La Espada De Oro
(Parece extensa pero segun la lees se hace más corta, aun hace falta dar un poco mas de matización pues todo sucede rápido pero es una buena historia)
Capitulo 1
Solían decirles que estaban locos, siempre hiendose de aventura a lugares peligrosos donde no hay gente que pueda ayudarles si les ocurriera algo.
- Algún dia os pasará algo- Solían decirles sus familiares, pero ellos no hacían mucho caso de aquellos consejos, eso es lo que a ellos les gustaba, haciendo eso era como se divertían. Javier, Angel, Sandra, Crish, Alberto y Roberto eran un grupo de chicos normales, se podria decir.
Planeaban una nueva aventura un poco mas "relajada", a una casa rural que se encontraba en un lugar entre grandes montañas que ocultaban enormes y terrorificas cuevas en su interior y verdes y profundos valles donde el viento soplaba fuerte.
Juntaron el dinero que tenian para pagar el autocar que los llevaría, bastante mas caro de lo que pensaban.
-Es carísimo, la próxima vez voy andando- Dijo Javier al pagar el billete.
El viaje en el autocar fue largo, los chicos se entretenian escuchando musica, mirando por la ventana... pero Javier se había dormido al poco de subir al autocar.
Al cabo de un rato...
- Venga, despierta- dijo una voz femenina- ya estamos llegando-.
Javier desperto alarmado.Javier era un chico alto de 17 años, de pelo moreno y ojos negros, lo que se podía decir un chico normal. Lanzó un gran bostezo y retomó la posicion natural en el asiento del autocar. El autocar se habia detenido y esperaba a que los viajeros bajaran, casualmente los unicos viajeros en ese trayecto del autocar, eran Javier y sus amigos.
Javier cogio su mochila, se la puso al hombro y salio del autocar detrás de Angel.
A primera vista el paisaje daba pena, una pequeña parada de autocar hecha de madera que parecia estar apunto de irse abajo fue lo primero que encontraron nada mas bajar del autocar, pero a medida que se alzaba la vista el paisaje se hacia mas bello, con grandes terrenos verdes y cadenas de árboles.
- No veo la casa...- Dijo Javier
- Yo tampoco- contesto Alberto- Se supone que deberia estar cerca de la parada, si a eso se le puede llamar una parada.
-Esto me huele raro-Dijo pensativo Roberto- Me parece que no es este el lugar, cuando llamé me dijeron que desde ella se podía ver un gran lago. Y por aquí no veo ninguno.
-Vayamos por ese camino, estará por ahí- Propuso Angel
Los seis siguieron un camino de rocas entre árboles, pero al llegar al final se dieron cuenta que el camino no daba a ninguna parte.
-¡pero, como va a estar aqui!-repuso Crish- ¡ nos hemos equivocado de autocar !
- Pero... eso no puede ser, yo mismo mire el autocar en el que teniamos que ir- Contesto Javier.
- !Pues por eso mismo nos hemos equivocado!- Dijo Sandra en tono de burla.
- Con lo caro que era y no nos sirve de nada- Suspiro Roberto.
-Pero la casa a la que vamos está cerca de un pueblo-Dijo Javier con tono de esperanza.- no debemos estar muy lejos de ese pueblo-
-El pueblo no esta cerca de aqui, te lo aseguro.- Le contesto Crish
- Bueno, da igual cogeremos el proximo autocar, no creo que tarde mucho-
-Pues si no hay otra cosa que hacer... vamos a esperarlo en la parada -Contesto Sandra
Todos se dirigian hacia la parada cuando...
- mmm, chicos - Dijo Javier en tono pensativo- hay una mala noticia-.
-Que raro,¿Que pasa?- Pregunto Angel.
- Pues que por esta zona, como no suelen venir muchos viajeros....
-¡¿Que?!-.
-Solo vienen autocares cada tres dias.- Contesto Javier
-¡No!- Gritaron todos
- No puede ser, tiene que haber otra forma de llegar...
- Que suerte tenemos hoy, es increible- Dijo Roberto ironicamente.
- El pueblo más cercano esta a 150 kilometros- Dijo Crish mirando una pequeña guia de viajero.
