habia pasado mucho tiempo desde que martina entrara al prostibulo; ahora ya era una mujerona con facha casi masculina, varonil: algo gorda, con rostro ajado y siempre traia un cigarro fumando en el dia. la vida del burdel, desde sus inicios hacia un tiempo habianla pulido. ya confesaba unos 39 años. claro, ya no ejercia y ahora se hallaba administrando el mismo oficio que le habia dado con que durante su lozania y albedrio arrabalero; su padrote o el jefe habia fallecido brutalmente tras reñir con otro padrote que queria apoderarse de la zona y al ganar ellos, habianle delegado primero el cargo de padrote a Marco, uno de sus "compañeros" de juerga. ahora, el padrote era un dichoso Julian gomez y ella, por ser la mas respetada y con mas adeptos entre el viejo mujerio era su ayudante en traer chicas. ese dia de abril habia sido muy caluroso: hacia 10 horas que habia salido el padrote y habiala dejado a ella sentada ante un viejo buro color gris, esperando la llamada del timbre o bien, si alguno de los contactos del hombre llamaran. mientras, la mujer fumaba y entre bocanadas suspiraba. reflexionando sobre su vida de matrona callejera. cuando tocaron a la puerta y ella con sus pasos repetidos y austeros paso a abrir. "umm. sera el padrote nuevo de la morelos que habra venido pa´negociar." penso. asi, abrio y era el, efectivamente.
- buenas tardes, martina.- respondio el hombre, que a la sazon tendria unos 37 años.- disculpa, ya te conocia porque julian me hablo de ti como su ayudante. ¿puedo pasar o espero a julian?
- puedes pasar. puedes pasar.- murmuro ella, sin matiz y entro. al llegar a cuartel como lo llamaban las chicas o mejor dicho, el cuarto del padrote martina lo abordo con preguntas acerca del negocio:
- ¿a que has venido? porque, que yo acuerde no tenia julian un encuentro para intercambiar dinero. y aparte, este local ya va a caer en quiebra. ¡cuanto regocijo pa´la gente de buena conciencia! bah!
- no, no es eso.- respondio este, sonriendo-. vengo porque julian me solicito para ayudarle a recaudar mas dinero. para el burdel y otros vicios.
- um.- gimoteo martina-. lo sabia de sobra. bueno, ¿ y luego mas?
- si. vengo para quedarme aqui hasta el anochecer y salir con el a robar mas o menos 5,0.0 $ para otros negocios que hay entre manos, tu sabes. para evitar la competencia y el ojo avisor de los judiciales. en una autopista, la que sale de la boca del estado, alas doce y cuarto de medianoche.
-ah!-. exclamo ella, encogiendose de hombros.- supongo que atracaran a los turistas que salen del estado o entran. ¿ solo ustedes?
- oh! no.- callo unos segundos, comoprocediendo con cautela ante esa mujerona brusca y algo fisgona.- vendran otros 5. (estos eran sus compañeros ya mencionados en el segundo capitulo) ya tienen fama en el arte del robo. y. para sobornar con dureza. somos chineros.
- ¿ que es ello? que yo sepa nomas conozco pandillas que asaltan con pistola.- aseguro la mujer, insertandose un palillo entre los labios.
- bueno, un chinero es aquel que al resistirse la victima le aprieta y disloca el cuello para atras hasta que la victima pierde el conocimiento o bien se rompe el cuello y muere en segundos. eso, porque si lo hacemos con pistola nos agarra la policia y no resistimos ver correr la sangre. es una regla de la banda.-. callo. pasaron unos segundos, martina habiase convencido y quedado satisfecha con esa explicacion. pero nada mas.
- ah!-. dijo ella al fin-. quizas sea conveniente que esperes a julian. yo supongo me quedare.
- bueno. eso no lo creo.- dijo el hombre-. porque julian dice que el burdel no necesariamente debe ser dirigido hasta la noche y mas, puras mujeres. el burdel quedara a cargo de matias, un viejo velador de confianza en mi zona. usted puede ir porque a veces julian necesita ayudantes para transportar dinero y mercancias robadas. y creame, tambien yo tengo viejas galantes que andan en el robo de mercancias.
- bueno.- esta vez una sonrisa asomo a su rostro brusco-. quizas tengas razon, muchacho. no sera tan dificil asi. -. y continuaron conversando. hasta que llego julian para acordar el pacto que le habia anunciado a martina. julian se puso de acuerdo con ella y acordaron cerrar el burdel a las once y media (subrepticiamente pues matias solo abriria a los clientes ya conocidos en el burdel.) y atracar los alrededores de la autopista de camino a toluca. irian todos en una troca negra con placas adulteradas de monterrey. al parar alguno de los camiones entrarian en accion. regresarian a recontar el dinero cerca de las tres de la madrugada. asi fue. martina se acostumbro a ver como caia la gente persistente al robo con el cuello malherido o dislocado. tal vez aprenderia muy pronto ese arte de un quiropractico frustrado; secreto que el complice de su jefe le habia revelado. estos atracos no fuerond e vez en cuando sino un año, luego cinco, y despues cada quincena dentro de 8 años mas. ya martina se ensayaba cuando llamaban al viejo velador o cuando el padrote la llamaba aparte. era junto con sus complices toda una profesional en carteras y atraco. asi continua el relato y espero les guste. (continuara)