Cuenta la leyenda que la Locura lastimó los ojos del Amor con una horquilla y lo dejó ciego, de inmediato se arrepintió, y para reparar el daño causado, se transformó en su lazarillo. Desde entonces el Amor y la Locura van de la mano.
Pasó el tiempo. El Amor se psicoanalizó y descubrió, con horror, que la Locura lo había herido para retenerlo a su lado.
A partir de aquella terrible evidencia, y sólo por despecho, la engaña con la Cordura. Pero, esta relación cargada de juicio y equilibrio, lo aburre en seguida; entonces, regresa a los brazos de su loca amante y al diván de su analista.
breve y sabia resolución de un tema con ecos de otros cuentos. Bellos contrastes.