En la puerta de una jaula dos loros conversaban, uno del lado de adentro y el otro del lado de afuera;
El que estaba en cautiverio le decía al que estaba libre.
-Que te trae por aquí
y el otro le contestó:
-rúa, rúa
El primero sin entender lo que le decían el loro visitante, le comentó
- Parece ilógico, pero he aprendido a conversar con los hombres, mientras me tienen prisionero, tal vez tú mientras seas libre nunca aprenderás a hablar
y el otro loro volvió a responderle
-rúa rúa.
Moraleja:
Para aprender, siempre tenemos que sacrificar algo.
hola esta fábula me ha gustado porque es bonita y no es dificil entenderla tambien felicito al autor por hacer una fábula corta i exsigente porque gracias a el bueno a la fábula e podido hacer un trabajo