~~En la ciudad Rosa Madera, vivían dos amigos, se llamaban Felipe y Martín. Ambos trabajaban durante el día en una panadería y durante la noche en una pozada.
 Sucede que un día el papá de Martín enfermó de neumonía, su edad avanzada hacía difícil su recuperación. Martín estaba muy preocupado por el estado de su padre y lo interno en el hospital. Tanto los médicos como Martín hicieron todos los esfuerzos para su recuperación, pero lamentablemente su papá falleció. Felipe lo acompañó en todo, pues su amigo estaba pasando por un momento muy triste, luego del entierro fueron a tomar un café a la pozada.
 Pasaron días, y Martín terminaba de pagar los gastos originados por la enfermedad y entierro de su padre, los cuales lo dejaron sin dinero. Pero las malas noticias recién llegarían. Su papá había dejado muchas deudas y todas tenía que asumirlas Martín. Sin saber que hacer, sólo acudió a su mejor amigo para contarle de su problema.
 Quiero que me hagas un favor; - Dijo Martín a Felipe. Préstame dinero y te juro que te pagaré en un año hasta el último centavo.
 Cuentas con mi apoyo querido amigo; - Contestó Felipe. Pero si no cumples en esa fecha yo mismo iré a buscarte.
 Al día siguiente Martín emprendía un viaje a tierras lejanas con el fin de hacer fortuna y pagar las deudas de su padre. Pasó el tiempo y el año se había vencido desde su partida, pero Martín no regresaba a la ciudad, tampoco durante ese tiempo se comunicaba con Felipe, ni enviaba la deuda que tenía con él. Seguían pasando los días, y llegó el segundo año de su partida; pero Martín no regresaba a la ciudad. Felipe empezó a preocuparse, pues Martín era de palabra y al no recibir ninguna noticia suya fue a buscarlo.
 Así emprendió un viaje en busca de su amigo. Pasó días viajando de pueblo en pueblo, preguntando por su amigo Martín, pero nadie lo conocía en esos lugares. Con mucha pena regresó de nuevo a la ciudad, el viaje lo había dejado en la miseria. Decidió trabajar de nuevo en la panadería, para juntar dinero y seguir buscándolo.
 Pasó otro año más sin noticias de Martín. Felipe ya con dinero fue a buscarlo de nuevo. Durante su viaje, llegó a un pueblo; que tenía muchas tiendas de negocio y la mayoría de su gente eran comerciantes de harina. Llegó a una pozada, y pidió habitación para una noche. Felipe estaba muy cansado y se quedó dormido. Al despertar vio por su ventana, al frente había una panadería grande y bonita. Le dio curiosidad saber quien era el dueño, pues no había visto antes una igual. A la mañana siguiente fue a visitarla y conocerla por dentro.
 Ya dentro se admiró mucho por las cosas que veía, una variedad de panes y los pasteles bien adornados, detrás de vidrios elegantes esperando ser pedidos por la muchedumbre que entraban y salían del lugar. De pronto recordó que cuando trabajaba en la panadería Martín y él, soñaban con tener una propia.
 De pronto una mano tomó su hombro, al voltear, no podía creer lo que veía, pues era Martín su amigo perdido frente a él. Felipe hecho a llorar al verlo, pues lo creía muerto y le preguntó porque no había regresado a la ciudad.
 Amigo mío – dijo Martín. No pienses que olvide mi deuda contigo. Y sacó un sobre del bolsillo de su abrigo, con el dinero de Felipe.
 Siempre lo he tenido guardado para dártelo, pero quería que tú también cumplieras tu promesa de venir a buscarme cuando no regresaba. Ambos se abrazaron y recordaron muchos momentos juntos. Martín compartió su negocio con Felipe, ambos así se convirtieron en los dueños de la más grande y bella panadería del lugar