Cierto día un poderoso y fuerte tigre cayó en una trampa puesta por cazadores,
Estaba el tigre tratando de zafarse mordiendo la red, pero le resultaba imposible ya que era de un material metálico.

En eso pasa volando una pequeña abejita y al ver al enorme tigre casi inmóvil se aproximó y le ofreció su ayuda.

   —Abejita, eres tonta acaso, ¿En qué podrías ayudarme? Vete alguien más grande vendrá a liberarme— Le dijo el muy mal humorado tigre

    —Más tonto eres tú tigre, si seguro pronto vendrá alguien, seguramente el cazador que te puso esta trampa, y pronto serás la alfombra de su morada— replicó la abejita

    — ¡Oye insecto!, esta Trampa no es algo que puedas morder, como ya lo hizo un ratón con mi amigo el rey, y aparte ni siquiera tienes dientes, no me molestes— agrego el atrapado felino
    —Te lo voy a preguntar una vez más tigre desconfiado ¿Quieres mi ayuda?— replico la abejita.

    —Bueno si, empieza a picar la cadena así se corta— dijo en forma de burla el tigre fortachón,

Y la abejita al recibir el sí del tigre comenzó a provocarlo.

    —Más bien voy a picarte los ojos, pensándolo bien voy a llamar a mis amigas y te picamos entre todas, nos vendría muy bien una alfombra de tigre en nuestra colmena

El tigre se estaba asustando y se ponía furioso y se movía y se movía y la abejita seguía provocándolo...

    —Mejor te pico en tus partes intimas, ahí el dolor es muyyyy intenso, no podrás hacer nada, ya que pareces un minino enjaulado, bueno te voy a picar ya mismo tigre tonto…

Y el tigre hizo su mayor fuerza y rompió la trampa en mil pedazos y cuando estaba a punto de meterle un zarpazo a la abejita esta le dijo

    —Espera, espera, ves que pude ayudarte. Estas libre tigre ¡libre!