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La trolera

La verdad existe,
sólo se inventa
la mentira
Georges Braque

Cristóbal, alias el Mongo, le enterró el cuchillo de matar puercos a Paco en el centro del corazón porque le cogió el trasero.

"Cristobal mató a Paco porque le cogió el trasero", fue la noticia del día que retumbó por los cuatro rincones del barrio Marima Abajo.

Fue un acontecimiento histórico aquel 25 de julio cuando todos se preparaban para celebrar el gran día de la llegada de los gringos al país. Cuando arribó el fiscal todavía Cristóbal sostenía el cuerpo clavado del infortunado coge nalgas. Parecía una obra arquitectónica sacada de un museo griego.

El cuchillo medía 18 pulgadas como pudo comprobar el ministerio público. La estatura de Paco era de seis pies y dos pulgadas mientras que la de su asesino apenas llegaba a cinco pies. Aquella escena apocalíptica conmovió al barrio.

La noticia corrió todo el país y a la media hora estaban todos los medios de la prensa escrita y electrónica en el humilde sector. El viejo Chefo López no cabía en sus pantalones de la alegría... No quedó pote de jugo mohoso que no vendiera. El sol estaba rabioso, un vaho de fuego se filtraba entre la multitud alocada que celebraba aquel horrendo crimen.

___¿Usted fue testigo de los ocurrido?- le preguntó la periodista a Lolo- Volvió a insistir por segunda ocasión. La respuesta fue la misma. Una mirada lujuriosa que por poco la desnuda. Lolo apretó sus labios y la disfrutó por unos segundos.

___¿Usted fue testigo de lo sucedido?- preguntó la periodista con más fuerza y metiéndole el micrófono al pobre hombre casi por la boca. Lolo la miró de arriba abajo y no contestó.

A unos pocos pies de distancia la policía luchaba para despegar al asesino del asesinado, al culón del coge culo. Cuando lograron despegarlos una hilera fina de sangre corría por las manos del matador.

El cuerpo del muerto cayó sobre la acera golpeándose con el borde de cemento... Un grito estremecedor retumbó por los cuatro confines de la tierra, era Marcela.

___¡Ay bendito?, ¿Por qué me mataron a mi negro?
¡Asesino!, ¡Hijo de perra!...¡Criminal!

Hubo que aguantarla y separarla del cadáver para que no lo fuera a destrozar. En su desesperación golpeaba el indefenso cuerpo una y otra vez.

Mientras tanto la joven periodista seguía tratando de entrevistar al único testigo.
¿Usted no intervino por temor?,¿Cómo sucedieron los hechos?,¿Dónde estaba usted?,¿Cuál fue el verdadero motivo?...

Lolo miraba a la mujer. Era linda y buena hembra. La miraba con gusto, con ganas, la miraba con ternura, suspiraba, abría los ojos. Trataba de respirar, eran tantos periodistas, tantos micrófonos que el pobre hombre estaba atemorizado.

Lolo trataba de huir de la jauría de periodistas, de las preguntas...¡No entendía un carajo de lo que le preguntaban!¡Sólo observaba sus labios!¡Sus movimientos de la boca!¡Sus miradas!

Tomaron mil fotografías, retransmitieron en vivo para toda la isla. Retrataron al muerto de mil formas. Colocaron al testigo cerca del cadáver y le tomaron varias fotos. Era un hormiguero humano.

Dijeron que de acuerdo a las informaciones que brindara el único testigo de los hechos, don Isidoro López, el motivo del crimen era pasional. Supuestamente había un romance entre el muerto y el vivo.

Lolo no quitaba su vista de la potranca de caminar sensual, de exquisitas curvas y de voz melodiosa.

___¡Eso lo tenía merecido!- gritó la vieja Agripina-Ese hombre tenía una bellaquera encima que mandaba madre. figúrese usted que el domingo, en plena misa, le cogió en monte de Venus a doña Juana y pellizco a Valeria donde la espina dorsal termina. Era un fresco.

___¿Usted vio lo sucedido?- le preguntó la periodista-

___¿Yo?, no, yo no vi nada..." Yo llegué ahora mismo".

El calor era insoportable, el olor a sangre quedó en el ambiente. El cadáver fue levantado, Cristóbal seguía inmóvil, petrificado, con sus puños desafiantes. Cada periodista daba una versión distintas de los hechos. Era un espectáculo, una fiesta de barrio... No faltaron los políticos, muy "preocupados" por la violencia que se había adueñado del vecindario.

El muerto tenía una cara de disgusto terrible...
" un popular menos""un voto menos"- murmuró un borracho mientras se empinaba un trago de palo viejo.

Todos comenzaron a abandonar la escena del crimen. La ambulancia inició veloz carrera con su sirena sonando y detrás la policía y los periodistas... Allá iba el cadáver cuyo corazón había sido perforado sin entender su final trágico.

Lolo seguía mirando a la periodista mientras caminaba hacia su auto. En su mente una amalgama de confusiones. No podía comprender. Era sordo y mudo de nacimiento.
Datos del Cuento
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