Los haré pescadores de hombres.
(Historias Biblicas para niños. 100)
En la historia bíblica de hoy basada en la vida de Jesucristo veremos principalmente tres interesantes puntos: A que se dedican los cuatro hombres que elige Jesús para que lo acompañen a tiempo completo en predicar el Reino de Dios y sus nombres. También, veremos un milagro que asusta a uno de ellos y además, a qué tipo de pesca se dedicarán ahora estos cuatro discípulos. Comencemos…
Después que la gente de Nazaret intentan matar a Jesús, él se va a vivir a la ciudad de Capernaum. [Lucas 5:1] Esto cumple la profecía de Isaias que decía que los galileos que vivieran junto al mar verían una gran luz [Isaías 9:1, 2].
Así, en Galilea, Jesus sigue anunciando que “el Reino de los cielos se ha acercado” [Mateo 4:17]. En esta región encuentra a cuatro de sus discípulos. Estos viajaron anteriormente con Jesús, pero, cuando regresaron con el de Judea, volvieron a su negocio de pesca [Juan 1:35 al 42]. Sin embargo, ha llegado el momento de que lo acompañen todo el tiempo a fin de que Jesucristo pueda prepararlos para seguir con el ministerio cuando él ya no esté.
Mientras camina por la orilla del lago, Jesucristo ve a Simon Pedro, a su hermano Andres y algunos de sus compañeros lavando las redes. El se acerca a donde están ellos, sube a la barca de Pedro y le pide que la aleje un poco de la orilla. Cuando está a cierta distancia, se sienta y comienza a enseñarles verdades sobre el Reino a las muchas personas que están en la playa.
Luego, Jesucristo le dice a Pedro: “Rema a aguas profundas y echen allí las redes para que pesquen”. Pero él le responde: “Maestro trabajamos sin descanso toda la noche y no sacamos nada, pero, porque lo dices tú, bajaré las redes” [Lucas 5:4, 5].
Cuando Pedro y los que están con él lo hacen, capturan tantísimos peces que las redes empiezan a romperse. Rápidamente hacen señas a sus socios, que están cerca en otra barca, para que vayan a ayudarlos. En poco tiempo, las dos barcas llegan a estar tan cargadas que empiezan a hundirse. Al ver esto, Pedro cae ante Jesús y le dice: “Apártate de mí, señor, porque soy un hombre pecador”. Pero Jesucristo le contesta: “Ya no tengas miedo. A partir de ahora estarás pescando hombres” [Lucas 5:8, 10]
Entonces, Jesucristo le dice a Pedro y Andres: “Siganme y los haré pescadores de hombres”. [Mateo 4:19]. Además, extiende la misma invitación a otros dos pescadores: Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo. Los cuatro hombres pescadores lo aceptan sin dudar. Dejan su negocio de pesca y se convierten en los primeros discípulos de Jesus que se irán con el exclusivamente a acompañarlo.
Este relato puedes leerlo en tu propia Biblia en los capítulos y versículos de los evangelios de Mateo 4:13 al 22. Marcos 1:16 al 20. Lucas 5:1 al 11.