Alguièn llamò a la puerta, abrì y me encontre con un mensajero del hotel, tenìa un mensaje para mi.
__¿alex bvlgari?__
__sì, ¿què desea?__
__¿es usted el juez?__
__ya le dije que sì, ¿cuàl es el motivo de que irrumpa en la tranquilidad de mi hogar?__
__la señora carolina esta en la suite presidencial y quiere verlo a usted...__
Carolina brent era una antigüa amistad, al saber que se encontraba en el hotel, sentì la curiosidad por saber cual era su parecer de verme.
__esta bièn, digale que irè a verla, pero serà màs tarde.__
__esta bièn señor, ella lo esperarà.__
Al cerrar la puerta, amparo me veìa y por ello mencione.
__tengo que asistir a una cita, ¡vistete y esperame en el auto!__
__¿tardaràs?__
__no sè, tal vez, pero tengo que ir, cierra la cuenta del hotel...__
Enseguida fuì a mi habitaciòn para estar listo, abrì las cortinas y notè que las naves pangea sobrevolando la ciudad, eran el transporte comùn de los citadinos civiles e hiban de un lugar a otro.
Brasìlia estaba repleta de edificios blancos, sus calles eran extensas lineas que se prolongaban ininterrumpidamente.
En la calle un niño pedìa dinero para comer, se notaba que la estaba pasando mal, era una època difìcil y vestìa un abriguito blanco que arrastraba en la acera.
Una pareja se besaba atajados en la esquina, un poste de luz los ocultaba, un perro guardiàn se jaloneaba de la correa y el vigilante que lo traìa lo calmò con la caricìa de su mano.
Un hombre se habìa congelado, estaba semi-desnudo y lo cubrian unos periodicos, una ambulancìa llegò y de ella bajaròn una cuadrilla de paramedicos con una camilla.
Mi ropa estaba sobre la cama, me comencè a vestir; el viento era frìo, casì congelaba hasta las conyunturas de los huesos, me puse el saco y fuì a el espejo.
En la sala estaba amparo, ya habìa hecho las maletas, con uno de sus guantes golpeaba ligeramente su mano, su gorra cubrìa su cabeza y entonces tome mi maleta y le dije.
__que el valet te ayude con las maletas__
__¿llevas tus armas?__
__sì, nunca salgo sin ellas.__
Dì un par de golpes a la puerta con el llamador de metal y me encontre con una voz que me dijo.
__¿quièn es?__
__¿bvlgari!__ mencione.
La suite era fstuosa, el humo de el cigarrillo se elevaba hasta el techo, entonces una mujer emergiò de la otra habitaciòn.
__¡alex!, ¡que sorpresa encontrarte en este lugar, es una zona neutra.__
__te equivocas carolina, esta zona no es neutral, estàs en mis dominios.__
__sì, sì, pero he venido para hacer un trato contigo.__
__no hago tratos con terroristas...__ mencione feacientemente.
__¡por favor alex!, deberias ser màs comprensivo, ¿porquè no nos relajamos y la pasamos bièn?__
Carolina se prendò de mi pecho, se habìa quedado apenas con un baby doll que le delineaba su figura con cierta sensualidad.
__¿còmo te arrriesgaste a venir aquì?__ mencione cuando ella se apodero de mi saco y lo acomodo en el respaldo de una silla de estilo colonial.
__hay ciertas cosas que uno mismo no sabe si serìa capaz de llevarlas a cabo hasta que no las realiza.__
__no soy el tipo de hombre al que estàs acostumbrada__ mencionè al sentir que sus labios mordian los mios.
Con la corbata revuelta ambos caimos en la cama, a carolina se le habìa iluminado el rostro, pero cuando le mostrè el mismo recorte de la revista que le acerque a amparo, mudo su sonrisa infortunadamente.
__aquellos cobardes que le quitaròn la vida pagaràn muy caro esa afrenta, de hecho ellos saben que no viviràn mucho.__ mencione cuando ella pasaba sus uñas sobre mi abdomen.
__por eso me gustas alex, tienes una fuerza que me hace temblar.__
__¿quièn esta detràs de la puerta?__ mencione cuando mis manos aprisionaròn su cuello con violencìa, por lo tanto, le mencione.
__¡ahora grita carolina!, porque el fin de el mal està comenzando, ¡grita fuerte, que todos te escuchen morir!__
Afloje un poco la tensiòn de mis manos, carolina no gritaba y por eso le volvì a mencionar con firmeza, notando como su rostro medificaba el tono de su semblante.
__¡grita carolina, ahora!__
Le permitì que gritase un poco, entonces detras de la puerta se escucharòn murmullos de alarma.
La fuerza de mis brazos se desbordò y carolina adquiriò el tono violeta de un moribundo, por eso dejè de apretar cuando ella ya no respiraba.
Casi estaban por entrar, estaban queriendo tirar la puerta, pero todavìa me diò tiempo de ponerme el saco y colocar sobre el burò el reloj de pulso que traìa en ese instante.
La ventana por la que salì daba al jardin, la parte tracera del hotel estaba oscura y cuando comenzo a llover plomo, me escabullì en zing zag para no ser alcanzado por la metralla de la escolta de carolina.
Eran diez hombres vestidos con disfraces de marinos, lo note enseguida, su ropa era de pesìma calidad y el logo era una calcomanìa y no el bordado lasser acostumbrado.
Al pretender detenerme algunas gentes que andaban por ahì, se asustaròn y por ende se tiraròn al suelo.
Era muy entrada la noche, aproveche que no habìa iluminaciòn y me dì prisa, pero alcance a escuchar un enrome grupo de perros que seguramente venian detràs de mi.
El auto tenìa encendido el motor, amparo estaba ansiosa por irse, cuando entre le mencione.
__¡listo, vamonos ahora!__
Al comenzar a transitar por sobre encima de las calles, amparo mencionò.
__¿què tal estuvo?__
__tuve que salir ràpido..__
__no me refiero a eso, sino al tiempo que pasaste con ella.__
__la mujer que se acaba de quedar en ese hotel no era carolina, era un clòn fabricado por mun NOK. Ellos saben que no les pueden dar un alma, al no tenerla, sòlo hacen lo que les ordenan.__
__pero la besaste__
__sus besos estaban inertes, no acuñe ningùn sentimiento de eso...__