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Categoría: Historias Pasadas

Mi Amigo Perro Negro

¿Que es la amistad? A veces me pregunto, es tan difícil ser un buen amigo y cuando me lo pregunto, siempre recuerdo a mi buen amigo de infancia el recordado PERRO NEGRO, era de una edad indescifrable, me imagino que tenía tal vez un año o dos más que yo, nos conocimos siendo apenas unos niños, tenía a lo sumo yo, unos diez años y él que se yo, trabajaba con su tío Manuelón, en labores de agricultura, la primera vez que nos reunimos, fue jugando beisbol, era bueno, muy buen jugador, era zurdo, los otros niños le afamaban ser un excelente lanzador y en verdad lo era, lo demostró plenamente en el juego de ese día, era un chavalo, bastante delgado, pero de huesos fuertes, era huérfano, vivía con su abuela, una señora ya muy mayor, la mamá de Manuelón su tío con el que trabajaba.-



Tuvimos el primer encontronazo, en el juego de las bolitas chinas, yo era malo para ese juego, pero él era peor, le temblaba el pulso, y bueno, yo respetaba a PERRO NEGRO, su nombre era ALONSO DECANO, pero todos le decíamos PERRO NEGRO hasta sus familiares, nunca lo había visto perder en nada y ahora estaba jugando bolitas chinas conmigo y le temblaba el pulso, no puedo negar que lo masacré en el juego, le fui quitando una a una sus bolitas chinas, el juego consistía en hacer un circulo en la tierra, cada uno de nosotros ponía tres o cuatro bolitas chinas en el circulo y desde una distancia de dos metros lanzábamos las bolitas chinas a pegarle, y con este sencillo juego, me sentí realizado, pues imagínense ahí estaba yo, nada menos que con PERRO NEGRO el líder de los chavalos del barrio, a quien le estaba propinando una paliza en el juego de las bolitas chinas y él taciturno y molesto cada vez le temblaba más el pulso, hasta que al fin quedó sin ni una sola bolita.-



Todos nuestros amiguitos, me felicitaron, todos los chigüines, me miraban con admiración, pero cometí un grave error, este fue pienso yo, el momento de mayor éxito en mi niñez, cuando gané a PERRO NEGRO todas sus bolitas chinas, pero cometí un grave error y hoy que lo reflexiono pienso que el hombre es proclive a cometer los peores errores, cuando confía en el éxito, o cuando cree haber alcanzado el éxito y así me pasó a mi.- Ahí estaba siendo felicitado por toda la perrada, por toda la pandilla, por todos los chavalos de la cuadra, convertido en ese momento en el macho alfa de la manada, cuando cometí el peor error de mi vida, me burlé, si caí en la estupidez de burlarme de mi adversario, me imagino que embriagado por mi triunfo y por la inexperiencia procedí delante de todos nuestros amigos a tomar la última bolita china, me la coloqué en la mano y comencé a temblar adrede, temblé y temblé el pulso como había hecho PERRO NEGRO ALONSO y ese fue mi gravísimo error.-



ALONSO me quedó viendo y de repente se convirtió en un huracán de furia y me dijo : Maldito gordiflón………… me robaste mis bolitas chinas cabrón, pero hoy te voy a dar una paliza, en un momento pasé de ser un triunfador a ser un pobre niño gordo que iba a recibir una paliza, gracias a DIOS tuve el buen juicio de correr cobardemente para librarme de la golpiza, esto generó la burla de todos mis amigos quienes reían a mandíbula batiente al verme huir con la velocidad de una gacela a pesar de mi voluminoso trasero, debo de decirles que fue agobiante, pues este hecho marcó mi niñez, nunca más me atreví a desafiar a ALONSO, quien si bien olvidó su enojo pasadas unas semanas, nunca me volvió a tratar con el mismo aprecio, yo por mi parte siempre tuve presente mi precaria condición física y mi falta de valor.-



Luego de estos hechos unos años después vino la guerra a nuestro país, tal circunstancia provocó que ambos fuésemos reclutados, PERRO NEGRO ALONSO fue ubicado como explorador en la tropa guarda fronteras y yo en comunicaciones, gracias a DIOS sobrevivimos a pesar de los horrores que a cada quien le tocó ver y a pesar del grave tributo que le cobró la guerra a nuestras mentes, continuamos viviendo en el mismo barrio, luego de reinsertarnos a la vida civil ALONSO se dedicó a laborar como panadero, trabajaba arduamente, se caso con la joven EVERENIA una muchacha campesina de una comarca aledaña, yo por mi parte fui a estudiar a la Universidad y por gracia de Dios logré coronar mi carrera universitaria, no logré casarme hasta bien entrado los años, noté que ALONSO no tenía hijos y comprendí que la causa de esterilidad de ALONSO, era porque cuando niño MANUELÓN su tío le ponía a fumigar D.D.T. a las hortalizas que cultivaban y el efecto residual del D.D.T. había provocado este grave daño en mi amigo, para ser sincero y honesto debo decir que Manuelón era inocente del daño, ya que su escasa preparación no le permitían percibir los graves daños que provocaba el D. D.T. , ni la crueldad del trabajo infantil, ni lo inapropiado de exponer a un niño a sustancias tóxicas y de la grave secuela que había provocado en la vida de ALONSO DECANO.-

Llegué a la casa de ALONSO DECANO (PERRO NEGRO), y lo saludé cortésmente: Buenos días don Alonso, me quedó viendo con su mirada fría e inexpresiva de siempre y me dijo: Buenos días doctor, ¿en que puedo servirle?

Don Alonso, fíjese que tenemos un problema, le dije, me quedó viendo con cierta inquietud, ¿Dígame? Es el caso don Alonso, que la joven Teobalda Manrejaz quien fuera violada hace unos meses murió al momento de dar a luz, ella era huérfana a su vez y no tenía familia, pretendemos hacer el sepelio el día de mañana y vengo a molestarlo don Alonso si puede apoyar al comité del barrio en los gastos del velatorio.-

ALONSO DECANO me quedó viendo con tranquilidad y me dijo: Con gusto doctor, la Panadería se hace cargo de los gastos de entierro y las viandas del velatorio, pobrecita la muchacha.-

Antes de marcharme le dije: Don Alonso no quiero abusar de su generosidad, pero la difunta Teobalda trajo al mundo a un niñito que ha quedado huérfano, yo quiero proponer su nombre al comité, pues usted es un empresario exitoso donde no le faltaría pan a este niño, perdóneme no pretendo abusar y quería su consentimiento.-

ALONSO DECANO me quedó viendo con su mirada inexpresiva de siempre, pero logré observar que le temblaban apenas las manos, esta vez me dijo: Claro gordo hazlo, en esta casa no falta el pan y no soy empresario gordo sino un panificador, que se gana el pan con el sudor de su frente y me mostró la primera sonrisa en veinte años, así supe que otra vez éramos amigos, creo que ha sido mi mayor triunfo en mi edad adulta y ahora tenía el firme propósito de no echarlo a perder.-

Amigos la amistad tiene un valor inmenso e imperecedero, no hay amigos perfectos, pero nos perfeccionamos en la medida que somos amigos
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1 comentarios. Página 1 de 1
Berdardo
invitado-Berdardo 19-02-2012 00:00:00

Es muy bueno. Me gusta el estilo del escrito, pues sin caer en lo vulgar se nota el lenguaje de barrio. Además es muy atinado el decir que la gente sin preparación sin darse cuenta causa daño a otros; pero es justificado cuando no se sabe lo que se hace, pero cuando sí, se llega a la malicia

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