-Crish, no se como puedes estar siempre tan tranquila- La dijo Angel viendo como buscaba el peublo en el mapa.
-De nada sirve desesperarse, hay que buscar soluciones.
- Bueno pues, no hay otra solucion habra que ir andando hasta el pueblo- Dijo Sandra.
- Estas de broma ¿no?, son ciento cincuenta kilometros, mil quinientos hectometros, quince mil decametros, andando.
-Lo se, saco mejores notas que tu, ¿recuerdas?
-Bueno , no hay otra solucion- Replico Angel
-No lo puedo creer- Suspiró Javier.
-Ya esta anocheciendo deberiamos acampar por aqui cerca, mañana empezaremos la ruta.
Los seis caminaron por los terrenos buscando un lugar seguro donde acampar y pasar la noche.
-Esta empezando a llover-avisó Roberto- Tenemos que darnos prisa.
-Allí, en aquella rocas, parece un buen sitio- Dijo Crish.
La noche habia caido ya totalmente sobre aquellos terrenos y los seis corrieron hacia una cadena de grandes rocas entre las que se querian refugiarse.
- Ni hablar, no pienso quedarme aqui toda la noche mojandome, encontraré otro sitio con techo- Dijo Javier con tono serio.
-Nosotros vamos contigo- Contestaron los otros chicos.
- Muy bien, pasar toda la noche buscando un lugar para dormir, pero luego no volvais aqui de rodillas.- Dijo Sandra irritada.
-Tranquila, no lo haremos- La contestaron.
Los cuatro chicos cogieron sus mochilas y se perdieron en la oscuridad. Javier se sentia de forma rara, como si estuviera siendo observado por alguien.
- Tengo la sensacion- explico Javier a sus amigos mientras andaban- de que alguien nos esta observando.
- Yo tambien tengo esa sensacion-Le contestó Angel- pero no creo que por que aqui viva nadie ni vengan muchas personas.
-Sí, es muy extraño...-
- ¡Mirar!- dijo Roberto con voz de terror- allí hay alguien.
A lo lejos, sobre una roca gigante, se divisaba una especie de sombra, como de una persona humana, pero se movia rapido como el viento.
- Vamos rápido, alli hay una cueva refugiemonos alli- Dijo Javier alterado.
Corrieron hacia una pequeña cueva, situada al pie de una de las muchas montañas que habia por esos lugares. Al entrar vieron que la apariencia que daba la cueva desde fuera no era la real, pues la el interior de la cueva era enorme. De repente una luz de una antorcha surgió de la oscuridad y desvelo el rostro de su portador, un hombre anciano, vestido con una tunica de color verde, sus ojos rojos estaban fijos en los chicos.
- ¿Quién es usted?- Preguntó Ángel con pavor.
- Creo que esa pregunta me corresponderia hacerla a mi, habeis sido vosotros quienes habeis irrumpido en mi cueva- Dijo en tono amable el anciano
-Bueno, nosotros nos hemos perdido y hay afuera habia algo, no sé muy bien el qué- Respondio Javier al amable anciano.
- Ah, perdidos, yo tambien me perdi aqui hace mucho tiempo- Dijo el anciano- Bueno seguidme, debeis de tener hambre.
- No sé si deberiamos hacerlo- susurró Alberto a Javier.
-yo tampoco pero solo hay otra solucion, o le seguimos o salimos fuera y nos encontramos con lo que allí habia- Contesto Javier.
- Esta bien.-
Los cuatro siguieron al anciano hasta que llegaron a una puerta de madera, el anciano la abrió y paso al interior, los demás aunque mas cautelosos hicieron lo mismo.
La sala que se encontraron estaba iluminada con pequeñas antorchas colgadas en la pared también había una mesa de madera tallada,un extraño baúl y una gran hoguera.
El anciano les ordeno que se sentaran alrededor de la hoguera y asi lo hicieron.
-¿Qué hace usted en esta cueva?-Pregunto Javier intrigado-no vivirá aqui ¿no?-.
-Desgraciadamente y en contra de mi voluntad, si.- afirmó el anciano.
¿Como que en contra de su voluntad?¿quién le obliga a vivir aquí?- Pregunto Alberto.
- Una fuerza hijo, una furza que tu imaginacion no puede llegar a imaginar, invisible, rápida como la luz.
