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La tétrica casona de la tía Toña

Para los habitantes de la capital mexicana, la leyenda de la tétrica casona de la tía Toña es sumamente conocida, ya que ha sido transmitida de generación en generación, gracias a que dentro de su crónica se encierran varios hechos que no dudamos que te harán gritar de terror.

Concretamente en lo que hoy es llamada como la “Tercera sección del Bosque de Chapultepec” se ubica esa casa, muy cerca de un panteón. Como es de suponerse, la vivienda permanece vacía desde hace varias décadas.

Muchos curiosos de todas las edades, se acercan a las ventanas, pues desean echar un vistazo en su interior y verificar si el relato de miedo es verdadero o falso. Lo cierto es que de día, la casona no luce tan imponente como se esperaría. No obstante, en el instante en el que el cielo se torna negro, es cuando la gente se aleja del lugar.

La historia nos dice que en aquella morada vivía una acaudalada mujer de nombre Antonia, incluso antes de que las calles fueran pavimentadas. Desafortunadamente, tal y como le ocurría a las damas mayores que no consiguieron casarse en su juventud, ella era considerada como una“solterona”.

Algo que no la dejaba ser feliz era que siempre había deseado convertirse en madre, pues provenía de una familia de quince hermanos, y sólo ella fue la que no pudo tener descendencia.

Buscó adoptar a varios niños sin mucho éxito, debido a que en esos tiempos, una madre soltera no era bien vista por las autoridades. Luego planeo rescatar a niños desamparados que vivían en las calles, para darles una segunda oportunidad.

Así lo hizo y pronto la casa de la tía Toña (como los niños la llamaban) se llenó. Infortunadamente, esa idea en vez de acarrearle satisfacción, fue lo que al final de cuentas la terminó llevando hasta la locura.

En una primera etapa, los infantes se portaban bien y acataban las normas que debían seguirse en dicho inmueble. Sin embargo, los más rebeldes incitaron a los otros a desobedecer (y en algunos casos hasta a robar) a su benefactora.

La pobre Toña al fijarse que sus esfuerzos por devolver al redil a esos muchachos, no daban los resultados que había esperado, comenzó a golpearlos ayudada de palos y mecates mojados.

Un día antes de la cena de Año Nuevo, llamó a la mesa a los únicos tres huéspedes que continuaban en su casa.

– Vengan a comer, se va a enfriar.

– No queremos nada con usted, vieja bruja.

Al escuchar eso, la mujer tomó un hacha afilada de la cocina, la cual usaba para descabezar a los pollos. Se la guardó en el delantal y subió sigilosamente las escaleras. En poco tiempo, el piso de arriba quedó cubierto de sangre y las voces de la casa se acallaron.

Hay quien dice que ella misma enterró los cuerpos en la propiedad. Aunque hay otros que afirman que los tiró al río. Cualquiera que sea la verdad, no importa, pues lo trascendental de esta historia es que doña Toña, no volver a salir nunca de su casa, hasta que fue encontrada muerta por la policía.

Datos del Cuento
  • Categoría: Terror
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