Había una vez una linda tortuga que se llamaba Milo. Ella estaba súper feliz porque se acercaba el verano y esa era la estación favorita de Milo. Y mientras, un pez llamado Tomi, también estaba muy feliz porque se iba de vacaciones al otro lado del mar. Mientras hacia las preparaciones para el viaje, la tortuga que por cierto también era pequeña, se fue a dormir, ya que era tarde y luego en horas partiría su viaje.

Al día siguiente ambas criaturas partieron de su hogar y como a la mitad del camino se vieron.

– Hola, ¿quién eres?. – Dijo Tomi el pez.
– Soy Milo, ¿quién eres tú?. – Dijo la tortuga.
– Soy Tomi, el pez y estoy partiendo mi viaje al otro lado del océano.
– Yo también voy al otro lado del océano. ¿Qué tal si nos vamos juntos?
– Claro que sí.
– ¡Perfecto! vamos.

De repente vieron que alguien los observaba, era un cangrejo, el cual se reía sin parar.

– Jajajaja, un pez y una tortuga juntos, que locura. – Dijo el cangrejo.
– Nos vamos al otro lado del océano a explorar. – Dijo el pez.
– Jajjajaja no llegarán ni hasta esa roca juntos. – Dijo el cangrejo señalando una roca con su pinza.

Los dos amigos se fueron intentando no mostrarse molestos ante aquel burlesco cangrejo. Por un momento ambos se miraron y pensaron hasta que la tortuga rompió el silencio.

– Tú crees que… – no alcanzo a terminar la frase.
– No, no creo que debamos separarnos por ser diferentes. – Dijo el pez.
– ¿Cómo sabías que iba a decir eso?
– Porque somos amigos y no importa nuestra edad o especie, siempre lo seremos porque nos queremos tal y como somos. – Dijo con emoción el pez.
– Tienes razón, siempre será así.

Y así, estos dos amigos vivieron el resto de sus vidas, enseñándoles a todos los animales marinos lo que ellos aprendieron. Fueron amigos por siempre, tal como lo dijeron.

FIN

– Moraleja del cuento: Aceptar a las personas tal y como son.

– Valores del cuento: Igualdad. Amistad. Amabilidad. Amor