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La Historia de Nicasio

Dedicado a ese amigo, que no se dejó llevar de las primeras, matando injustamente al amor verdadero.

Nicasio era un hombre de campo, bruto como el solo, pero de noble corazón, la vida le había premiado con una hermosa tierra con llanuras propicias para la siembra, en los linderos al fondo un frondoso bosquecillo convertía sus dominios en un paraíso para aves canoras y plantas exóticas, y como para arrancar el último quejido de un enamorado, un hermoso y cristalino arrollo ponía el toque definitivo de belleza sin igual.
- Ah Nicasio Montero, lo único que Taita te tiene que da e una mujecita pa completá la felicidá – se repetía el humilde Nicasio cuando la faena diaria doblegaba su cuerpo de cansancio, entonces volvía a la inmensa y cómoda cabaña que durante años había ido levantando y acomodándose junto a un inmenso ventanal con un generoso vaso de ron blanco entre sus manos oteaba el horizonte tratando de divisar sus sueños en la lejanía.

Aquel venturoso domingo, Nicasio fue invitado a participar en las coleadas de toros que se celebraban en honor a la patrona del pueblo, vistió su mejor pantalón vaquero, bastante raído en las posaderas por cierto, y una camisa arreglada por su madre y la que tenía guardada para una ocasión especial vio su oportunidad de lucirse aquél domingo, espuelas, polaina, sombrero y su revolver culminaron de vestir a aquel noble hombre de baja cuna y alto corazón; coleó toros como el mejor, su sombrero y su revolver no se movían de su sitio, y la hija del panadero le había dedicado la más hermosa de las sonrisas, era feliz ese día Nicasio, tanto que no dudó al final de los festejos declararle su amor a Jacinta. Y la panaderita correspondió.

Dos años de vida feliz, donde la bendición del Creador se dejaba ver en las siembras y los animales de Nicasio, su madre había accedido a vivir con ellos, y se había hecho la mejor amiga de Jacinta, doña Cloe amaba a su nuera casi tanto como a su hijo, solo había algo que restaba felicidad a aquel labriego, no habían podido tener hijos, y habían hecho de todo, comieron caracoles a la brasa muchas veces, aunque cuando lo hacían era seguro que Nicasio se desvelaba con los vómitos de su mujer, bebieron agua de babandí, un bejuco milagroso que aumentaba el deseo sexual de ambos permitiendo a Nicasio depositar gruesa semilla fértil en aquel terreno virgen, se bañaron en el riachuelo en una noche de luna, y luego hicieron el amor exponiendo sus nalgas a las picadas de los terribles mosquitos que pululaban en el lugar, de todo, pero pasó el tiempo y nada ...

Pasado un tiempo Jacinta al fin quedó en cinta, para mi que fui testigo que fue por el babandí, porque yo lo había bebido y de verdad que hacia milagros el bejuco ese, un trozo de media cuarta, en un cuarto de litro de ron, doce noches a luz de luna y doce días a pleno sol, y por último, bebido cuatro horas después de la comida con la mujercita lista para lo que venía..

Pero a bicho malo que es el diablo, cuando Nicasio fue un día al pueblo a vender unas gallinas, uno de sus amigos lo invitó al bar del pueblo a beberse unos “buches”, de paso y ya en plena bebedera le preguntó si estaba seguro que el niño que venía era de el, -¿por qué preguntas eso morocho? – inquirió el hombre transformándose poco a poco en un tizón encendido, - no te pongas así mano, lo que pasa es que cuando tu vienes al pueblo, el flaco Viloria se mete en tu casa, y pasa un buen rato allá adentro, y parece que tu mamá sabe y apoya lo que ta pasando, porque ella mismita lo saca por el patio cuando tu tas llegando, orita mesmo que debe ta en tu casa, agarra mi caballo, y anda a averiguá ah, y toma esta bala, pa que se la metas en nombre mio, porque ese desgraciao tambien se acostó con mi mujé – Nicasio tomó el proyectil, lo alojó en el tambor del revolver, completó las cinco balas faltantes y apurando un vaso de aguardiente se despidió de su “amigo”

