Piensas que decir que siento orgullo cuando pienso en ti es transmitir un anhelo escondido, es estar loca, es idealizar un sentimiento no correspondido, elevar un sentir a una forma de platónico deseo, de demencia y desbordamiento de circunstancias que no es real; piensas que expresar abiertamente mis sonrisas o mis lágrimas a través de las palabras, es delatar mi condición emocional, piensas que mis escritos son la mejor forma de confirmar tus temores, de afianzar con certezas tu distancia; piensas que soñar con una esperanza de que un día te vuelvas maduro es la mejor manera de demostrarte que no encajo la realidad que tú vives, que tú ya estás muy lejos, muy crecido, que es tan solo que yo no asumo lo que tú has elegido.

Piensas que te mendigo silencios, miradas, gestos abatidos, que no supero, no traspaso, sigo hermética y aferrada a un imposible.

Piensas que escribir abiertamente cómo entiendo la vida, cómo revivo recuerdos, como afianzo palabras y emociones, es el pasaporte de un viaje de amor erróneo en el que me he detenido, para mantenerme atada a una historia, tu historia, a una locura, tu locura, que tuvo dudoso principio, complicado desarrollo, triste final; tú no crees en nada que tenga altruismo, no entiendes de sacrificios, de enterezas, de ilusiones, solo traspasas momentos, solo discurres, solo piensas.

Piensas que para calmarlo todo has de proseguir justificando las frustraciones de los demás, sus heridas, sus momentos mentidos, las hipocresías que nunca fueron mías, no te liberas de la fantasía de creerme un fantasma que vela tu sombra, jamás me verás como una persona de carne y hueso, que no necesita de falsas actitudes, que se duele y se duele mucho y trata de superar con valor haber tenido en vosotros, como cruda realidad, tan descuidados amigos.

Piensas que con mis palabras hago nudos de sentimientos para rebuscar tu pasado, para oprimirte el pecho de momentos sentidos; pero yo solo mantengo aqui mis palabras, mis ilusiones, mis instantes compartidos. a solas, con los amigos de estas páginas, con buenos amigos, imaginando que un día, cualquier día de tu vida, se producirá un milagro, una de esas cosas que es imposible que sucedan y comprenderás porqué sigo tan lejos de ti, porque ya no te consiento ni el breve espacio de esbozar tu confusión conmigo, porqué no te permito que me engañes más, que juegues con tu prepotencia y con tu humildad esgrimiéndolas, alternandolas, como si fueran sesudos motivos; sigo aquí esperando que un día comprendas que todo es muy sencillo, que has decidido estar con personas que me hicieron daño, con personas que traicionaron mi confianza, me dejaron sola, se burlaron de mi y me hicieron llorar tan solo. por haberte querido.
Y a esa realidad, a esa valentía lo llamas amigos, ¿esos son tus valores, tu gente, tus decisiones, tus principios?.

Piensas y piensas y piensas. piensas cómo soy yo, cómo amo. y piensas demasiado!!, jamás pones a la gente en su verdadero sitio. huyes de ti mismo.

¿Qué porqué te digo todo eso? qué porqué te escribo? porque me apena saber que no te das cuenta de que con tu actitud estás obligando a la vida a que un día te devuelva lo que estás sembrando. eso que tanto me cuesta escribirlo.

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Me miré al espejo, me retoqué mis brillantes ojos, cerré el papel, suspiré, me levanté del escritorio y me acerqué a la habitación contigüa: lo puse sobre el fuego, luego lo deposité en un recipiente, me volví, pedí un deseo, sonreí y soplé con fuerza.

Apagué las velas de mi cumpleaños tardío y ví como se quemaba entre aplausos y felicitaciones, un año más, otro recuerdo sentido.

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No hagáis de vuestros pensamientos el eje de vuestra voluntad, pues nunca encontraréis momento para romper un recuerdo y enfrentar una realidad. Viviréis tan solo de lo que habéis leido.