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Categoría: Hechos Reales

Una certeza

Me acerqué al mostrador. ¿Ha traido los papeles? me preguntó una mujer.
Sí, todo lo que me han indicado lo tengo aquí, dije resolutiva mostrando todos los papeles necesarios.
Muy bien, déjemelo por favor, lo tramitamos todo y enseguida ya se lo podrá llevar.

Yo estaba nerviosa, en realidad no sabia muy bien porqué, no tenía mucho sentido estarlo, todo era normal según circunstancias, pero algunos detalles me recordaban otra época y supongo que, en cierto modo, mi corazón protestaba un poquito; la vida es curiosa y siempre se vale de pequeños trucos para hacer regresar antiguos recuerdos.

Antes de entregármelo sabía que iba a ser azul, a través del cristal podía ver que había varios aparcados y ninguno veía qque fuera azul pero yo sabía que el mío iba a ser de ese color, lo tenía claro. Es como cuando alguien sabe que algo va a pasar, nada lo indica y hasta como paradoja es posible que se prevea que pase lo contrario, pero a veces en ciertas cosas se tienen certezas inexplicables y esta era una de ellas, que no importaba que pareciera una locura. Iba a ser azul.

De repente alguien interrumpió mis pensamientos regresó con un catálogo, tenemos tres modelos, elija usted el que prefiera, los tres están disponibles. Ante mis ojos me mostraron un catálogo con diferentes modelos de coches, me señalaron tres, uno rojo, una gris y otro amarillo. Mi primer pensamiento fue, no hay ninguno azul, parece que mi presentimiento era tan solo algo equivocado más. Mis ojos se clavaron en el amarillo, era inevitable, un amarillo suave, metalizado y mis ojos se fueron directamente hasta él. ¿Podría ser este? dije en un alarde de decisión personal y entusiasmo. Sí, sin ningún problema, se parece mucho al suyo en el manejo le resultará fácil llevarlo. por favor firme aquí y aquí y una última firma. aquí. Ya está, recuerde doble click para abrir el maletero y el resto es bastante intuitivo no tendrá problema. Muchas gracias acerté a decir ¿podría decirme donde está aparcado? Sí, lo tiene ahí, es el tercero.

Miré hacia donde me indicaba la mujer, he de reconocer que un poco, por cariño, mirando aquel coche, sonreí. Me dirigí hacia él, tal y como me había indicado era el tercer coche, pero mientras me iba acercando sin entender bien porqué mi corazón latía un poquito más fuerte, fue una fugaz sensación, algo así como pensar que aquel coche de color amarillo me estaba esperando. Abrí la puerta y me senté, solté un suspiro, tal vez un suspiro recordando algo. pero luego respiré hondo, coloqué espejos y le dí a la llave de contacto. El coche nada hizo, ni un atisbo de arranque, ni un ruido nada. Me quede extrañada, tal vez no lo había hecho bien, repetí, nada, esperé unos segundos, mientras miraba el cuadro de mandos, todo parecía correcto, repetí de nuevo la operación, nada sucedió. Me quedé sin saber muy bien que hacer, me resultaba un poco cortante entrar a la tienda para decir, este coche no funciona, seguramente yo estaba haciendo algo mal pero no podía entender el qué, pues un encendido de coche es algo simple. Salí del coche, le miré un poco con tristeza, todo hay que decirlo, pero me quite la vergüenza convencida de que algo pasaba y me dirigí de nuevo al mostrador. Perdone, dije en voz baja, tal vez le parezca tonta pero es que no logro arrancarlo.

La mujer me miró con un poquito de sorpresa y otro poquito de desconfianza. No se preocupe, todos los coches tienen su truco será que no ha acertado con él, dijo con amabilidad pero tratando de aguantar un poco una sonrisa irónica que se le escapaba espontánea. Eso será, le respondí, yo lo he intentado varias veces pero no he podido. La mujer recogió la llave de mi mano y me acompañó hasta el coche, entró y metió la llave en el contacto con firmeza y. nada!, no hubo ningún ruido, el giro de llave quedó hueco, ningún arranque de motor se oyó. Qué extraño acertó a decir la mujer tras dos intentos más, este coche funcionaba perfectamente. Un poco desconcertada salió del coche, lo miró por encima, lo volvió a mirar y sin mediar palabra ni mirarme se dirigió de nuevo al mostrador. Yo sin saber bien qué hacer, miré en silencio cómo cerraba el coche y le seguí los pasos, buscando quizá alguna palabra suya como explicación, tal vez una simple respuesta sobre qué podía pasarle al coche. Ella entró, hizo una llamada de telefóno y se sentó frente a su ordenador.

