todo comenzo un dia soleado de agosto, el año ya no es necesario decir. juan jose se hallaba como siemrpe en su oficina de rentas analizando balances y cuentas sobre las hectareas del terreno. cuando oyo unos toquidos a la puerta color añil:
- pase usted.- dijo juan jose, sin inmutarse ni quitar los ojos del papael financiero y escribiendo. era una de sus criadas. la mulata caridad Gonzalez; una muejr algo joven pero ya robsuta de caderas por ser una mujer casada con un peon de minas en el ahuizote: don Manuel. venia callada y en sus labios color carmesi brotaba la austeridad. don juan jose le miro y despues le pregunto, pasivo.
-ah! si eres tu, caridad. crei que te hallabas con las criadas de la cocina. ¿ que te trae por aqui?
- nada en realidad, señor. vengo a darle un recado de parte de los oidores de la real audiencia. es sobre. la hacienda.
- uff-. suspiro este, como molesto por tal aviso-. no se cuanto mas aguantare sus rezongos y desavenencias. si pago todo lo que sobra o falta a la hacienda, no veo porque me reclaman. y, ¿ cuando vienen?
- el martes pasadas las cuatro.- afirmo la mujer-. el señor beistegui roman (era el que mas queria saber como iba su hacienda pues era el acreedor mas importante de los administradores que conformaban su grupo). llegara un poco mas temprano para aclarar el uso de suelo en las hectareas y cuantas alcabalas gana cada peon. tal vez no le ira bien a naiden en la hacienda, señor.
hubo un silencio de 30 segundos. la mujer, un poco insegura y mas temeosa aun jugueteaba con un tirabuzon de su vestido deshilachado color azul. el solo miraba hacia la nada, reflexionando la situacion y porque don roman lo enfrentaba asi, luego de unos 6 años de amistad profesional y formal. al fin tomo la palabra:
- bueno, avisale a Simon (asi se llamaba beistegui) que lo espero sin dilacion: lo demas ya vere comoe ndosarlo. por lo pronto, regresa a tu puesto: ya ves que la patrona de las cocineras, doña Matiana es muy exigente.
la mulata sin contestar, hizo una reverencia y se fue. don jose ladeo la cabeza " bien lo decia mi abuelo- penso-. estos son como los buitres que no te dejan en paz hasta que te sacan todo". asi, suspiro y siguio transcribiendo las cuentas. mas tarde llamo al capataz trinidad Lopez, caracterizado por su agresividad y su tono de voz ronco.
trinidad, buenas mercedes-. dijo al ver entrar al hombron-. ¿tienes a los muchachos para la tarea de peones? recuerda que estan ya escaseando por las neuvas haciendas y los indios que nunca parecen estar hartisimos de hambre.
- si, don jose. llegan mañana a las siete.- dijo el tipo.
bueno. puedes retirarte. asi solo de neuvo, siguio. no sabia que el destino le deparaba un encuentro inesperado con su sangre, que lcuahria con el. continaura.