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La Mecedora

Un artículo indispensable en muchas familias de México con un integrante de la tercera edad es una silla mecedora. Muchos de estos ancianos, las ponen el frente de la casa para pdoer ver a las personas ir y venir, mientras ellos se arrullan con el suave vaivén de la mecedora.

 

Cierto día un joven que no contaba con los recursos suficientes para comprarle una a su amada abuela, tubo al suerte, de encontrarla a mitad del camino que recorría diariamente desde su trabajo, con algo de daño, pensó en poder arreglarla y la llevó a casa, la metió directo a su habitación, pues quería arreglarla primero antes de darle la sorpresa a la abuela, pero por falta de tiempo, solo sirvió para acumular ropa encima de ella.

Una noche le pareció ver que la silla se mecía, no parecía ser posible, pero en un instante la ropa cayó al suelo. Prestando más atención se dio cuenta que la mecedora se movía, atrás enfrente, atrás enfrente de manera lenta y suave. El muchacho tubo algo de miedo, para evitar que creciera decidió salir de la habitación, pero antes de que pudiera llegar a la puerta, esta se cerró de un solo golpe que resonó por toda la habitación, escuchándose también un –clac,clac-

 

Como el de la cerradura, por más que intentó abrir, no le fue posible, viendo como la ropa era desparramada por todo el piso, por alguien o algo que no podía ver, su vista se fijó en la mecedora, que se movía cada vez más rápido, junto con un fuerte sonido de un palo chocando contra el suelo, se replegó hacia la esquina, desde la cual pudo ver, un viejecillo que sentado en la mecedora, golpeando su bastón en el suelo, le reclamaba al joven que la silla no le pertenecía, se levantó con toda la intensión de partirle la cabeza con el bastón, pero con la mano arriba se desvaneció.

Se dejó entonces la silla de mecer en un movimiento brusco y el muchacho no tuvo más que devolverla al lugar donde la encontró.

Cuenta la leyenda que las personas crean apegos por las cosas, que ni aun en la muerte dejan de ser su propiedad, y mantienen cuidado de ellas, por toda la eternidad, mucho más, si fue el sitio donde murieron.

Datos del Cuento
  • Categoría: Terror
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