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Historia (final)

Al dia siguiente exactamente, empezo a darse la insurreccion: miles de hombres campesinos salian con una tropa comandada por los lideres, eso despues de haber oido el sermon en la iglesia que les habia inducido a tomar las armas contra las clases represoras y los abusos del virreinato. las calles del pueblo, siempre vacias y apacibles en el lugar habianse tornado un pandemonium; agricolas, indios, criollos venidos a menos y burlados por la corona salian de todo el poblado "a combatir una causa justa." por decirlo asi. en el caso de nuestros protagonistas; Agustin y Antonio ya habianse unido, entre comillas por la resolucion que su amigo le habia señalado a Agustin. Enedina, como a muchas de las mujeres se les indicaba debian quedarse; solo en en norte la sublevacion tambien tenia mujeres al mando. pero en el bajio no era asi. al saberlo, Enedina se quedo muda de pasmo al no saber si algun dia el esposo regresaria a su lado o moriria en la trifulca. al despedirse, ella le increpo a su marido:

- pero, ¿como podre saber de ti? realmente, la guerra no creo que dure poco tiempo. ¿no podrias, quizas reflexionarlo una vez mas?

- ya lo ves claro, mujer: no puedo dejar solos a los compatriotas; ademas.- callo, para evitar que su "despedida" se viniera abajo de aquella mujer que por un tiempo le habia soportado sus carencias no solo materiales sino espirituales e intelectuales. al cabo de segundos añadio-. solo necesitas fe y perseverar mi regreso; esto no es un juego de hombres. asi, y ante los titubeos de su esposa al dejarle ir, se marcho con la soldadesca insurgente. ¿por cuanto tiempo? nadie lo sabia. paso el tiempo. casi 7 años. la guerra, que se oia refulgia en todos lados y las constantes peleas que criollos y peninsulares tenian a lo ancho y largo del pais iba descendiendo; de una guerra de orden imparcial y lacustre habia descendido ya a revueltas temporales y trtados de paz indefinidos o por elaborar pactos. la vieja mujer, Enedina; ahora era una persona encorvada y a pesar de soprotar vivir sola mucho tiempo no habia sabido ya nda de su amrido desde que habia iniciado todo. nada de nada. antes, se habia informado subrepticiamente por las noticias de vecinos y uno que otro allegado que habian preferido quedarse en el pueblo. ahora, ya nada sabia: su ultimo dato habia sido cuando habian arribado a tierras norteñas y que la tropa de su marido se hallaba en Guadalajara y ahi no habia sabido mas. asi, dejaba transcurrir el tiempo. hasta que, sin mas a los dos años y eso, cuando apenas se daban los primeros tratados de ponerle fin a la guerra se vio por las calles angostas y empedradas a una anciana; de rostro deslavado, desaliñada aun mas y con una locura invisible pues de repente empezaba a reir congracia o bien, a implorar con lagrimas en los ojos por un hombre: "Agustin! ¡Agustin! ¿donde estas? llevame hacia ti!". clamaba hacia la nada o bien, ante la sordidez de los mendicantes que la rodeaban en el paraje desolado para vagos y gente que lo habia perdido todo por diversas razones. quien era? pues Enedina; a la que la soledad y al huir de la autoridad virreinal que amenazaba con quitarle sus bienes no teniendo ya aval o dueño; y encerrarle de por vida por su aparente actitud rara en San Hipolito esto por 1815. raras veces comia: tortillas duras o bien, entraba a los mesones y robaba comida o si los mesoneros le tenian voluntad estos se la obsequiaban. nadie, ni los que por grima o simple vecindad le conocian, hubiesen podido identificarle; antes bien, los transeuntes le miran con lastima los de su prole y con despecho acallado los de la alta aristocracia. esa anciana encorvada, sucia y de rostro exangue no podia ser ella. pero ¿que podia importarle ya, si sus familiares eran tambien ya unos muertos para la sociedad? asi, la pordiosera ha terminado su bocado que ha alcanzado en el dia; se levanta, mira hacia el poniente y se prepara a deambular sin rumbo fijo. " si la muerte llega por mi, que me agarre confesada." lo piensa, como ya ha perdido la cuenta de las veces que ha pensado asi. camina con pasos acompasados y ritmicos, como siempre lo hace no evitando la suerte que la sigan perros o gatos de la misma luna que ella o que la corran a patadas de los viejos mesones. camina, cantando canciones que para ella suenan pues representaron una vez su vida, como la que tenia con su esposo; un joven maduro que antes enfurecido por sus cosas de ella, luego le era indiferente. rie con ganas y se interna en las calles. pasan los años. ya es 1824 y el pais esta renovandose mas: la gente ya no tienen mucha confianza al projimo aunque la guerra haya terminado. mientras, y cesando ya los movimientos sociales se halla en un lugar alejado; diriase una parte de San cristobal Ecatepec. es un hombre campesino, ya muy maduro de unos 45 años como mas; es Agustin. al terminar las revueltas y haber perdido a su amigo en una balacera y a otro compinche de poca importancia, Epigmenio Cabrera figura entre esa sociedad menos provinciana y mas monopolizada. se encuentra bebiendo en una cantina un trago de aguardiente. eso no es raro; los vecinos del lugar le conocen como un fuereño que se quedo a vivir ahi desde que arrestaron a los lideres y el es uno de los soldados que logro escapar de las manos peninsulares. asi pues, no tienen nada en contra de ese hombre. el hombre bebe y reflexiona: su vida pasa a sus ojos y aun no sabe si valio la pena salir de su terruño por. no lo recuerda del todo. sigue bebiendo. otros borrachos perdidos hacen lo mismo que el o solo se pierden cantando a lo macho y sin tono. a su mente llega la cara aventajada de una mujer. al fin la recuerda. "es ella. pero porque la recuerdo. ya no esta. arpia." dice con desden para si. quizas, ella ya no lo espera. ¿ o si? aun asi, sigue bebiendo. por ahora piensa reanudar su vida con alguna otra mujer o solo contar a quien tenga oidos para escucharle de sus hazañas en la dichosa guerra de independencia, que sirvio para poner en su lugar a quienes contaban con armas para hostigar a manos llenas a quienes no tenian derecho a casi nada. asi, sentado en una mesilla talada y de segundo uso en la cantina, reflexiona sobre eso y mas. y bebe lejia. las cosas tomaron un nuevo cariz; antes una colonia monpolizada y colonial; ahora un pais de sola unidad y restaurando su idiosincracia. en cuanto a la trama del cuento, ¿que hubiera sido mejor? ¿resolver sus diferencias de manera sino educada, al menos equitativa? o bien, dependiendo los dos finales, ¿ cual fue la diferencia, quien gano o perdio? ambos quedaron en la misma linea. es cuestion de criterios. y esa problematica de las relaciones malas, casi enfermizas aun sigue vigente no solo en epocas anteriores y en Mexico, sino en otros paises de america latina: por eso, hay un refran que dice: si no lo mereces, dejalo ir: vuelve, siempre fue tuyo, si no, nunca lo fue. fin.
Datos del Cuento
  • Autor: Anonimo
  • Código: 20522
  • Fecha: 15-12-2008
  • Categoría: Tradicionales
  • Media: 6.11
  • Votos: 70
  • Envios: 0
  • Lecturas: 5680
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