Aun mantengo en mi vida momentos que al recordarlos hieren, aún subsiste en mi corazón el pesado silencio.
Cada día se rompe más mi vestido de ilusiones, cada mañana, cada tarde en que nada sé, en que ya nada entiendo, cada vez que acude a mi mente la idea inquieta de no comprender qué pasó, donde estuvo ese mal que tanto hirió, conocías mis sentimientos, nada dije que fuera atroz, desmedido, ¿donde habitaban las palabras que mostraron daño?, ¿dónde las intenciones de hundir, de lastimar?, ¿dónde las provocaciones y los agrios sentimientos que arañan, que oprimen cuando hay amistad?. Me duele enfrentarme con el pensamiento herido de que no soy merecedora ni de una palabra amable, no ya cercana, tan solo comedida, dicha simplemente con sinceridad.
Pero tan solo me quedo ya en silencio,vencida en tu vanidad, ya no lucho, ya no le veo sentido a ninguno de mis propósitos de comprender, de escuchar, de ser escuchada, ya no me entretengo en saber, he tenido que pedir, que rogar, un poco de privacidad, no saber cómo proseguía tu vida, no conocer ninguna realidad tuya más, ya no deseo detenerme en desentrañar donde está el egoismo, donde el interés de quien me lo quería contar, donde se esconde en toda esta historia mi realidad y tu realidad.
Pasarán los días y en los lentos amaneceres de mi soledad escucharé, como ecos de lo que quise en mi vida, vuestras risas, vuestros momentos de cariño que ahora se clavan, cuando los recuerdo, como puñales en mi lastimado corazón.
Y yo tan solo seré ya la palabra prohibida en cualquier contexto, silenciarás mi nombre con vergüenza, creyendo que así todo se encajará mejor en tu vida,y nadie te preguntará, pero, revoloteando por tu pensamiento, como ahora lo hace por el mío, no podrás evitar pensar que se terminaron las sonrisas verdaderas, que lo que tienes a tu lado son las risas flojas, el bullicio, la fiesta, la rutina ensordecedora que escucharás tratando de ocupar todos los rincones de tu vida, tratando de llenar el pequeño espacio que aún sobrevive auténtico en tu corazón.
Aún así yo seguiré mirándote, desde lejos, pero con una sonrisa, agradeciendole a la vida haber tenido un tiempo de calor contigo, el milagro y esplendor de algo que es dificil comprender sin el corazón abierto de par en par, ese secreto jamás contado, silenciado y escondido ya para siempre, a medio camino entre la mentira y la verdad.
Por un momento de valentía toda una vida, ciertamente, puede cambiar.