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Categoría: Ciencia Ficción

Estelas en la mar

Tomando con firmeza entre sus dos manos de acero, Jon, el chico de las estrellas, configura su cielo, en su propio sueño hecho realidad. Le acompaña su novia, Mariel,

Que le trae polvos de estrellas, para crear nuevas estrellas. Una noche cualquiera, llegaron de otro universo, unos señores de Naranja piel, mitad robot, mitad Dios, que le robaron el polvo de estrellas. Joan, recorre a toda velocidad el mundo, para encontrar su tele-transportador y viajar hacia ese mundo desconocido. Al llegar, en el tele-transportador, aparece el nombre del planeta;

 

T-200, AÑO 6000.

 

Han pasado 1000 años y parece que ha pasado dos segundos, comprueba el oxígeno, el hidrógeno y los metales, todo está normal, acaba de aterrizar en una isla, pero realmente deshabitada, sin árboles ni vida. La arena naranja y templada, enfrente un gigantesco mar, lleno de estelas, que hacen de oleaje, por cada suspiro que él da. En el centro del mar, otra isla, habitada por una vegetación exuberante. En la orilla un círculo que brilla, se pone encima y desaparece, apareciendo en la otra isla. Mira a su alrededor y ve al señor Naranja, que trata de seguirlo hasta una cueva iluminada por fluorescentes azules. Tropieza y se da cuenta, corriendo a más velocidad. Ya dentro, puede ver, que existe una vegetación exuberante,

Un bosque repleto de animales extraños, que comen y caminan, hasta se procrean. En el centro de ese río, una pequeña isla, donde se ve el saco que ha de recuperar. Con destreza esquiva los animales y se mete en el agua, para disponerse a nadar, las aguas al contacto de su cuerpo, reaccionan y se ponen turbulentas, reaccionando con fuertes oleajes, los animales huyen y los señores aquellos esperan a la salida de la cueva. Al salir azaroso y llegar a la salida de la cueva, descubre de que las puertas se cierran, corre y corre, consiguiendo salir, pero dejando parte del saco, en el otro lado, al tirar de él, se va derramando el polvo de estrellas, él hace un nudo donde lo tiene agarrado y lo sujeta por el otro lado donde está el boquete, de paso, roba estelas y cruza hasta la otra orilla, a través del círculo, el mar se vuelve gris, ha notado la presencia de un humano sobrenatural y trata de reaccionar convirtiéndose en un robot gigantesco. Joan, con sus ojos, lanza un rayo y trata de pararlo, pero no lo detiene, él coge y mete el saco dentro del tele-transportador y lo traslada a su lugar de origen, 1000 años antes, y diciendo en voz alta con los ojos rojos: Si he de morir batiéndome en duelo, lo haré, pero jamás vas hacer que pierda este tesoro. Se baten a duelo, con rayos, remolinos y haces de luz celeste. Jon acaba rendido en la arena y el monstruo aquel, se vuelve agua azul, el tele-transportador ha desaparecido. Al otro lado, está su novia, que recoge el saco y lo esparce en la mar, en ese momento brota, estelas acompañado de polvo de estrellas, que hacen brillar las olas, de un celeste más claro. Ella regresa al otro mundo, se acerca a Jon, que lo mira tristemente, lo lleva arrastrando hasta el tele-transportador y al llegar al planeta tierra, él, despierta.

 

- Mira, Jon, mira- Él se da media vuelta y ve el mar, impresionado, sonríe a Mariel y le da un abrazo, fundiendo su amor, en un caluroso beso.

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