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Categoría: Fábulas

Un lápiz que sobrevivió al tiempo

Esta es la historia de un lápiz que nunca escribió.
- Que desperdicio de madera, la que utilizaron en mí, solía decirse constantemente, al ver que la gente era incapaz de utilizarlo para hacer trazos de escritura.
- Nada, absolutamente nada, ni siquiera el borrador; como podré entonces justificar que existo.

Los días pasaban y el pobre lápiz seguía inmóvil en aquella pequeña caja donde había sido guardado como recuerdo de un regalo de despedida.

Todo había comenzado muchos años atrás, cuando dos amigos que estudiaban juntos sellaron una profunda amistad, la cual se vio interrumpida al finalizar el año escolar; pues uno de ellos tuvo que trasladarse a otra población distante y tuvo que dejar el pueblo, la escuela y hasta su apreciado amigo.

Como recuerdo de esa tierna amistad uno de ellos le regaló al otro, un lápiz de color azul brillante, que le había traído su abuela cuándo estuvo de viajes por Europa algunos años atrás.

Nada era más significativo para él que aquel lápiz que nunca usó y quiso que su amigo se quedará con aquel lápiz ahora que se iba del pueblo.

- Tal vez él lo use en sus asignaciones escolares y pueda darle un uso distinto al que yo le di, pensaba el amigo que obsequió el lápiz.

- Lo conservaré como un bello recuerdo de nuestra amistad, jamás escribiré con él, pensaba por su parte el niño que había recibido el obsequio.

Mientras tanto seguían transcurriendo los días y el pobre lápiz, que había pasado por seis manos, las dos de la abuela y las de ambos niños, se resistía a morir integro en una caja, sin haber hecho el más mínimo trazo con la punta de carbón para lo cual había sido fabricado.

Y parece que así ocurrió, pues el niño creció sin dar uso aquel lápiz azul que se convirtió en adorno y en presencia viva de un recuerdo, y así sin darse cuenta perduró en el tiempo, amparado por el sentimiento de tres personas, las cuales le impidieron sucumbir en efímeros trazos caligráficos que tienden a perderse en el olvido.

Al final de cuentas, el lápiz azul entendió su destino; entendió que él haber hecho algo distinto a todo aquello para lo cual fue creado, le dio sin querer la oportunidad de permanecer vivo a través del tiempo.

Cuántos de nosotros gozamos de mayor permanencia, simplemente por haber hecho cosas, que discrepan de nuestra propia tendencia natural.
Datos del Cuento
  • Categoría: Fábulas
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Comentarios


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4 comentarios. Página 1 de 1
María Eugenia
invitado-María Eugenia 09-12-2004 00:00:00

No me molestaría ser un lápiz azul, si puedo cumplir con un propósito distinto como lo es escribir sin trazos la importancia de la amistad. no siempre podemos hacer lo que nuestra capacidad nos permitiría, pero podemos hacer cosas distintas y necesarias.

Melina Hidalgo
invitado-Melina Hidalgo 28-10-2004 00:00:00

hola! no habia leido este, está muy bonito y nos pone a reflexionar, sigue escribiendo, sabes que lo haces bien, no te subestimes.

Lébana
invitado-Lébana 19-10-2004 00:00:00

... ser como el lapiz azul de tu cuento, pero muchos pasan por la vida sin hacer nada ni siquiero lo que era su destino. También hay muchos talentos desaprovechados. Un saludo, un cuento para pensar.

Eddy Garcia
invitado-Eddy Garcia 11-10-2004 00:00:00

Este cuento es muy bonito, y me suena original, estoy extrañado de que nadie lo comente, pero me extraña más la baja puntuación por demás inmerecida, ya que este relato es verdaderamente filosófico, sin embargo, algunas injusticias jamás podrán ser ni interpretadas ni comprendidas.

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