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Categoría: Hechos Reales

La tía Ramona

"Cuando llegaba el domingo me atemorizaba
que la tía Ramona apareciera con sus cinco
hijas feas y arrazarán con la carne que mi
madre nos preparaba para ese día"


___¡Abuelo, abuelito, cuéntanos de nuevo la historia de la tía Ramona!- le suplicaban las nietecitas al Viejo Lencho, que se mecía en una hamaca debajo del flamboyán-

__¡Miren... que el Señor reprenda al diablo!... no quiero recordame de esa pesadilla de mi niñez-

repondía el viejo-´

Mejor les cuento Caperucita Roja y el extraterrestre de Marte, o el del Chupacabras que chupaba gallinas, conejos y gansos... o les cuento, la noche en que todos los nños dejaron de llorar, o ese que habla de Juan Bobo...

Les contaré cualquier cuento menos el de la tía Ramona...insistía-

__¡Abuelito!, por favor... sí, sí... queremos el de la tía Ramona...- gritaban las tres pequeñas doncellas...

El anciano las miró, sus caritas de ángeles, una rubia, una rojiza y la otra blanca como la nieve. Parecían tres barbies... eran las luces de sus ojos. Pasaba horas y horas en el verano contándoles historias inventadas por él, cambiaba los cuentos tradicionales, se inventaba lo inmaginable... y las chicas se morían de risa o se morían de miedo...

Una vez y dos son seis- decía- había una viejita que se comía a los niños como si fueran chocolates...

¡Abuelo! ese es una porquería-gritaba la más pequeña-

__ Está bien... una vez y tres más cinco, allá en el palacio que está en los cielos vivia una cotorra que sabía hablar inglés y repetía todo el día:" yankee go home"... la pobre fue ejecutada...

___Ay Dios, abuelo... esa tampoco sirve- le decía Rosita, la nieta preferida, era rojiza como una bola de fuego...

__¡Por favor, abuelito lindo, queremos escuchar el cuento de la tía Ramona....

___¡Ya!, les contaré esa historia tan amarga y triste para mis hermanos y para mí...

___ Hace mucho tiempo, cuando vivíamos en el campo, en una casita de madera que se nos estaba cayendo encima, nos visitaba, sin fallar, todos los domingos mi tía Ramona...

Para aquel entonces mi padre era muy pobre, apenas ganaba para darnos de comer, estaba muy enfermo con el asma y a veces se levantaba con un ataque horrible, sólo ganaba 16 pesos y con eso tenía que mantener a mi madre y a mis nueve hermanos... Era basurero, se ganaba la vida trabajando en el municipio recogiendo la basura... Pero jamás faltó un pedazo de pan en nuestra casa...

Así que pasábamos los días con una sola comida, sin desayuno y casi desnudos. Dormíamos en el piso y a mí me dejaban una camita pequeña porque siempre estaba enfermo. Como éramos tan pobres casi nadie nos visitaba y eso nos gustaba mucho
porque no sufriríamos tanto como cuando mi tía Ramona lo hacía...

Para hacerle el cuento corto, les diré que nosotros rogábamos que llegara el domingo, era el único día que podíamos comer un pedazo de carne. Mi madre la preparaba que uno se chupaba los dedos del gusto. Hacía un arroz blanco con unas habichuelas que uno se volvía loco... ¡Y cuando veíamos que nuestra madre levantaba el pedacito de carne del saltén para llevarlo a la dita o al plato nuestros ojos saltaban de alegría... era algo tan especial, tan lindo, tan jugoso, tan comestible que no había mejor regalo que aquello.

Pero la suerte duró poco, un domingo se apareció la tía Ramona con su marido gordiflón y aquél maldito cigarro apestoso, sus cinco hijas más feas que el mismo chupacabras y acabó con nuestra felicidad...

Y aquella vocesita: " Ay que bueno que Miguela hizo comida... aunque ya comimos en el pueblo...
pero con la cuchara en manos gritaba...Yan, quiere un poquito de arroz con habichuelas... y pedacito de carne...

A mí me entraba el diablo por dentro, sabía que no quedaría carne, ni arroz, ni habichuelas...

y la tía seguía el rosario: Lucy, Maga, Betty, Ceci, Margarita...

Y yo veía como cada pedacito de carne que nuestra madre había preparado para nosotros iba a parar a los platos de aquellos invasores que tenían dinero, vivían en una buena casa y nunca llevaban ni una libra de pan...

Mi madre nos miraba y nos decía... las visitas primero... las visitas primero...