Pasaron varios minutos, mientras ella hablaba, apenas podía oirla pues no hablaba en alto y estaba un poco lejos del mostrador, así que me entretuve mirando a través del cristal a ese rebelde coche que allí estaba, plantado, el tercero, solo tenía ojos para él, miraba mi desconcierto a su manera con unos grandes focos desafiantes, parecia que algo quería decirme, tal vez a su modo se reía de algo. Algún pensamiento extraño me cruzó por la mente pero lo desestimé, locuras de las mías pensé, no quise detenerme en más, habrá sido un percance de última hora y me ha tocado a mi, a ver si se da prisa y me da otro coche esta buena señora, aún debo de regresar y ya se va haciendo tarde, pensé para mis adentros.

Oí colgar un teléfono, pero por unos instantes más aquella mujer nada me dijo, tecleó rápidamente en su ordenador. Al finalizar su tarea la mujer se levantó y con una sonrisa franca, esta vez más confiada me dijo: no entendemos qué ha podido suceder, me dicen que quizá será la batería que se ha descargado, pero no se preocupe, añadió con entusiasmo tenemos otro coche a su disposición. Entonces yo imaginé que volvería a sacarme aquel catálogo en el que anteriormente me había dejado elegir vehículo pero no, salió de detrás del mostrador y disculpándose porque el responsable no estaba en ese momento para atenderme, me fue llevando hacia afuera de la tienda. Prosiguiendo con sus explicaciones se mantuvo allí en un peldaño que daba acceso a la entrada tratando de explicarme. YO trataba de atender a lo que me decía pero no acertaba a comprender porqué no me indicaba dónde estaba ese coche. La mujer era tan amable y parecía hasta un poco apurada, imagino que por tal percance, así que me relajé y esperé a que terminara su explicación sobre motivos por los que un coche no arranca.

Mientras aquella señora seguía hablando. entonces lo ví, entrando por el aparcamiento, con aquel color metalizado, suave, parecía de seda, reposado.

El coche se fue acercando hasta dónde estábamos y un hombre vestido de traje salió de él, acercándose sonriente me tendió la mano, aquí lo tiene, es igual que el que iba a llevarse pero en otro color, pruebe que todo está correcto, me dijo. Yo sin saber bien qué decir le dí las gracias a ambos y me subí a él. Paré el motor lo volví a arrancar y al oir el motor hice un gesto de aprobación con la mano. Ambos se despidieron a través del cristal y yo inicié la marcha. Al girarlo pude ver allí aparcado aquel coche amarillo, por un momento me pareció que sonreía de forma cómplice.

Sonreí, como cuando se advierte el cumplimiento de una certeza, yo sonreí. Ya no me importaba porqué el otro coche no había arrancado, ni porqué todo había salido así, tan diferente a lo imaginado.

Y de nuevo regresó el azul, esta vez más matizado, más serio, no tan ilusionado, ni tan efusivo, pero azul, un azul sabio en años, inundando mis ojos, confrmando mi cielo, reflejándose en mi mirada.

No voy a negarlo, del mismo azul fue la lágrima que rodó lenta y emocionada por mi mejilla al pensarlo, luego sin saber muy bien porqué sonreí, supongo que así de encontrados son los sentimientos que me nacen del corazón cuando recuerdo que yo. hace años, también tuve un coche azul por unos días, también tuve una certeza.

Hoy me ha llamado una amiga por teléfono ¿cómo va todo? ¿ya estás en casa? ¿te dieron el coche mientras arreglan el tuyo?
Yo ante tantas preguntas solo se me ha ocurrido decir, a modo de locura, a modo de confianza.

oye, ¿tú crees que un corazón es capaz de hacer. que un coche no arranque?
He oido silencio, era silencio lógico, pero no importaba, en realidad no esperaba respuesta, tenía esa certeza aparcada frente a mi.
Datos del Cuento
  • Autor: Aonimo
  • Código: 17148
  • Fecha: 04-08-2006
  • Categoría: Hechos Reales
  • Media: 5.08
  • Votos: 77
  • Envios: 0
  • Lecturas: 3325
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