~~Hace mucho tiempo, en un país muy lejano, vivía un clan de coches salvajes, que nada necesitaban para funcionar, salvo buenos deseos.
Eran unos coches, con los que todos los niños fantaseaban con conducir algún día, en las carreras. Pero no todos los niños tenían los buenos sentimientos que eran necesarios para su funcionamiento, por eso, se solían realizar con frecuencia pruebas con las que elegir a los mejores pilotos.
Por fin, una de estas pruebas, iba a realizarse en el lugar donde vivía Nico, un pequeño que destacaba por su buen carácter. La buena educación de Nico, hizo que consiguiera estar seleccionado entre los candidatos finales.
Cuando por fin llegó su turno, se dio cuenta, que un niño con menos suerte que él y que iba apoyado en unas muletas, no iba a tener la oportunidad de probar uno de los coches.
Nico, que tenía un gran corazón, le dijo, que podía quedarse con el suyo, a pesar de que perdería su oportunidad de demostrar su valía. El niño de las muletas, al verlo triste, le dio su mano para que subiera y pudieran disfrutar juntos.
Tan buenos eran los sentimientos de los niños, que el coche, comenzó a rugir, como nunca lo había hecho y salió disparado hasta la meta. Desde aquel momento, los dos nuevos amigos, se convirtieron en los campeones de las carreras salvajes.