Aquella mujer iva perdiendo el brillo en sus ojos pero aún ellos reflejaban cándor e inocencia.Una belleza serena y madura la acompañaba, una gran fortaleza en su forma de ser, su temperamento se fue moldeando como una obra de arte, los dolores y sufrimientos hicieron se cubriera de una coraza, todo la veían como una mujer dura, difícil de convivir con ella. Quien puede ver más allá en el alma de las personas, podía ver que su dureza no era tal y que allí escondida había una niña desolada y triste, una niña que pedía atención y cuidado.Me miré en ese espejo y encontré otra niñá bien parecida a ella, no quise verme pero era como un lago cristalino donde uno se reflejaba nitídamente, volví el rostro, esa mujer podía ser yo misma, mis manos se hundieron en el agua, la agitaron, quisieron borrar la imagen, no quería ser ella, no quería haber sufrido lo que ella sufrió.Cómo poder ser otra? me pregunté.allí estamos compartiendo el mismo camino, el mismo destino, el mismo dolor,No podemos escapar de nostros mismos, donde vayamos llevaremos esos recuerdos, esa vida que nos tocó, ella y yo caminamos en busca de la luz, atrás queda la más terrible oscuridad.