Anwar o un rayo de luz
Érase que se era, hace muchos años, una muchacha llamada Anwar, que vivía en el país de la Inocencia. Vivía con sus tres hermanos y sus padres en una casa pequeña pero acogedora. Anwar vivía feliz, tenía todo lo que podía desear. Un día, paseando por el sendero que conducía al Gran Bosque, límite del país de la Inocencia, se encontró con dos cuervos. Pero no eran cuervos comunes, porque poseían una extraordinaria voz de ruiseñor. Se acercaron a Anwar, se posaron en sus hombros y le cantaron una hermosa canción. Anwar, maravillada con sus nuevos amigos, decidió quedarse a vivir con los cuervos en su casa, en el interior del Gran Bosque.
La familia de Anwar, preocupada, salió en busca de aquella casa para recuperarla, pero al encontrar la casa los dos cuervos salieron y echaron a la familia de Anwar con graznidos. La madre de Anwar pudo gritar antes de irse:
- Anwar, no todo es lo que parece, nunca dejes que te engañen. -
A pesar de que Anwar lo oyó, no hizo caso y siguió viviendo en aquella casa.
Por su parte, los cuervos, a medida que Anwar se fue acomodando, empezaron a insistirle que debía trabajar en la casa a cambio del alojamiento. Anwar aceptó, pero lo que empezó siendo llevadero, se convirtió casi en esclavitud.
Entonces, una noche, Anwar soñó con su madre, que desde la lejanía le decía:
- Anwar, no todo es lo que parece, nunca dejes que te engañen. –
Y cuando Anwar despertó, salió de la casa con los cuervos a su espalda, corrió y corrió hasta que los cuervos no pudieron alcanzarla.
Después de mucho correr, Anwar llegó a un claro del bosque y allí encontró a su familia. Pero había alguien más: en un hueco de un árbol se encontraba la ardilla Maika, con la que había jugado cuando era muy niña. Maika se acercó a ella y le invitó a recorrer el Gran Bosque.
- Pero no podrás recorrerlo en un día - dijo Maika - tardarás años. Será más divertido si lo hacemos juntas, ¿no crees? -
Anwar asintió, y acompañada de Maika salió a recorrer el Gran Bosque, con la promesa de visitar a su familia y no olvidar nada de lo que había vivido, pues toda experiencia en la vida forma parte de tu existencia.