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El reino del hielo

~~Estaba completamente enamorado de la Princesa Cremita; verla cuantas veces había deseado, pero su madre… la Reina Crema de Nieve, rara vez salir la había dejado.

Faltaban para la fiesta siete días, para él su plazo era de cuatro; podría huir a lejanías… ansias de

~~hacerlo le daba a ratos, pero demostraría culpabilidad; además le daba felicidad saberse cerca de la mujer que amaba, y si esto era aun estando preso… ¡pues eso ya no le importaba!.

Pensativo se dirigió a su casa… ¿qué haría en esos cuatro días? ni él mismo lo sabia, solo razonaba que el tiempo pasa y a veces da el remedio… o complica lo que el destino traza.

Momento después estaba con su abuelita quien trataba de consolarlo, diciendo que el destino era cosa escrita… y que nadie  podría cambiarlo.

Pero él en su interior rugía… y como consuelo se repetía:

– Que para un mal el destino es inmutable, pero para algo benevolente aunque sea improbable, el destino es flexible, se presta… y satisface al que sea persistente.

Cuantos pensamientos… aglomeraban en esos momentos al Vagabundo Fresco, quien a la luz de la luna salió de la ciudad, quería sentir la comodidad que da el estar lejos de cierta gente, y ya de frente al Lago Congelado, se dijo así mismo:

– Como hoy no es el día en que aparece el Pato Patinado, y da la solución en clave a todo problema planteado.

El Pato Patinado aparecía en cada luna llena, faltaban cuatro días… y eso le causaba pena; ya de nada serviría… pues estaría preso, y hasta cuando el saldría… ni esperanzas tenía de eso.

Se acercaba la media noche y él ni se enteraba, sin indagar los ruidos existentes… simplemente meditaba.

El inmenso firmamento refulgía en estrellas, un poco opacadas por la creciente luna bella.

Fue entonces cuando… con movimientos armoniosos se reflejó una sombra en la superficie pulida del Lago Congelado.

Con el rostro asombrado, desde los aires vio la venida… de una mujer, ¡eso si… no muy bien vestida! con un sombrero largo y negro y montada en una desaliñada escoba, con un mirar carismático…

– ¡Oh vagabundo, si estas de espalda en la lona!

La recién llegada lo reanimó, le explicó que no le haría daño, que ya hacía muchos años se habían conocido, y si él no se acordaba era por ser muy niño; y prosiguió:

– La vez aquella, por andar volando briaga y en forma descontrolada, me enredé en unos zarzales, donde cayó lejos de mi alcance la varita mágica; trágica y ridícula escena recuerdo, pues sin poder desprenderme por poco la vida pierdo.

Todo por un hombre que alcanzó a verme, y en pos con otros a mi encuentro… iban con la intención de quemarme, pero gracias a ti pude librarme. Y en verdad que agradecida estoy, ya que jamás dudaste, cuando te mencioné la varita mágica… de inmediato me la pasaste.

Estando yo libre y al acercarse los hombres, los hechicé por diez días.

– ¡Aunque esto te asombre! ¡¡ los hice estatuas frías!!

Aquel proceder tuyo en tu vida repercutiría, dándote todos la espalda traidor se te llamaría; pero sabiendo de tu inocencia y conociendo la bondad de tu existencia, me hiciste recapacitar; me iría muy lejos… y sólo llegaría actuar, contra el que lo mereciese y a menos que sea en caso necesario,

– ¡Pues ha llegado el día ese! ¡¡que todos agarren su rosario!!

El Vagabundo Fresco del susto no muy bien se reponía, había oído hablar de la bruja pero no pensó que otra vez la vería, y mucho menos… el hechizo que a continuación escucharía:

– La felicidad que reina en la ciudad Saborín desaparecerá, y la mujer mas bella en estatua de marfil se convertirá.

El Rey Frio… y su Corte Helada se desesperaran, buscaran a un valiente caballero que rompa el hechizo;

– ¡ Yo…la Bruja Paleta Helada lo ha dicho!

