¿POR QUÉ DESPRECIA EL MALO A DIOS?
SALMO 10:13
Una lluvia de fuegos artificiales fueron lanzados del corazón del sol. Finos cristales de lluvia caían desde los cielos sobre el extenso jardín, los capullos se fueron abriendo y hermosas flores hacían su presentación en la naturaleza por vez primera... las mariposas surgían como por arte de magia...cuadro de múltiples colores, paísajes hermosos... una hilera de nubes cristalinas reflejaban la brillantez de la lluvia
y allá, en la copa de una palma... un ave vestida de luto cantaba un cántico triste, una cántico angustiado, un cántico de llanto, lágrimas, de suspiro.
La brisa corría tras el arcoiris, coqueta, deseosa de ser poseida por aquel príncipe encantado después del diluvio... y como manifestación prodigiosa cientos de garzas blanca volaban sobre aquel hermoso lugar...
Se escuchó la vieja campana del viejo campanario, aquélla que tantas veces había anunciado la llegada de una buena noticia, la llegada de la los novios, de los muertos, la llegada de alguien importante a la aldea de Los Manzanos...
Pero esta vez sonaban triste, lloraban, decían la gente...era un sonido salpicado de lágrimas...
el perfume de las flores inundaba el lugar, un vaho surgía del suelo castigado por los rayos cansados del sol, la lluvia moría antes tocar el polvo...
Allá van las mariposas, las garzas blancas, las flores comienzan a marchitarse, cesa la lluvia, el sol se desmaya, sin fuerza camia el último tramo del día... y sólo el silencio del agua de la fuente que mira al ave negra, triste que inica su vuelo...y el silencio se come el jardín, la noche, las penas y los suspiros...
Y allí, solo, triste, cual pájaro solitario está sentado sobre el tronco seco de un árbol Damián.
En sus manos un ramo de flores que ha recogido para su ... Desde el amanecer había estado recogiendo las primeras flores, las más bellas, las más frescas, las más perfumadas... doce rosas blancas, doce rosas rojas, dos orquídeas y dos girasoles...
Mientras pensaba, el ramo moría, se marchitaba, mientras soñaba el ramo se aniquilaba, perdía su esplendor, perdía su misterio, perdía su fragancia...
Ya están muertas las flores, como siempre, todo empezaba temprano en el jardín de los ensueños...
Ya nadie se acordaba del viejo... era historia sabida...ya nadie recordaba la historia...estaba en el olvido... sólo Damían la perpetuaba...cuarenta años esperando con su ramo de flores a su niña que no llegaba... era un ángel, su risa encantadora, sus ojitos azules como el cielo, su manta de hilos de oro que caía graciosamente sobre su espalda... la pequeña cumplia seis años...quería celebrarlos en el jardín de la aldea...
Damían se levantó temprano...aquella mañana de luz y de cánticos...se vistió para su bebé como nunca...todo de blanco, camisa de mangas largas, un sombrero panameño, una preciosa corbata... y se llenó del perfume de las flores... se escondió detrás del árbol donde siempre Luna jugaba...y el día se tragó los segundos, molió los minutos, se tragó las horas... las flores se secaron...la alfombra de la noche cayó sobre la nada... y su pequeña niña no llegaba...no apareció nunca...la tierra parece que se la tragó para siempre...
Allá en el jardín, seco, con su ramo, apretándolo con el alma, seguía Damián esperando...ya murieron las flores...ya murió su alma...sólo un cuerpo vacío espera... a su niña... y aquel pájaro negro...el mismo de aquella mañana...se subía a la copa aquélla...
miraba...miraba...allí está de nuevo...
El pobre Damían mira a través de la montaña... él corre desesperado...todo...todo...todo se acaba...su niña se la lleva una nube...él no la alcanza...detrás el cortejo fúnebre...las garzas blancas...las blancas garzas...
Y sigue corriendo...la niña ya no canta... se la llevó la quebrada aquella mañana de lluvia...
El día de su cumpleaños... cuando su tata la esperaba...y aquéllas palabras del ministro...
__Dios es bueno...la tiene en una linda morada. Es uno de sus ángeles preferidos...¡blabla!...
Y Damián se hizo malo...muy malo...más no tan malo como su Dios que le quitó su vida, su alma, su pequeña Princesa adorada....
Fin
Canto poético por niña que ha muerto. Grito patético Contra un Dios cruento. (“El jardín de los ensueños”, de José Luis Sánchez)