THE ADVENTURE OF JOLLY TERCERA PARTE.

CAPITULO TERCERO
“El viaje”


Unas horas después de ocurrido el suceso…

-¡Gneis!, ¡Gneis!-, ¿En dónde está mi mochila?
-¡En el cajón de la esquina!- Respondió con voz agitada una pequeña mujer que acababa de entrar en la habitación.
¡Pronto!, Prepara mi mochila de viaje, ¡Debo salir esta misma noche!.
-¿Salir su alteza?-, -¡Pero si acaba de llegar!-; ¿A dónde tenéis pensado ir a estas horas de la tarde?, pronto anochecerá.

No preguntes mi fiel nana, debo ir al reino vecino para advertirles sobre los peligros que se aproximan, tú bien sabes que esto es un asunto que concierne a los siete reinos y que por esa razón debo entrevistarme lo antes posible con las demás princesas del planeta.

¡Apresúrate!, ¡empaca algo de comida y una colcha de viaje!, parto ahora mismo.
-Si su alteza-, -inmediatamente preparo sus cosas para el viaje-.

Minutos más tarde…
-Ya todo está listo mi Lady-…
Nana… ¿Qué ocurre?
Nada mi niña, solamente me preocupo por vuestra seguridad; ¿No os parece más adecuado si algunos soldados os acompañan?

-¡No mi fiel nana!- Este viaje debo hacerlo sola, es mejor hacerlo así para no atraer la atención de esa mujer; mejor dime… ¿qué te parece?, ---Jolly miró a la nana Gneis en busca de aprobación para sus ropas mientras daba una pequeño giro, (vestía unos pantalones negros y una blusa blanca de cuello sencillo, llevaba también unos zapatos deportivos y a la espalda una mochila mediana de viaje).---.

Bueno nana, deséame suerte, ¡No olvides que nadie en el reino debe saber de mi partida!, no debemos alterar más al pueblo. (Diciendo esto, Jolly dio media vuelta y se dirigió caminando hacia la puerta de la habitación seguida por su nana, quien la acompaño hasta salir del palacio por la parte de atrás); Ya en la puerta Jolly se volteó, miró a la vieja Gneis, sonrió y dijo: ¡No olvides decir a Manly que él queda a cargo del reino mientras yo me encuentre ausente!, luego se acercó a su nana, la abrazó suavemente y le susurró al oído: -No te preocupes, estaré bien-, y dicho esto emprendió camino.

Sola y únicamente con una mochila que contenía algo de comida, una colcha de viaje y algunos otros elementos necesarios para acampar Jolly emprendió viaje hacia el reino vecino. Caminó hasta el anochecer, entonces se detuvo, recogió algunos leños secos, encendió una fogata, puso hervir un poco de agua y preparó algo de lo que llevaba para comer, alistó luego su colcha de viaje y finalmente se acostó a dormir al lado de la fogata y al calor de la hoguera.

A la mañana siguiente Jolly se despertó muy temprano, recogió todo lo que había utilizado la noche anterior, tomo algo de comer que había quedado de la noche anterior, luego se cercioró que la fogata estuviera apagada, inspeccionó rápidamente un pequeño mapa que sacó del bolso y emprendió camino nuevamente.

A media mañana se encontró frente a la entrada de un espeso bosque, (hasta ese momento ella había seguido un pequeño y angosto sendero que era utilizado por los campesinos y leñadores para transportar sus mercancías entre los reinos), aquel bosque era el limite que separaba al reino de Gramia del reino vecino de Tornyus; Ella sabía que era muy peligroso aventurarse por aquellos terrenos, pero también sabía que no podía continuar por el sendero pues lo más seguro es que estuviera vigilado por los vasallos de aquella mujer. Se detuvo entonces por unos instantes, observó con asombro la magnificencia de aquellos gigantescos árboles, dio un suspiro y luego se aventuró a entrar en él.