-No le entiendo-
-Os lo explicare, vais a conocer una leyenda que pocos oidos han escuchado:Hace mucho tiempo, cerca de estos terrenos se encontraba una oculto entre las montañas, un lago cuyas aguas cristalinas eran casi transparentes, un día segun cuenta la leyenda, un príncipe heredero de uno de los antiguos reinos llamado Leonardo, encontró en ese lago, una espada, pero no una espada corriente, sino, una espada de oro, el oro más brillante que jamás había visto, al empuñarla sintió que su fuerza fisica y mental, agilidad y rapidez aumentaban. Después de esto, el padre del principe falleció y Leonardo heredó el trono, y casi como plagas, reinos y reinos le declararon la guerra, Leonardo venció en casi todas las batallas por el extraordinario poder de la espada de oro, pero hubo una batalla entre la que los dos últimos reyes lucharon, para sorpresa de Leonardo, una espada de oro idéntica de a la de él era la que empuñaba el rey rival que ansiaba la paz para los reinos, en ese combate Leonardo murió, bajo la espada de oro hermana que luchaba por la paz, dice la leyenda que el rey antes de morir lanzó una maldición sobre la espada del rey rival: Todo aquel que empuñe esa espada, luchará contra mis demonios, mis pesadillas que ansiarán vengar mi muerte cueste lo que cueste.
Todos los que empuñaron la espada murieron.
Solo hubo uno que sobrevivió.
-¿Quién fue el que sobrevivio? ¿y como?-Preguntó Roberto.
-Yo, sencillamente me negué a la espada, me negué a aceptar mi misión, desde entonces el mal reina sobre estas tierras, y yo solo tengo una forma de escapar, encontrado a un sucesor, alguien que acabé con el mal en mi lugar y el mal de la espada de oro solo se puede fulminar de una forma.
- Vendiendola - Dijo Javier riendose incredulamente, sin embargo los demás parecían creer las palabras del anciano muy seriamente.
- Tú puedes creer que lo que digo es una simple leyenda, que es ficción, que es falsa, que no es nada, pero sin embargo tus ojos engañan a tu mente pues no encuentras explicación para lo que ahí fuera has visto.
-¡¿Cómo sabe lo que hemos visto?!-
- Yo he visto muchos como ese, y creeme, verás cosas mucho más horribles, sentirás el miedo el cada paso que dés.
El anciano se levantó se dirigió hacia un rincón de la sala, cogió un baúl y lo llevo cerca de la hoguera.
- He estado esperando este momento mucho tiempo- Dijo el anciano.
Abrió el baúl, un brillo especial inundó la habitación, todos se arremolinaron sobre el baúl para poder ver lo que había en su interior.Era la espada de oro. Una espada de oro, larga y acabada en forma de media luna estaba en vista de todos.
-Los incredulos solo creen lo que ven- Dijo el anciano mirando a Javier.
Javier quedó aterrorizado con el simple hecho de pensar que la leyenda fuera cierta.
-Tenemos...-Dijo Javier asustado- que volver con nuestras amigas-.
-Ah, sí, vuestras amigas, ya las encontré yo.-Respondió el anciano.
-¿Cómo?Cómo las haya hecho algo...- Dijo Javier con furia.
-Tienes fuerza en tu interior muchacho, pero simplemente eres un niño,¡ no tienes idea de nada !
La furia creció en el interior de Javier, nunca se había sentido así, aquel anciano había conseguido llevarle hasta los limites de su paciencia. Se levantó con tal furia que casi incoscientemente, empuño la espada y amenazo con ella al anciano.Todos se quedaron mirando a Javier.
-No, no, ¡no sabes lo que has hecho!-Dijo el anciano con voz de espanto.
La espada comenzó a brillar de una manera aún más especial. Un viento extraño invadió habitación como si de un tornado se tratara, volcó la mesa y apagó la hoguera. Todos estaban asustados.
-Ya está aquí-.Susurro el anciano.
Esa fuerza empujo a Javier contra la pared y cayo incosciente al suelo.