En camino a su rancho, Nicasio iba ideando la mejor manera de lavar su hombría ofendida, tendría que matarlos a ambos, y al hijo que venía también, a su mamá debía darle una paliza con una verga de toro que usaba para espantar los perros, y luego dejarla botada en el pueblo para vergüenza de ella misma, porque eso no se le hacía a un hijo, era posible que una mujer de cincuenta años se prestara para esa traición, hija de Eva tenía que ser.. Decidió para no pagar cárcel por el crimen que iba a cometer ir recogiendo testigos por el camino, ya llegando a su rancho le seguían unas veinte personas, rogó que hicieran silencio, ya frente al pórtico pudo ver el caballo del flaco Viloria, a ese también le esperaba lo suyo, pero lo dejaba para después, tenía que agarrar in fraganti a los traidores, le indicó a la multitud que descalzaran sus pies y poco a poco fueron entrando a la casa, desde el granero se oían unos quejidos, y parece que el hombre lo estaba haciendo bien, la chusma comenzó a murmurar y Nicasio les rogó que hicieran silencio, de pronto uno de los curiosos susurró
- Viene alguien –, se volvió Nicasio a ver hacia el lejano bosque, era cierto, era una mujer que corría, en el sótano también se hizo un silencio absoluto, si en ese momento hubiera pasado una mosca, su vuelo habría retumbado en toda la casa, tal era el silencio. – debe ser mamá, nunca se imaginó que yo vendría antes de tiempo – meditó el hombre, y para consumar su venganza antes que llegará su progenitora procedió a tumbar la puerta que daba al sótano donde los quejidos se habían reiniciado con más fuerza despues que los amantes no pudieron escuchar nada más..

¡¡¡Mamá!!! Gritó Nicasio, mientras su adorada madre trataba de cubrir su desnudez de la mirada de aquella veintena de morbosos, y el flaco Viloria salia por un tragaluz y corría hacia el llano trasero con una mano adelante y la otra atrás...

- Si hijo, yo la enviaba al arrollo, y le decía que no volviera hasta que no viera el polvo de tu caballo po allá po el camino real, tu sabe que ella me respeta y hace to lo que le pido, po eso e que la quiero tanto – decía la avergonzada madre campesina, librando a la yerna de la duda maldita mientras la muchedumbre veía con veneración venir por el camino al preñado cuerpo de la niña inocente que estuvo a punto de morir por el chisme de un amigo de cantina...
Datos del Cuento
  • Categoría: Tradicionales
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Comentarios


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4 comentarios. Página 1 de 1
Girasol
invitado-Girasol 10-02-2008 00:00:00

Ayyy, se me olvidó leer el cuento para comentarlo, por estar leyendo los comentarios. Recuerdo el autor y sé que es bueno.

Itzíhuappe Escalera Coria
invitado-Itzíhuappe Escalera Coria 23-01-2008 00:00:00

Te felicito. Es una historia muy bien contada y tiene suspenso y gracia. ¿De qué país procede? ¿Es de tu invención? Abrazos.

Pau 2
invitado-Pau 2 16-10-2004 00:00:00

LA HISTORIA DE NICASIO (EDDY GARCÍA) Pobre doña Cloe,ante tanto público... Qué importante moraleja...No dejarse llevar por habladurías. Atrapante,mantiene el suspenso y sorprende con un final inesperado. Pau

María Eugenia
invitado-María Eugenia 16-10-2004 00:00:00

A Félix tan acertado La curiosidad lo mata Por saber si era pal suegro El bochinche de la barra. Sí que me gustó el cuento. Me averguenzo de haberle creido a los chismosos. Que me perdone Jacinta. Esta es una lección para que no creamos en habladurías. Nicasio . . . viste. Si lucharon con tanto amor, porqué dudar. Perdonado.

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