LA ABUELA DE ANTONIO ERA UNA MUJER MUY ANCIANA, Y AUNQUE APENAS LE  QUEDABAN FUERZAS, CADA NOCHE CONTABA  UN BONITO CUENTO A SU NIETO.

-PRONTO DEJARÉ DE CONTARTE CUENTOS – LE DIJO UN DÍA CON TRISTEZA.

-¡YO NO PUEDO DORMIRME SIN TUS CUENTOS! –EXCLAMO ANTONIO MUY TRISTE.

PERO HACÍA TIEMPO QUE LA ABUELA DE ANTONIO HABÍA EMPEZADO A ESCRBIR Y A DIBUJAR SUS CUENTOS EN HOJAS DE PAPEL.

UNA NOCHE, LA ANCIANA VIO SU OBRA ACABADA. ENTONCES FABRICÓ UNAS TAPAS DE CARTON Y, CON UN CARBONCILLO, ESCRIBIÓ EN ELLAS:” LOS CUENTOS DE LA ABUELA”

DESPUÉS, LAS FUERZAS LA ABANDONARON DEL TODO Y SUS OJOS SE CERRARON PARA SIEMPRE.

A LA MAÑANA SIGUIENTE, LA MADRE DE ANTONIO LE DIJO QUE LA ABUELA SE HABÍA MARCHADO. PERO HABÍA DEJADO UN REGALO MUY ESPECIAL PARA ÉL.

ANTONIO COMPRENDIÓ QUE NO VOLVERÍA A VER A SU ABUELA Y LLORÓ DESCONSOLADO. SUS LÁGRIMAS CAYERON SOBRE EL LIBRO DE PAPEL Y CARTÓN Y BORRARON LAS LETRAS Y LOS DIBUJOS.

LA MADRE DE ANTONIO, QUE CONOCÍA TODOS LOS CUENTOS DE LA ABUELA, QUISO HACER ALGO POR SU HIJO.

CON UNA TELA MUY GRUESA FABRICÓ LAS PÁGINAS DE UN NUEVO LIBRO. CON HILOS DE COLORES BORDÓ LAS LETRAS DE LOS CUENTOS, Y CON RETALES ESTAMPADOS, BOTONES Y CINTAS HIZO LOS PERSONAJES DE LA HISTORIA. LUEGO, LOS COSIÓ  EN LAS PÁGINAS DE TELA.

-ANTONIO, AQUÍ TIENES LOS CUENTOS DE LA BUELA, ESTA VEZ ESTÁN HECHO DE TELA Y, AUNQUE LLORES, LOS ENSUCIES O LOS LAVES, SIEMPRE ESTARÁN AHÍ.