Capitulo 2
Javier despertó con un fuerte dolor en la cabeza, estaba tumbado en el suelo y no podía moverse. Todos estaban alrededor suyo, incluso Sandra y Crish, no tenía fuerzas para levantarse, todo le daba vueltas, no oía las voces de sus amigos. Volvío a caer incosciente.
-Pongamosle sentado- Dijo Crish
-Si la leyenda es cierta...¿qué pasaría ahora?
-Pues, que el chico tendria que ocupar mi lugar, acabar con lo que yo no pude.-Respondió el anciano.
El pensamiento en la mente de cada uno de ellos era muy claro : ¿Y si fuera cierta?¿Que pasaria con Javier?
El anciano se levantó y dijo:
-Solo hay una forma, encontrar al poseedor de la espada que empuñó en tiempos pasados el rey Leonardo, y acabar con él.
Javier volvió a despertar e hizo amago de intentar levantarse, pero Crish le sujetó para que permaneciera sentado.
- Chico- continuó explicando el anciano- mi vida y la de tus amigos está en tus manos y...
El anciano no pudo continuar, un ruido tremendo se escuchaba a traves de la puerta, como si fuera hacia la habitacion donde ellos se encotraban. Todo quedó en silencio por unos segundos.
-Rápido- dijo el anciano rompiendo el silencio- por aquí.
El anciano abrió una trampilla que había en el suelo.
Uno a uno fueron bajando. El silencio volvió a reinar en el ambiente. El ruido de la puerta de la habitación al abrirse provocó que varios de ellos ahogaran un grito.
Los chicos miraban a traves de las rajitas que tenia la trampilla. Al ver lo que había entrado en la habitación quedaron asombrados. Un ser de color rojo, el cual de la espalda le salian cuernos afilados, cabeza hundida hacia adentro, una cola que parecia recubierta de roca, con dos cuernos que salian de su frente y unos dientes afilados similares a los de un tiburon blanco. Andaba a a dos patas, lanzando unos gruñidos nunca oidos por ninguno de los chicos.
-¿Qué es eso ?- susurró Javier aterrorizado
-Un recroz, uno de los más debiles que veras- Le respondió en voz baja el anciano.
-Ahora- prosiguió el anciano-Solo te queda decidir.
Y sin dar tiempo a preguntar al anciano, Javier respondió.
-Acepto-
Armandose de valor, Javier abrió la trampilla y salió. Nada más salir se encontro cara a cara con el recroz, al cual miro con festo desafiante. Javier divisó el baúl que contenia la espada, sin pensarlo, corrió hacia él, lo abrió y empuñó la espada. El recroz lanzó un zarpazo, que Javier logro esquivar por los pelos. Javier nunca había tenido una espada en sus manos y por eso estaba muy nervioso tenía miedo de no poder lograrlo pero,a la vez, sentia que podía acabar con el recroz, se sentia con fuerzas.
La lucha era muy rapida, Javier atacaba con la espada pero nunca lograba alcanzar al recroz, sin embargo las envestidas del monstruo siempre le cogían desprevenido. Javier parecia indefenso solo esquivó lo que pudo, pero no logró esquivar un coletazo que lo tiró al suelo, se sentía confuso. Esta vez si que no se podía salvar, aquel monstruo parecía dispuesto a acabar con el.El recroz alzó la cola, como para acabar con Javier
- ¡Noo!-
Crish había salido de la habitación oculta debajo del suelo y parecía querer llamar la atención del monstruo. El recroz la lanzo una mirada amenazadora, se dió la vuelta y lanzó un gran coletazo contra ella, la cual salió despedida contra la pared. Javier se había levantado ya. El recroz volvió a mirarle y arremetió de nuevo contra él y Javier a la vez que lo esquivo, hincó con todas sus fuerzas la espada en el cuerpo del recroz. Sacó la espada, y el recroz cayo muerto al suelo. Javier dejó la espada y fue directo donde habia caido Crish.
- ¿Estas bien?-Preguntó Javier alarmado.
-Sí, creo... Respondió
-¿Por qué lo has hecho? Continuó preguntando Javier- Podría haberte matado.
Crish no respondió. Todos salieron ya de la habitación oculta. y observaban atonitos el cadaver del monstruo.
-¡Has estado increible Javier! ¿Como lo has hecho?- Le dijo Angel estusiasmado.
