(para ser escenificado)


(Se presenta en el escenario un hombre sentado en un butacón , y nada más, salvo un libro abierto por la mitad, en una mesilla al lado. El hombre observa al vació, levanta un dedo señalando...y empieza a hablar lentamente, con un ritmo hipnótico.)


- Viene a mi memoria la forma en que se dibuja el torneo olímpico del suceso convidado con el futuro, y que dignose en ser llamado, como conclusión de un libro tardío, “Yabedebay”.


(Extiende su mano y, acaricienado el aire como si estuviera dirigiendo una orquesta, dice lo siguiente, con extrañeza, dejándose llevar, y queriendo convencer con su expresión.)


- Sí, lo recuerdo, como suspendido en el aire...


(El hombre se levanta y adquiere, en breves momentos, una expresión desgarrada de ira contra sí mismo, y el siguiente texto lo despedaza en el aire.)


- ¡¡Qué vano el llantar de mí antes, que yo ahora no me veo como entonces!!. ¡¡Sólo puedo nombrar con estos, mis ojos, lo que hallo ahora, delante de mí!!...tengo frío, y hambre... El aceite de la vida se me resbala por las manos.


(Se queda quieto porque se ha dado cuenta.)


- Y me quedo así.


(Tras un silencio, lentamente se acerca al libro abierto, se siente llamado y acude, lo único que le queda. Con el mismo dedo con que señalaba, empieza a leer, siguiendo la linea del libro.)


- El archival de Menisgendo, yabedebay un redespil...


(Y continua leyendo, sin entender nada.)