Erase una vez un padre que tenia tres hijos muy perezosos. Se puso enfermo y mandó llamara al notario para hacer testamento Señor notario, lo único que engo es un burrico y quisiera que fuera para el más perezoso de mis hijos. Al poco tiempo muere el buen hombre y el notario viendo que los hijos preguntaban por el testamento, los mansó llamar Sabeis que vuestro padre ha muerto e hizo conmigo su testamento, ¿Es que no teneis curiosidad de saber qué es lo que os ha dejado a cada uno? Se diriguió al hermano mayor y le preguntó por la prueba que le podía dar de su pereza, este le contestó que no tenía ganas de contestarle nada, le dijo que hablara pronto que si no lo meteríaen la cárcel, y al finalle ontó que una vez se le había metido una brasa en el zapato y por no quitárse ahora andaba medio cojo. Pues si que eres perezoso le dio. Se volvió para el segundo hermano, y le contó que una vez se había caido al mar, pero que por no cansarse nadando, se estaba dejando ahogar, sino fuera por un pescador que por allí pasaba se habría dejado morir, otro perezoso dijo el notario, yo te habria dejado hasta que hubieras hecho algún esfuerzo por salvarte.. Por último se dirigió al más pequeño de los tres hermanos, que le dijo antes de empezar: señor notario métame en la cárel directamente que yo no tengo ganas de nada. ¿¡entonces vió que era el más perezoso de todos!?, y le dió el burro para él, aunque pobre burrito, creo que está pasando mucha hambre ya que cómo su dueño es tan perezoso no se si llevará muchos días sin comer.