-Muy bien, chico- Dijo el anciano- Has demostrado que tienes mucha valentía. Ha llegado la hora, recuerda debes acabar con el poseedor de la espada de Leonardo.
-¿Pero.. donde esta?¿Cual es el camino?
-Encontrar el camino es tu misión.- Respondió el anciano- Por cierto tengo algo para vosotros. Seguidme
El anciano los guió de nuevo por las enormes galerías tan oscuras que solo podian ver al compañero que tenian delante, el anciano sin embargo parecia saber muy bien por donde iba. Javier, el cual llevaba la espada de oro en su mano derecha, pensaba que tenía que haber vivido aquí mucho tiempo, para saber guiarse y encontrar esas salas. Le preguntó
-¿Cuánto tiempo lleva viviendo por aquí?-
-Más del que te imaginas, chico-Le respondió el anciano- mas del que te imaginas...
Llegaron hasta una puerta igual que la de la habitación anterior y pasaron al interior.
Antes ellos había una gran sala, iluminada como toda la cueva con antorchas. En las paredes habia colgadas multitud de armas antiguas: espadas, lanzas, escudos, ballestas...
Todos quedaron sorprendidos al verlo.
-Coger algunas,es lo unico que es puede librar de la muerte.-
-¿No hay armas mas... -Pregunto Sandra al ver aquello-más modernas?
-Esta batalla no tendría que haberse librado en la actualidad sino hace mucho tiempo, estas son las armas con las que se debe combatir-Respondió el anciano.
-ah, vale- Respondio Sandra.
Cada uno cogio algun arma de la pared: Alberto y Angel cogieron dos espadas largas, Roberto una lanza, Crish una ballesta y flechas y Sandra unas dagas.
El sol iluminaba ya el rostro de todos ellos que admiraban la belleza de aquellos paisajes desde la entrada de la cueva. Desde la posicion en la que estaban se divisiban senderos cuyo fin la vista no alcanzaba ver.
-Bien chico, aqui comienza tu historia- Comenzo a decir pausadamente el anciano- Sé cauto y no tomes decisiones precipitadas, recuerda bien estas palabras.
Todo era muy extraño, hace unos días a esa hora todos ellos estabn durmiendo y ahora se preparan para un camino sin rumbo, ni fin.
-Bien y...¿Hacía donde vamos?-Pregunto Sandra-
-No tengo ni idea-Respondio Javier, que observaba atonito un gran bosque a lo lejos.
Javier comenzó a andar hacia uno de los muchos senderos y los demas le siguieron.
-¡Como que no tienes ni idea!- Dijo Sandra alterada - y ¿hacia donde se supone que estamos andando?
Javier se paró a la entrada del sendero.
- Estoy tan liado o mas que tú, lo unico que se es que no se nada. No se donde estamos, no se donde vamos...- pero creo que alguno de estos caminos debe llevar a algún lugar -Respondió Javier.
Caminaron por el oscuro sendero pues aunque era de día el sendero atravesaba grandes cadenas de altos arboles que cubrian la luz del sol. Al mediodía llegaron a un cruce de caminos y fueron por el camino que pensaron mas seguro.
Hicieron un alto en el camino para tomar un almuerzo rapido y continuaron la ruta. Los pies de todos ellos estaban cansados pues llevaban toda la mañana caminando. A lo lejos veían grandes colinas cubiertas por nubes de un color gris que amenazaban tormenta. Continuamente les parecia estar escuchando ruidos extraños de los arboles incluso de las mismas rocas. Aquello era muy extraño. Y así llegaron al final del sendero, el cielo se estaba cubriendo de un color violeta y dicidieron parar el camino.
- Pasaremos aqui la noche-Dijo Crish observando el lugar.
Dejaron las mochilas y encendieron una pequeña hoguera pues la noche era fria en aquel lugar. Decidieron ponerse de acuerdo para hacer guardia durante la noche. Visto lo visto habia que tener el maximo cuidado posible. Javier se propuso para quedarse el primero y, asi fue.
