Carla no quería dormir, su mamá insitía que tenía que descansar pero ella no creía en el descanso y solo quería jugar.

Así que mamá le contó la historia de Paco el ratón que no quería dormir.

Paco, era un ratón pequeño y siempre estaba haciendo miles de cosas, pensaba que cuanto más cosas hiciera más feliz sería. Corría por el campo, saltaba entre las flores, hablaba con todos los animales que se encontraba, montaba en bicicleta, nadaba en la charca... siempre con una sonrisa de oreja a oreja. Y cuando llegaba la noche... se aburría y se enfadaba ya que todos sus amigos descansaban y él se quedaba solo. 

Fue pasando los días y poco a poco Paco fue perdiendo energía, la falta de descanso hacía que no pudiera saltar tan alto como antes, no nadaba con tanta agilidad, empezó a dejar de montar en bicicleta, sus carreras que tanto le gustaban las cambio por paseos cortos... poco a poco empezó a dejar de sonreir. La mamá de Paco, una ratita llamada Anacleta, empezó a ver como su ratoncito ya no reía como antes y decidió hablar con él.

Paco le contestó que no entendía porque estaba tan cansado y no le aptecía jugar como antes. Anacleta le dijo que el descanso es necesario para el juego, si no descansamos no tenemos el cuerpo preparado para poder jugar y tener la energia necesaria. Paco empezó a entender que tenía que dormir por las noches, así el día siguiente podría jugar.

Así que empezó hacer caso a su mamá. Y en unos días Paco volvió a ser el mismo ratón de siempre.

Carla entendía al ratón Paco, pero también entendió que quería decirle su mamá. Así que la miró y le dijo:

Mami! ahora toca descansar que mañana quiero jugar

Y Carla se durmió