A veces llovía torrencialmente y se quedaban en nuestra casucha... todos íbamos a parar al suelo porque en ese tiempo las visitas eran primero...

Llegué a odiar tanto a mi tía, a su marido y a mis primas que oraba a Dios que el río un día se los llevará corriente abajo... hasta preparé una muñeca de trapo y le daba con un pedazo de madera casi todos los días...

Todos los domingos, a la misma hora, llegaba la condenada tía a acabar con nuestra cena...

A veces mi madre echaba más arroz y carne de lo acostumbrado pero ese día aquellos demonios se hartaban como cerdos...

Ya no aguantaba más... mis hermanos y hermanas eran conformes, no protestaban... pero yo siempre le reclamaba a mi madre que aquello era injusto... un día mi padre me pegó hasta dejarme las marcas en el cuerpo porque le dije que el próximo domingo le diría a mi tía que tenía que esperar hasta que nosotros comiéramos...

Desde aquel momento mi cerebro empezó a maquinar. Tenía que hacer algo si era que quería volver a comer carne los domingos.

Una tarde bajé a la carretera y me senté en la baranda del puente. Estaba comiéndome una sarchicha cuando miré el perro negro y grande que se acercaba. Me dio pena y le di una sarchicha. Desde entonces me hice su gran amigo.

Una mañana me siguió hasta mi casa. Era muy inteligente y juguetón. Llegó el domingo, era día de las madres... mi papá había hecho compra y trajo mucha carne... mi madre, sabiendo que la tía podía aparecerse, preparó mucha... estuve relambiéndome todo el tiempo mientras veía aquel saltén repleto de una apetitosa cena...

Llegaron las cinco de la tarde...¡Maldita sea!, allí estaba la Ramona, ya no le decía tía... con su marido y sus cinco hijas feas...

___"Ay Miguela nos morimos de hambre!... tomó la cuchara y arrazó con la carne... hasta se llevó un poquito para la casa...

Aquel día lloré sin consolación. Corrí monte abajo y Crisol, mi perro, me seguía...
Aquel animal sufría conmigo...

__Mira Crisol... hoy nos quedamos con las ganas,
ve aquella vieja... se comió todo la carne... el perro parecía que entendía... puso una cara de perro que metía miedo... se le salió un gemido de protesta... seguí monte abajo hasta llegar al puente...

Ensimismado, con lágrimas en mis ojos por el coraje, meditaba. Había un silencio profundo, solo el viento soplaba del este suavemente...
El día empezaba a morir y el sol se escondía en la lejanía...

Un grito me sacó de aquella meditación...
No lo podía creer... estaba soñando...

La tía Ramona bajaba la ladera cogiéndose una nalga, detrás, las hijas y el gordo de su marido...huían como almas en pena... detrás, enfurecido iba Crisol... en el balcón observaban mi madre, mi padre y mis nueves hermanos...

Y yo en el puente reía...era gracioso ver al gordo de mi tío político caer y rodar como una calabaza, la tía parecía que tenía gasolina en los pies y las hijas gritaban...

___"mamí, espéranos"

Nunca olvidaré aquel domingo, ni al pobre Crisol, que después de su hazaña, mi padre lo llevó a la ciudad y lo abandonó...

Para mí fue un día especial... cuando subía encontré el pedazo de carne que mi tía Romana se iba a llevar para su casa... lo limpié y acabé con él... llegué a mi casa con una sonrisa en mis labios, todavía chorreando el aceite por mis labios de aquel manjar que había saboreado... mi padre me esperaba con una correa de cuero... me dio una pela que todavía tengo las marcas de la correa... pero no sentí dolor... por fin nos libramos de nuestra tía... jamás volvió a visitarnos...

___¡Abuelito! dijo Melisa... mirándolo fijamente.

¡Eso es otro embuste tuyo!

Fin
Datos del Cuento
  • Categoría: Hechos Reales
  • Media: 6.17
  • Votos: 54
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
joe
invitado-joe 18-06-2003 00:00:00

Hola Jose, Lei con detenimiento su relato, y la verdad, aunque no deja de cautivar por llegar al final. Tiene algo de tedio por su longitud, al tratar de expresar una simple idea. pero, eso es solo un punto de vista. Felicitaciones. Joe

Juan Andueza G.
invitado-Juan Andueza G. 05-06-2003 00:00:00

Y me pregunto si este cuento estará ambientado en Ruanda, y me vino apetito...y voy a comer carne ahora mismo.

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