Tomando el vuelo la Bruja Paleta Helada, poco después desapareció… como si no hubiera pasado nada. Incrédulo aún el Vagabundo Fresco por lo que había pasado, una y otra vez se repetía… que según lo había soñado, pero …!ah! en el suelo una prueba fiel, al ver un pedazo del vestido, cosa que le erizó la piel… pues comprobaba lo vivido.

¡Ahí estaba! con temor de agarrarlo lentamente lo levantó, y después de guardarlo… corriendo rumbo a la ciudad partió. Iba muy rápido, urgido de comunicar… de desahogar en alguien, aventura sin igual. De momento… su problema se le había olvidado, cuando a orillas de la ciudad vio a un gentío alborotado; ¿Qué pasaría? se preguntaba, mientras… a un anciano se acercaba; preguntando con ansias de saber:

– ¿Qué suceso tan grave ha pasado, para que estén todos muy conmocionados? – recibiendo de respuesta:

– Nos cayó una maldición; la bella Princesa Cremita en una estatua de marfil se convirtió, ya lo informó el mensajero Real, ahora los Magos indagan para dar su comunicado … mañana al despuntar el alba.

Mientras… en el Palacio de los Helados, el Rey Frio en verdad que estaba preocupado; sufriría a causa de su poca fuerza de voluntad, ya que en los veredictos finales … aunque no fuesen verdad, apoyaba a los injustos tribunales.

El vagabundo fresco era una de esas personas perjudicadas, he ahí por eso… el hechizo de la Bruja Paleta Helada. Mucho después de haberse dado la alarma, con un poco de mas calma…el Rey Frio recordaba el angustioso grito que había dado su hija, la cual en estatua fija… ya la había encontrado; le daba tristeza verla a media alcoba, demostrando cual ansiosa… quiso abrir los ventanales, tal vez para pedir ayuda, a este… el peor de los males.

De pronto entró un mensajero:

– Pasajero sea el hechizo Rey mío. – Comentó y prosiguió:

 -Los seis Magos Encampanarines le esperan en el Salón Real, traen el informe a su majestad de todo lo que pudieron descifrar.

Al entrar el Rey Frio todos se levantaron, los rostros sombríos malas noticias auguraron. Entonces fue cuando dijo:

– Hablen magos Encampanarines y ojalá tengan solución al caso, si no llamaré a mis espadachines… y no volverán a ver el ocaso. – Recibiendo de contestación:

– Rey nuestro… no tenemos la solución; pero en una zona muy lejana existe una Rosa de Cristal, con poderosas vibraciones que emana y que son la cura de todo mal; eso romperá el hechizo, de una mujer malvada quién fue la que lo hizo: ¡la Bruja Paleta Helada! ¡¡ella fue la que nos maldijo!!

Todos quedaron estupefactos, pues se habían olvidado de ella; la consideraban cual lejana estrella y por lo tanto a todo hechizo intactos.

– Dime con precisión… donde se localiza esa Rosa de Cristal, total los peligros pueden ser bastantes, ya que mandaré a la Guardia Real… que siempre me ha salido avante. – Exclamó el Rey Frio.

– Rey mío. – Dijo uno de los Magos…

– No sabemos donde se localiza, pero en nuestra magia vimos a una sola persona capaz de lograrlo, estaba de espalda… por lo que no pudimos identificarlo; los peligros que pasará… son innumerables; además de tener el tiempo en su contra, pues el hechizo será perdurable … al transcurrir tres luna llenas; ya esta cerca una… sólo queda el tiempo de dos, todo lo que pase… quedará en manos de Dios.

– Magos Encampanarines, quitarse de mi vista, que al mal de mi hija… no me dieron ni pista.

Exclamó el Rey sumamente enojado; pero su Corte Helada le hizo ver que era de cuidado, toda maldición… que viniese de la Bruja Paleta Helada; ya muchos de ellos la tenían en su persona comprobada.

– ¡Anota Mensajero Real!. – Ordenó el Rey…

– Se informa a nuestro Reino… como a los vecinos, la necesidad de un osado caballero, que con su sola presencia… estaré agradecido.

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