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Categoría: Hechos Reales

OTRA OPORTUNIDAD

Domingo en la mañana.

Me hallo durmiendo plácidamente sobre mi colchón suave como una roca y semiortopédico y semiergonómico; digo semiortopédico y semiergonómico porque lo correcto sería que él se acomodara a mis necesidades, pero la verdad es que si yo no me acomodo a él, sencillamente no puedo dormir.
A pesar de todo aquella mañana yo dormía como un angelito cuando de pronto, ¡RING, RING! Yo traté de ignorar aquel ruido, pero créanme que pienso que el fabricante de este teléfono era sordo porque el maldito aparato es pequeño pero suena durísimo, así que me fue imposible seguir haciéndome el loco. Me levante con sueño aún, y con el genio que puede levantarse alguien que se ha acostado a las tres de la mañana, cansado y cuyo Domingo es el único día que pude dormir hasta tarde, y cuando digo “tarde” me refiero pasado el medio día y no hasta las 08:30.
Levanté el teléfono y dije: ¡Aló!. Al otro lado de la línea alguien me respondió “hola hermanito”. Yo tenia decidido tragarme al que fuera pero a mi hermana no la veo sino una vez al año y en aquella ocasión hacía un mes no hablaba con ella, así que me tocó volverme más amable.
Le pregunté el motivo de la llamada y me respondió que era para saludarme y para decirme algo; que no me fuera a preocupar pero que mamá tenia una enfermedad grave y que la iban a dejar hospitalizada; mientras me decía esto empezó a llorar, pero aún así “que no me preocupara”. Quedamos en que me llamaría más tarde para decirme más.
Sobra decir que el sueño se me fue, el mal genio se transformó en tristeza y algo de miedo, que se veía reflejado cada vez que sonaba el teléfono; miedo a qué...? a que se repitiera el mismo suceso de un año atrás cuando recibí la primera llamada a mi trabajo: como es lógico corrí a recibir la llamada preguntándome a qué niña habría dejado tan impresionada con mi voz que me estaba llamando para escucharme nuevamente; tomé el teléfono y efectivamente era una mujer; en ese momento empezó el desfile de viejas por mi cabeza, y mientras eso pasaba yo trataba de asociar la voz con alguna de ellas pero deduje que no la conocía cuando me dijo ¿Señor Andres?...Hasta ahí yo tenia una cierta sonrisa. Entonces la voz de mujer me dijo: “le habla la operadora del conmutador, lo han llamado toda la mañana y como no lo encontraron le dejaron una razón. Desafortunadamente me toca decirle algo no muy agradable y es que su papá murió y lo entierran hoy”... Yo me quedé sin saber que hacer o que decir, por eso cuando sonaba el teléfono temía que me fueran a decir algo similar. Afortunadamente aquella vez fue diferente porque hablé con mamá y ella me dijo que el asunto no era tan grave.
Me tranquilicé pero ese incidente sirvió para que me diera cuenta de muchas cosas; una de ellas era que mi papá murió y nunca le dije que lo quería y ahora que tenia la oportunidad de hacerlo con mi mamá no la iba a desaprovechar. Uno piensa que esto es fácil, pero realmente no es tan fácil, al menos para mi no lo era, y por eso al hablar con mi madre recordé las palabras de mi instructor: Resulta que cada vez que cumple años y a diferencia de mucha gente, él no espera que lo feliciten, por el contrario, toma el teléfono llama a la mamá y le agradece por haberle dado la vida, por haberlo sacado adelante. Yo nunca se lo había agradecido a la mía pero ese día lo hice y casi a punto de llorar le dije que se cuidara porque ya me había quedado sin papá y no me quería quedar sin mamá.

Meses atrás, alguien ya me había dicho que la mamá es lo más importante, pero que desgraciadamente él lo había entendido demasiado tarde; que él quisiera ahora llegar a la casa, encontrar a su mamá ahí y darle un abrazo, decirle cuanto la quería...
“Yo ya no puedo hacerlo, pero usted que aún puede hágalo”.
Ese día me lo dijeron a mí, ahora yo se los digo a ustedes: “Cuando vayan a su casa abracen a su mamá y díganle que la quieren mucho, háganlo ahora que pueden, ¡¡ háganlo rápido!!, Porque el tiempo pasa y la vida se acaba; si dejan pasar esta oportunidad, tal vez después sea demasiado tarde.
Datos del Cuento
  • Autor: Argos
  • Código: 1336
  • Fecha: 08-02-2003
  • Categoría: Hechos Reales
  • Media: 5.34
  • Votos: 88
  • Envios: 0
  • Lecturas: 3993
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Paloma
invitado-Paloma 04-10-2004 00:00:00

Que buena historia y conmovedora Argo.De veras las mamàs somos ùnicas.Te lo digo yò y con razòn Paloma

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