si hacía falta- debía morir. Siempre estaba pensando en ella. “¿Y que estará haciendo? ¿Pensará en mí? ¿Aún me quiere? ¿No le aburrirá el color negro? ¿Me habrá olvidado en la ausencia?” Su estado de nervios era tal que el tornillo que lo sujetaba se empezó a soltar hasta hacerle caer contra el suelo. Con el gentío que abarrotaba el local no oyeron el metálico golpe y él, alzando la vista, pudo contemplar durante largo rato a su amada. Al final del día lo volvieron a colocar en su lugar, pero él, que no podía esperar a que las dos puertas del lavabo de nuevo se miraran, empezó a provocarse el temblor para caer de nuevo al suelo.
Allí se lo encontraron al día siguiente, y nadie conseguía explicarse como aquel hombrecito negro se las ingeniaba para soltarse de su barrote de tornillo. Le aguantaron la rebeldía dos, tres, cuatro, hasta nueve días más, pero justo ese día, el que marcaba con un número diez la última hoja del calendario de la paciencia de los camareros, decidieron, mientras él se quejaba interiormente de su cárcel de madera y observaba a dos mujeres recostadas contra el vidrio, que le iban a cambiar por otro que cumpliera mejor su cometido. Lo desatornillaron y lo metieron en la bolsa de la basura. La mujercita empezó a llorar incontables lágrimas negras que iban cayendo –tic, tic, tic- contra el suelo de madera. Esas gotitas de pintura intentaban correr hasta la puerta del bar, salir a la calle, llegar a la basura y reencontrarse con él, pero el recorrido era demasiado largo, se secaban antes, y sólo conseguían dejar sobre las tablas un dibujo de dolor por el amor perdido.
Datos del Cuento
  • Autor: Vet
  • Código: 7082
  • Fecha: 09-02-2004
  • Categoría: Románticos
  • Media: 5.23
  • Votos: 87
  • Envios: 3
  • Lecturas: 2588
  • Valoración:
  •  
Comentarios


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4 comentarios. Página 1 de 1
Angel F. Félix
invitado-Angel F. Félix 10-02-2004 00:00:00

Aunque Joaquín siga en sus trece, yo aquí a Vet, alabar quisiera, pues es muy cierto que mi amor crece, cual el del ser que en el water fuera. ("La más gran y descomunal historia de amor", de Vet")

Joaquín Ledo
invitado-Joaquín Ledo 10-02-2004 00:00:00

Vet: Tengo una teoría acerca de quien inspira el romanticismo en los últimos cuentos de mi amigo Félix pero si lo dijera... ¡Ay! de mí. Te felicito por tu incursión en el género romántico. Creo que ese muñequito se tiraba al piso para espiar a las chicas. Joaquín

Vet
invitado-Vet 09-02-2004 00:00:00

Bueno, al final intenté escribir un cuento romántico. Sólo ustedes pueden decirme que tal ha sido el resultado :) Un beso, VET

lucy-a
invitado-lucy-a 09-02-2004 00:00:00

Muy original, y curiosa historia de amor Vet. Muy especial tu cuento me gustó. Un saludo Lucy-a

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