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La Herencia

Mi prima Karina volvió hace unos años con una historia poco creíble de un suceso que vivió mientras  estaba en casa de sus Padres, quienes habían fallecido dejándole una supuesta herencia. Ellos la abandonaron con mi familia desde los dos años de edad,  después de eso formaron otra familia, tubo 3 hermanos mas, pero siendo que jamás la procuraron, no sentía apego por ellos, y le parecía raro eso de la herencia.



Al final tratándose de un asunto legal, asistió con la intensión de dar vuelta a la pagina y ceder aquello que pudieran haberle dejado, pero en la lectura del testamento, no había propiedades para ella, ni algo parecido, solo una mención “Nuestra hija mayor, será la encargada de perpetuar la fortuna de la familia”.



Escuchado esto, asignado a cada quien sus bienes el notaria preguntó si había algún inconveniente y mi prima se levantó para preguntar –No entiendo eso de perpetuar la fortuna -¿Qué significa?- el lector del testamento dijo que eso la hacía encargada de cuidar que los bienes no se acabaran, o que buscara alguna manera de que crecieran… aun con un poco de duda se quedó pensando y dijo de nuevo -¿Pero porque yo?, ni si quiera soy parte de esta familia ¿Por qué no lo hace uno de ellos?, puedo cederle la oportunidad ahora mismo-, pero el notario no puso mucha atención al hecho y se retiró diciéndoles que lo arreglaran entre ellos y cuando tuvieran una decisión lo llamaran para hacerlo legal.



Esa noche la invitaron a quedarse en casa, pues era ya tarde para que se marchara y el camino era peligroso para ella sola. Accediendo entonces y pensando que debían hablar al día siguiente para aclarar los asuntos de la herencia se quedó en la habitación de huéspedes.



Apenas estaba pegando los ojos, cuando vio en su cuarto una sombra negra sentada en la silla junto a su cama, no parecía la sombra de alguien, pues su cuerpo era demasiado ancho, una llama azul se encendió en la cabeza de la sombra y ella pudo ver a detalle unmonstruo con rasgos humanos, era grande y panzón, con tatuajes en pecho y vientre un rostro duro, marcado, con cuatro gordos brazos, cuatro dedos en cada uno de ellos también, las piernas eran cortas y usaba una tela a forma de pañal debajo de un cinturón de oro, de hecho todo su cuerpo estaba cubierto de joyas, anillos, pulseras, brazaletes, collares y aretes hechos de oro, con incrustaciones de piedras preciosas.



El monstruo la tomó de las manos, ayudado por sus cuatro brazos y su gran figura la inmovilizó poseyéndola más de una vez y robándole la inocencia, dejando a cambio costales y cofres con oro, que los hermanos tomaron y se repartieron entre sonrisas cínicas, y burlas le agradecían por perpetuar sus riquezas.



Ella volvió a casa, llena de vergüenza y pena, pues dijo que solo la habían usado para obtener más riquezas, entregándola a sabe Dios qué cosa, temiendo que algún día vuelva…


Datos del Cuento
  • Categoría: Terror
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