Caminó entre los gigantescos eucaliptos y secoyas que se alzaban majestuosamente a su alrededor, sus hojas despedían un agradable aroma que se extendía por todo el lugar. Luego de algunas horas llegó a un claro del bosque rodeado por hermosos árboles de magnolia que adornaban bellamente el lugar con sus flores blancas, y allí encontró también algunos arbustos de arándano y pequeños árboles de albaricoque y durazno de los cuales recogió unos cuantos frutos, comió algunos y guardó el resto en su mochila para comerlos luego; luego encendió una fogata, puso a calentar un poco de agua y se sentó en una gran piedra que había allí cerca de esperar mientras hervía la comida que acababa de colocar en el fogón, eran aproximadamente las cinco de la tarde de su segundo día de viaje cuando sus pensamientos fueron interrumpidos por un extraño ruido que parecía aproximarse hacia donde ella se
Encontraba descansando, eso la asustó bastante, inmediatamente se levantó de su lugar, apagó rápidamente la hoguera y se apresuró a ocultarse detrás de un gran árbol. Observó cuidadosamente hacia la dirección de la que provenía aquel misterioso sonido… esperó durante unos segundos, (al principio le costó trabajo identificarlo, pero poco a poco aquel ruido se hacía más fuerte, más claro y fácil de escuchar), hizo silencio y escuchó atentamente y pudo saber que aquel sonido se estaba acercando muy a prisa y cada vez más y más… el corazón comenzó a latirle rápidamente, estaba asustada, no sabía qué era lo que se estaba acercando, (parecían los pasos de alguien corriendo, sin embargo no estaba segura, además podía ser cualquiera, inclusive los vasallos de aquella extraña mujer.

Podía escuchar cada vez más cerca aquel sonido, cuando… vislumbró en la distancia la silueta de un hombre joven que corría en dirección hacia donde ella se encontraba.

-¡Que apuesto es!- se dijo ella en voz baja!-, (era un joven muy atractivo de no más de 28 años, tenía el cabello de color negro intenso, alto, (debía medir aproximadamente 1.78 metros), contextura media y brazos fuertes, (podía observarse levemente el contorno de su musculatura no muy prominente a través de sus ropas), con hermosos ojos oscuros y mirada serena , vestía un atuendo de la realeza color oscuro y llevaba una larga capa color negro sobre sus hombros.

-Parecía que huyera de algo o de alguien…-.

Apenas a unos pocos metros de distancia de donde ella estaba, el muchacho tropezó con una rama seca y cayó bruscamente al suelo, miró hacia atrás con expresión de pánico, sólo entonces Jolly divisó el gigantesco monstruo que lo estaba persiguiendo, (media poco más de tres metros y estaba hecho como de roca burda y mal tallada, tenía ojos grandes y hundidos en su rostro envejecido, y de su boca sobresalían toscamente dos grandes colmillos retorcidos, lo cual le daba un aspecto aún más amenazador.

El muchacho rápidamente se dio vuelta e intentó levantarse sin éxito, entonces se arrastró unos pocos centímetros sobre el suelo, su larga capa negra se ensució con el suelo del bosque, y en su rostro se deslizaron dos lánguidas lágrimas…

Jolly fijó nuevamente su mirada hacia la dirección del monstruo, este había dejado ya de correr, ahora caminaba lentamente en dirección al muchacho…

- ¡Yarpus aserger!-, -¡Ainamid et arepse!-. (Se oyó decir con voz ronca al monstruo).
- ¡Nunca!, ¡no pienso regresar! (Respondió el joven).
- ¡Im aroñes on arepse anu avitagen!-.
- ¡Pues dile a tu señora que yo no voy a regresar!-.
- ¡Yarpus es adeuq isa abed ri a al abmut! ¡Oy on el omet a al etreum!-. (Concluyó diciendo el muchacho).

-¡Que extraño idioma el que hablan esos dos!, ¡Es el mismo idioma que habla la hechicera!, -Se dijo Jolly para sí bastante confundida-.

El gigantesco monstruo tomó entonces al muchacho por al capa y lo alzó sobre el suelo en sólo un jalón, se disponía a golpearlo cuando pronunció de nuevo un par de palabras en aquel extraño idioma…
¡Yov im aroñes!,
Y dicho esto el monstruo desapareció misteriosamente dejando al muchacho atrás tirado en el suelo.

Todo esto sucedió tan rápido que Jolly apenas tuvo tiempo de respirar, aún intentaba asimilar lo ocurrido mientras observaba al muchacho levantarse tambaleante del suelo; sin embargo la había dejado intrigada el hecho que el monstruo hubiera desaparecido tan de repente.

CONTINÚA...
CAPITULO CUARTO
"El Príncipe Perdido".