Hace un tiempo que las mentiras me pesan y es agotador este ritmo en el cual he caido, tal vez movida por la desesperación, tal vez ansiosa de hallar respuestas a miles de preguntas que daban giros en mi mente y aunque he divagado sobre ellas, aún siguen en mí. Estas preguntas sin respuesta son como espejismos que me recuerdan porque me embarque en este ir y venir de justificaciones.
¿Cuándo percibí el engaño como un arma de venganza? Tal vez cuando fui conciente de que la engañada había sido yo durante meses. Tenía dos caminos, plantear que había descubierto la verdad o simplemente seguir con mi vida como él lo hacia.
Una tarde de enero me llego la respuesta disfrazada en palabras por un compañero de trabajo, y me dí a la doble vida. Frente a todos era una profesional casada con demasiadas horas de trabajo, sólo yo sabía la verdad, una mujer desesperda se escondía tras la máscara de mujer fuerte que toma las riendas de su vida y paga con la misma moneda al infiel.
El orgullo por un amor herido puede llevarnos a actuar de maneras insospechadas, pero toda manera de actuar que se aparte de nuestros pensamientos más íntimos tiene un limite. Y he tocado fonfo. No hay amor ni hacia mí, ni hacia nadie en esta situación. Solo estoy provocando daños a mi alrededor.
Al hombre que ha compartido tantos años conmigo, ya no lo conozco, somos dos extraños que disfrazan sus sentimientos y que conviven en la mentira.
Mi compañero de aventuras es también un extraño para mí, un hombre con el que solo comparto un aspecto de mi vida que desprovisto de sentimientos, tiende a dejarme vacia.
Entonces, de qué valen tantos esfuerzos, tantas corridas por las tardes y por las noches, tantas justificaciones vertidas para evitar la realidad. La realidad es la única capaz de salvarme en estos momentos y apartarme de todo este daño que me produzco a mi misma.
Seré sincera. La verdad me apartará de las mentiras y me permitirá retomar el cauce de mi vida.
No quiero más este tipo de amor que me deja vacia. No hay amor en mí, sólo la angustia de quien busco escapar de la soledad con otra soledad disfrazada en una dicha que no era genuina.
Roxana: Es muy triste el relato. El personaje central que es esa mujer casada pero abandonada al desamor por su esposo busca en brazos de alguien que no ama una válvula de escape a su desesperación y abandono. Grave error. Ella merece el verdadero amor. Esa relación con quien no ama terminaría asfixiándola. Primero ella debe buscar ese verdadero amor. Enamorarse y verificar que es correspondida y de último “hacer el amor” que difiere mucho de “una relación sexual”. En resumen, cuando hay amor hay felicidad porque el amor es ese ingrediente secreto que solo el alma es capaz de degustar. Te felicito por tu cuento y tu regreso (espero tu próximo cuento). Joaquín