Había una vez, no hace mucho, que vivía unaprincesa en un pueblo muy lejano, ella se llamada Romina, que era muy querida por todos.

Era una hermosa y talentosa princesa, querida por todos en el pueblo, pero muchas mujeres le tenían celos, en especial Ernalda, así se llamaba. Era linda pero no tanto, y quería alcanzar la hermosura de Romina.

Un dÍa, por sus irremediables celos fue a una choza donde habitaba la más malvada bruja de todas.

– Me quiero deshacer de Romina. -Dijo Ernalda a la bruja.

– Ella tiene todo lo que quiere: zapatos, vestidos, amor, riquezas, joyas y muchas cosas más. En cambio ¿yo que tengo? nada ¿que dices que haga? – Le preguntó a la bruja.

La bruja recogió un libro, por lo visto muy antiguo y con unas hojas muy amarillentas y dijo:

– Escúchame con atención, te daré el hechizo mas poderoso, pero ten cuidado es muy arriesgado.

Y le contó los pasos siguientes:

– Toma esta semilla, entrégasela a Ernalda, plántala en el árbol más grande que veas  y riégala, verás que al llegar la medianoche crecerá la flor mas hermosa de todas, tendrá pétalos de diferentes colores. Tu tendrás que cortar el blanco, decir el nombre de la persona que quieres que desaparezca y será como si nunca hubiera existido; pero no cortes otro pétalo que no sea el blanco, si no ocurrirá algo realmente malo.

Ernalda le pagó lo debido a la bruja y se fue caminando a su casa, realmente feliz pensando en que la princesita perfecta desaparecería para siempre y no tendría que planear otros de muchos planes malévolos para sacarle de todo.

Romina había sido muy amable con aquella, le había demostrado cariño y todo lo que una amiga pudiera haber hecho. Esa noche durmió como un ángel. Se sentía muy aliviada de no tener que estar viendo a Romina siendo tan amable con todo el pueblo.

Al día siguiente, se levantó, fue derecha a la plaza y se fijó si alguien la miraba, y no, no había nadie observándola. Así que se puso a hacer su trabajo, plantó la semilla y la regó de inmediato. Esperó hasta la medianoche y vio que allí crecía la más hermosa flor de todo el mundo. La bruja tenia razón, allí se hallaban muchos pétalos de diferentes colores.

Estaba a punto de cortar el pétalo blanco pero se dijo:

– Viendo tantos colores hermosos ¿por qué no corto el más bello? así me convertiré en la más hermosa del pueblo. Seguro que la bruja estaba mintiéndome, total ella es mala ¡podría hacer eso!.

Y así cortó el pétalo equivocado y ahí mismo desapareció con una luz tenue que al instante desvaneciéndose desapareció.

FIN

– Moraleja del cuento: Esto enseña que no hay que tener celos o envidia por ninguna persona, y menos cometer algo malvado.

– Valores del cuento: Enseñanza.