Cindy... o tú

Hoy amanecí feliz porque tú me amabas (¿sería correcto dejarlo en pretérito?).
Es cierto, que como dices, son muchas de donde puedo elegir. El problema es que yo no soy el que elige... es mi necio corazón. Tozudo como ninguno. Él me dice que la elegida eres tú.
Que más quisiera yo que poder elegir. Pero no puedo... te amo a ti.
Tras de mi, firme muy firme podrían calificar cuatro serios prospectos a novia:
Cindy Rosses: 34 años, viuda, dos hijos, médico cirujana.
Katiuska Nüreiev: 38 años, divorciada, dos hijos, médico Intensivista, anestesista.
Adriana Gómez: 36 años, Secretaria, soltera.
Milagros Sanchez: 25 años, soltera (hasta su madre quiere que seamos novios) Es muy joven para mi.
Cambié un poco los nombres para no afectarlas si algún conocido me lee.

De todas ellas solo estuve enamorado de Cindy y no tuve nada con las otras porque pese a lo que tú piensas no soy un “Don Juan”.
Pero pasó el tiempo y vine a enamorarme de tu amiga (ya sabes quien) y ya sabes lo que nos pasó. Gracias a ella te conocí a ti.
Maldita la hora. Porque si hay alguien difícil de tratar esa eres tú.
Ahora me dices que realmente vas a tomar esto a broma. ¿Sabes? No te creo.
Pero si te creo o no carece de relevancia. Lo importante es que te pongas frente al espejo y te digas a ti misma que no me amas.
¡Vamos! ¿Qué esperas? ... ¿NO PUEDES cierto?
Abres tus ojos y piensas en mí y te acuestas pensando en mí. A mi me pasa lo mismo contigo ¿Qué creías?
Dime ¿qué harías si te dijera que en el fin de semana que viene voy a estar en el hotel que tú sabes, esperándote?
¿Qué harías si mañana me mudara a España?
¿Te atreverías a decirme en mi cara que no me amas?
Considerando que soy un arrogante y engreído pudiera ser que esté equivocado.
¿Tú qué piensas... estoy equivocado?

Ahora es cuando Cindy se da cuenta que también me ama. Pero ya es tarde porque te amo y no puedo “aprovecharme” de ella porque no sería correcto ni justo.
¿Cindy o tú? ¡Qué irónica es la vida!


Es contigo ... Julieta.


Joaquín