En un lejano reino se celebraba una fiesta por el nacimiento de la nueva princesita. El hada Maléfica, enfadada porque no había sido invitada, hizo un conjuro: al cumplir los quince años la niña se pincharía con el uso de una rueca y moriría. Pero un hada buena cambió el conjuro para que se quedara sumida en un profundo sueño durante cien años, hasta que un príncipe la despertara.

Y así ocurrió: el mismo día en que la princesa cumplió quince años, se pinchó un dedo con el huso de una rueca. Entonces, cayó en un profundo sueño y el hada buena tocó a todos los habitantes con su varita para que durmieran también hasta que la princesa despertara.

Cien años después pasó por allí un príncipe valiente y besó a la princesa, rompiendo el maleficio de todo el palacio y casándose al poco tiempo. 

Mariano Osorio