Todos cayeron en las redes del sueño mientras Javier permanecía despierto sentado encima de una roca. El ambiente era demasiado silencioso para su gusto, era como si toda la naturaleza que había a su alrededor estuviese escuchando y no quisiese emitir ningun ruido. El sueño estaba llegando a él cada vez con mas fuerza, varias veces quedó dormido y desperto alarmado al creer oir el sonido de unos pasos. Cuando todo parecia tranquilo, Javier vió a lo lejos una pequeña luz, y se oía el eco de unos gruñidos. Javier sintio como el miedo le embargaba. Estaba el solo ¿que pasaría si me atacaran?-pensó.
Javier miró hacia donde estaban descansando sus amigos y vio que Alberto se estaba incorporando silenciosamente. se acerco a el y dijo:
-¿Ocurre algo?-
-Observa a lo lejos- Respondio Javier señalando el punto de donde provenían los gruñidos.
-¿Que son?Pregunto en voz baja Alberto.
- No lo sé - Respondio Javier- Pero solo hay una forma de saberlo, Vamos - coge tu espada.
Alberto busco su macuto entre los 6 que habia, llevaba metida la espada en el.
-Esperad, yo tambien voy con vosotros-
Javier y Alberto se dieron la vuelta y vieron que Crish se acercaba a ellos, parecia que habia estado escuchando la conversacion.
-Tranquilos, si estan donde nosotros vamos no creo que les ataquen a ellos- Susurro Crish señalando a los que todavia dormian.
Los tres cogieron sus cosas en silencio y caminaron sigilosamente ocultandose entre arboles y rocas grandes hacia aquellos extraños gruñidos.
Mientras caminaban hablaban en susurros u observaban todo lo que les rodeaba.Trataban de no pisar ramas caidas de los arboles haciendo el menor ruido posible y se cubrieron con unas mantas oscuras que llevaban en la mochila para que no les distinguieran en la oscuridad. Al fin se llegaron a una medida cautelosa de donde estaba aquella luz y distinguieron que era una gran hoguera. Los tres subieron en silencio a un gran árbol pensando que desde alli podrian ver quien había encendido la hoguera. Treparon hasta la parte más alta del árbol con mucho esfuerzo y se ocultaron entre las ramas. Desde allí intentaron observar aunque era muy dificil por que la oscuridad parecia muy espesa. Al fin consiguieron ver lo que era. A Javier le dió un vuelco el corazon al observar a aquellas criaturas y tuvo la misma sensación que cuando luchó con el Recroz. Median unos tres metros de altura, tenian el cuerpo cubierto de algo similar a escamas e iban armados con hachas.No eran hachas normales pues tenían un mango mucho mas largo. Tenían calaveras colgadas del cinturón y unas botas de hierro con pinchos alrededor.. Roberto observó que aparecian y desaparecian a placer.
-Fijaos- Susurro Roberto- Se hacen invisibles.
Parecían estar entrenandose pues estaban organizados de dos en dos y luchaban entre ellos con frialdad. Incluso hubo algunos que utillizaban las hachas y acababan con el otro.
-¿Que hacemos?- Pregunto Crish en voz baja.
-No lo sé-Respondio Javier- Quiza deberiamos avisar a los demás
-Si pues debemos darnos prisa- Dijo Alberto asustado- Parece que continúan la marcha.
Aquellos seres se juntaron en un solo grupo y se lanzaban extraños gruñidos unos a otros. Se disolvio el grupo y parecian dispuestos a marcharse. Apagaron la hoguera y amontonaron los cadaveres de los que habian fallecido en el entrenamiento.
Los tres bajaron del árbol a toda prisa, y corrieron sin mirar a donde.Aquellas criaturas, llamadas heilozs, habian oido el ruido de los pasos y habian salido a paso rapido tras ellos. Javier se dio cuenta de que los seguian y aviso a los demas para que fueran más rapido. Lo unico que alumbraba aquel paisaje sumiso en las sombras era el fulgor de la luna. Asustados pero decididos a luchar si era necesario, los tres corrian a mas no poder. Casi sin darse cuenta habian llegado a un prado y se habian escondido detras de un arbol caido. Callaron para tratar de escuchar los pasos de los heilozs pero lo unico que lograron escuchar fue el sonido de los grillos. Al rato se comenzo a oir una marcha que nuca cambiaba el ritmo. Sentian miedo
Continuará....