Noa vivía en un pequeño pueblo rodeada de bellos arboles y largas praderas. Todas las noches antes de dormir su mama le daba un vaso de leche, un día la pequeña Noa escuchó un ruido que provenía del tapón de la botella de leche que su madre traia, levantó el tapón, puesto que se veía una pequeña luz que salía por la parte inferior del tapón, tenía curiosidad de ver que había allí. Al levantar el tapón encontró una hermosa hada, tenía herida en una de sus hermosas alas. Noa la cogió y su pequeñita ala que curó con unas pequeñas gotas de leche que le habían quedado en el vaso que tomaba cada noche. La abrazó entre sus brazos y estuvieron hablando toda la noche. A la mañana siguente el Hada Tapita se había recuperado y estaba muy agradecida por lo que Noa habia hecho por ella así que Tapita le dijo que todas las noches guardaria su casa para que nada malo le pasase. Tapita cumplió su palabra y volvía todas las noche para dar las buenas noches a Noa y vigilarla toda su vida.