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Hans el tonto

~~Hace muchos, muchísimos años, en un reino muy lejano vivía un viejo rey en compañía de su bella hija y heredera. Un buen día, de forma totalmente inesperada, la princesa tuvo a un precioso niño, a cuyo padre nadie conocía.

 

Tras mucho cavilar, el rey consiguió encontrar una solución para hacer aparecer al culpable. Su plan consistía, en hacer que todos los caballeros de la ciudad se concentraran en la iglesia, para rendir homenaje a la madre y al hijo, el cual llevaría en la mano un pequeño trozo de limón que solo daría a su verdadero padre.

 

Tan ocupados estaban los criados, que no se dieron cuenta que el feo y jorobado Hans, se metía en el edificio, para ver la ceremonia. Caballero, tras caballero pasaba y ningún hacía reaccionar al pequeño. Justo cuando todo estaba a punto de terminar, el pequeño le entregó el limón a Hans.

 

Enfurecido el rey ante esta horrenda visión, mandó que los tres fueran metidos en un barril que fuera expulsado al mar. Tras horas de travesía, la princesa dijo:

 

-Maldito seas Hans el tonto. ¿Por qué te acercaste al niño si no era tuyo?

 

– Te equivocas-dijo Hans-ese niño es tan mío como tuyo, puesto que yo desee que lo tuvieras y mis deseos suelen cumplirse siempre.

 

– ¿Por qué no deseas ahora tener algo para comer?

 

-No hay problema, enseguida tendrás una gran fuente de puré de patatas para saciar tu hambre.

 

No es que fuera el plato más refinado del mundo, pero como tenía mucha hambre, se comió su ración sin rechistar.

 

-Ya estoy harto de este barril. ¡Quiero un gran barco con todas las comodidades!  Acto seguido, aparecieron en un precioso barco que los condujo a tierra firme.

 

Cuando tocaron tierra, Hans exclamó:

 

-Ahora un hermoso palacio para vivir.

 

Y en un abrir y cerrar de ojos, apareció un maravilloso palacio con todos sus lujos y cientos de criados para servirles. Con todo dispuesto para su nueva vida, Hans volvió a decir en voz alta:

 

-Deseo ser un hermoso y joven príncipe, capaz de enamorar a la princesa y hacer que se case conmigo.

 

Años después, durante una terrible tormenta, el padre de la princesa pidió asilo en su palacio. Allí permaneció toda la noche, en la que disfruto de una cena con sus anfitriones, a los que no reconoció. Antes de marcharse, la princesa hizo que le introdujeran una valiosa copa en su equipaje, para poder arrestarlo al día siguiente por ladrón.

 

-Oh princesa, os juro por lo más sagrado que yo no robe esa copa

 

-Yo os la metí en vuestro equipaje, para haceros entender  que no hay que culpar a nadie, antes de conocer todas las pruebas, tal y como hicisteis hace muchos años conmigo.

 

Al escuchar estas palabras, reconoció a su querida hija perdida y tras pedirle perdón por su gran error, vivieron felices para siempre. Y cuando el viejo rey murió, aquel al que todos llamaban tonto, fue rey.

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