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Categoría: Fábulas

El mar y la mujer

En un pequeño pueblo costero. Vivían felices un hombre y una mujer, él era pescador, y ella trabaja en la taberna que estaba cerca del puerto. Allí se conocieron y empezarón su idilio, que años despues acabó en boda. Ella cada vez que su marido, salía a la mar, le abordaba la pena, y el miedo de que tal vez, el mar un día enfuerecido, se lo quedará para si, o devolviera su cuerpo sin vida a sus orillas. Cada vez que el tenía que salir a alta mar, con sus redes y pasar días fuera, ella le regalaba una intensa noche de amor, lo colmaba de las mas tiernas caricias, besos, se impregnaba del dulce aroma de su piel y de su cuerpo, se pasaban la noche amandose. Y al llegar el amanecer lo acompañaba hasta su barca. El mar, estaba deseoso de ese momento, era cuando mas cerca tenia a su amada, recordaba con añoranza, el día que ella dejó que acariciara su cuerpo, el dia que ella se meció en sus aguas, desnuda, y con el sol iliminando su cara, recordaba cada curva de su cuerpo, sus pechos y su pelo enredandose en sus imaginarios dedos. Ese mismo día supo que la amaba... porque ella eclipsaba la belleza del sol, de las sirenas que vivian en él, y el bello reflejo de la luna. La amaba y sentía celos del hombre que la besaba, a sus orillas, del hombre que compartía su cama, celos del amor que ella le brindaba, y que tantas noches el fue testigo en la lejanía. Enfurecía cuando las manos de él recorrian el suave y delicado cuerpo de ella, cuando se regalaban tiernas palabras de amor y lloraban lamanentando su marcha. Enfurecía y arremetía contra las rocas... levantaba tempestades, eran sus gritos de dolor, su rabía, por la mujer que amaba... No soportaba verla cubierta de lágrimas y murmuraba... no llores, no llores mi amada, que tu sufrimiento, me enfurece, me ciega, me llena de odio hacía el que es tu lucero, tu vida. No quiero compartir tu amor. Y el mar se esforzaba por llegar donde estaba ella, mientras su marido flotaba ya en sus aguas, queria tocarla, sentirla, amarla... pero su esfuerzo se frustaba, cuando la veia alejarse, y obserbarlo por las noches, esperando a que su amado regresara... Cuando la veía en lo alto de las rocas, con la mirada perdida, buscandólo, el mar lloraba... Una noche, ella estaba sentada cerca de sus orillas, y noto sus pensamientos, noto el amor que ella desprendía, y que no era para él, vio de nuevo sus lágrimas, y escuchó pronunciar el nombre del pescador que ahora navegaba por sus aguas, de los labios de su amada. Él mar, le confesó que la amaba, que la deseaba, que ella era la razón de sus tempestades, cuando sufria, cuando lloraba, de su calma, cuando sonreia. Que sentía celos de las manos que la tocaban , de los labios que la besaban, celos del aire que despeinaba su pelo, de la voz que la hablaba. Sentía celos de la arena que tenía bajo sus pies, de las ropas que llevaba. Ella gritó, que no lo amaba, y el mar lloró, enfureció, se encabritó, y desencadenó una gran tempestad, sus aguas arremetian con fuerza contra las olas, contra los barcos que flotaban encíma de él. Ella le pidió que parara, le suplicó que se calmara, pero el mar lleno de odío, levantó mas sus olas, lucho con mas fuerza, contra su enemigo, contra aquel al que le pertenecía el corazón de su amada, y golpeó con todas sus fuerzas, animó al viento para que le ayudará, le suplicó a la lluvia...
Y al amanecer calló rendido, y lloró en silencio...
Su amada, esperaba, esperaba en sus orillas, a que su amor regresara, cada día, se pasaba horas esperando, y llorando por que no regresaba, su vida, ahora era esperar, junto al mar...
No esperes, le dijo la luna, no esperes mas, él no va a volver, el mar lo tiene preso, porque es el dueño de tu corazón.

Se apoderó de ella la pena, el dolor, la rabía, y lloró, le gritó al mar. No conseguiras, arrebatarme, a mi amor, él es mi vida... Se desnudó, y caminó hacía el mar, luchó contra sus olas, contra la tempestad, contra la lluvía, luchó con todas sus fuerzas, para reuinirse con él, el mar intentó impedirlo, pero ella siguió luchando hasta que no le quedaron fuerzas...
Y entonces fué cuando vió a su amado, cuando corrió hacía él, cuando lo besó, y lágrimas de alegria inundaron su rostro...

Acompañame- le dijó él.
Dónde vamos?
A un mundo nuevo, donde te he estado esperando.
Se cojieron de la mano, y caminaron juntos...

Mientras el mar, volvia a ser testigo de su amor.
Datos del Cuento
  • Autor: Mia
  • Código: 4649
  • Fecha: 02-10-2003
  • Categoría: Fábulas
  • Media: 5.78
  • Votos: 94
  • Envios: 16
  • Lecturas: 2841
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
nadie
invitado-nadie 07-10-2003 00:00:00

bonito el cuento, me gustó... es una bonita historia, amor...amor eterno...

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